Te olvidaste de los cambios, Riquelme
Russo no puede dirigir más, los ayudantes no están a la altura, el equipo no está bien preparado... A Boca se lo llevaron puesto en el ST y pasamos de la punta a otro papelón.
Luego de esta aclaración, volvamos al principio. Boca jugó un buen primer tiempo, que mereció ganar por más de un gol. En ese período, el mejor del equipo fue el chileno Palacios, con sus 45' más destacados desde que está en el club. Muy temprano en el segundo tiempo, a pesar del gol de Merentiel, Boca se retrasó y le cedió pelota, terreno y protagonismo a un equipo que, por más ayudas que recibe, apenas tiene un par de jugadores conocidos. O uno solo (Aguerre, y no porque sea bueno). Ahora bien: en todo el partido, desde el banco solo llegó un cambio y ni siquiera el adecuado (Velasco por Aguirre, cuando hacía falta pierna y pulmones). ¿Alguien puede explicar con un mínimo de seriedad por qué no se hicieron otras modificaciones si se veía claramente que el equipo no podía sostener la pelota y hasta Paredes pidió ayuda a los que estaban afuera? Van algunas posibles razones...
- 1) Boca tiene un banco de mierda y Russo quiso que todos se dieran cuenta de que no hay opciones. Es válida, en tanto y en cuanto lo integran tipos como Martegani y Janson. Pero es difícil de sostener que no hayan puesto a Alarcón, a Belmonte o a Zeballos. Ojo, nadie los está pidiendo, pero al menos no estaban cansados y, si entraban, no los iban a putear.
- 2) Russo ya no está para dirigir. Válida, también, lo sabemos todos. Miguel hace rato debería estar en su casa y se le otorga el beneficio de entretenerse en la cancha. Así como algunos abuelos juegan al dominó o al mus, él dirige a Boca. Uno, como hincha, debería estar orgulloso de que anteponga Boca a su propia salud, pero también hay otra forma de mirar esto mismo: ¿no está siendo un poco egoísta al tenernos a todos de rehenes de su situación personal?
- 3) Los ayudantes de Russo son dos inútiles. Atendible, Úbeda y Juvenal no hicieron ningún mérito para hacerse cargo de esta emergencia sanitaria. Se los veía deliberar de pie mientras Russo tenía la mirada perdida en la única vez que lo mostraron.
- 4) A Riquelme se le rompieron el smartwatch, el teléfono, el handy, no había señal en la cancha. Difícil que se dé todo eso junto, y si se diera, el presidente siempre se las ingenia para hacer llegar sus órdenes a través de sus perritos falderos, hoy representados por el ConChelo de Fútbol.
Boca perdió solito el partido. Sin desmerecer el esfuerzo de los santiagueños, faltó oficio, reacción afuera y adentro, físico... ¿Por qué Boca estaba tan cansado si juega una vez por semana o cada 15 días? ¿Por qué se entra tan fácil en el descontrol? El de Marchesín, por ejemplo, es inexplicable -eso de salir a cortar fuera del área a destiempo y quedar expuesto al 2-3 sin ninguna necesidad- y demuestra que no tenemos arquero a la altura del club.
Era una semana para ganar tranquilo y dejar que en la vereda de enfrente se cocinaran a fuego lento: derrota de local en la Copa, de visitante en el campeonato... Pero siempre hacemos alguna pelotudez como para que este lunes se hable de Boca y no de ellos. Es tal el desconcierto en Boca que ni siquiera la hinchada sabe qué hacer: se pusieron a cantar el vals cuando estábamos 2-1 y se nos venían por todos lados en lugar de despertar a los futbolistas con arengas fuertes. Después del empate no se jugó más y la noche terminó con un silencio triste, insólito. Ni siquiera una puteada al cielo, un grito, nada.
No hay plan en Boca, muchachos. Estamos absolutamente a la deriva. Dependemos de la racha goleadora de Battaglia, de los pases geniales de Paredes, de las trepadas a puro corazón de Barinaga o Blanco... Sin conducción, sin voces que se alcen, estamos a merced de ellos, de los jugadores, mientras los demás están listos para comernos el hígado. En cualquier caso, si los titulares no alcanzan, si los suplentes son impresentables, si no tenemos técnico ni ayudantes, si el PF no los prepara bien, si seguimos pagando sueldos siderales a figuras de cartón -Cavani, Ander Herrera, Fabra, Romero-, el responsable es siempre el mismo. Presidente, técnico, manager, erudito en todas las materias, ídolo embarrado, meme de River y vergüenza nuestra de cada día: Juan Román Riquelme.