¡Dembélé es Balón de Oro!

El del PSG se impone en la votación final y recibe el prestigioso galardón por primera vez. Es el segundo francés que lo logra en el Siglo XXI tras Benzema. Lamine acaba segundo.

Andrés Onrubia
As
El mundo se rinde a Ousmane Dembélé por primera vez, justo ganador del Balón de Oro. Hace dos años, ni él mismo se habría podido imaginar ni siquiera colarse entre los tres finalistas, ahora ratificado como el mejor jugador del mundo después de haber protagonizado una remontada excelsa la temporada pasada y liderar al PSG hacia un Triplete histórico. El francés se impuso a Lamine Yamal en la votación final, en un Teatro de Châtelet abarrotado, y recibió una distinción que le adentra en la historia del deporte rey, esa que parecía destinada para otros protagonistas, no para él, que durante largos años fue considerado un futbolista indisciplinado y sin capacidad para liderar un proyecto.

El fútbol se desplaza a la velocidad de la luz, da lugar a sorpresas y ésta, por muy merecido que sea el Balón de Oro, lo es. Dembélé estuvo siempre a la sombra de las estrellas, de Messi en Barcelona y de Mbappé en su primer año en París, pero en el deporte la actitud y las ganas pueden cambiar una carrera, una trayectoria, un desenlace que parece predestinado irremediablemente. Como el niño que salió siendo promesa de Rennes, que tuvo que sobreponerse a sí mismo, a su indisciplina, a su irregularidad, y que se transformó en hombre en el PSG, Ousmane Dembélé abrazó el Balón de Oro y París, su ciudad, el último revolucionario de una capital soñolienta por el fútbol, ahora embriagada de su talento, incomprendido por la opinión pública, le tributó como se merece.

Fue un duelo trepidante con Yamal que no se decidió hasta bien entrada la noche en París. Porque, antes, la revista France Football había disuadido cualquier tipo de filtración, guardando hasta el final el secretismo que durante tantos años había empañado muchas ceremonias al provocar desplantes de muchos finalistas. Dembélé desfiló por la alfombra roja del Teatro de Châtelet sereno, tranquilo, como si supiera que el destino estaba destinado para ungirle como rey del fútbol. Esa entereza fue una de las claves para que el PSG se convirtiera, por fin, tras años de ingentes inversiones, en el mejor equipo de Europa la temporada pasada. La madurez que ha adquirido no la podía augurar ni el seguidor más feligrés del Mosquito, que ahora sí pica.

Es el premio al trabajo, a la constancia, al no rendirse, al demostrarle a la opinión pública que era mucho más que un extremo con regate y nada más. Porque, los caminos de rosas no existen y el epítome es este Balón de Oro. Hace un año, Luis Enrique le descartó por motivos disciplinarios. En noviembre fue expulsado en un partido en Múnich. En aquel momento, el PSG estaba al borde de la eliminación en la Champions. El asturiano, el mayor defensor del francés en sus dos años en París, de los pocos que sí creyeron aun cuando las estadísticas decían lo contrario, le convirtió en un arma letal, en un delantero que antepuso el interés colectivo a su ego, clave para su transformación. ‘Ous’ aprovechó la oportunidad, no la soltó y logró lo imposible, la Champions del Paris Saint-Germain.

Dembélé hizo méritos más que suficientes para ser elegido el mejor jugador del mundo. Su temporada pasada, la más prolífica de su carrera, acumulando 48 participaciones de gol, le catapultó a una dimensión inusitada, reservada para unos pocos elegidos. La salida de Kylian Mbappé le permitió convertirse en el líder que durante tantos años, a través de cheques en blanco, no encontró Qatar en París. Un Triplete histórico, cuatro títulos si añadimos la Supercopa, incluida la Champions League, pusieron la guinda a un año que quedará grabado, durante décadas, en la retina del aficionado al fútbol.

La Champions, precisamente, ha sido el factor determinante para desequilibrar la balanza con Lamine Yamal. El joven prodigio del Barcelona, el segundo favorito para ganar el Balón de Oro, no pudo llegar a la final y Dembélé lo aprovechó para proclamarse como el sacro emperador de la máxima competición europea. En el estrecho margen de diferencia para definir las votaciones, al francés le han ponderado, como era de esperar, los premios colectivos, que en otras ediciones no fueron tan concluyentes, como en la anterior gala con Rodri, trascendental para influir en la opinión de los periodistas.

El premio se queda en París, que ya disfrutó hace dos años con Leo Messi como ganador. Caprichoso es el destino, el fútbol, que el PSG no pudo ni siquiera acercarse a la Champions con el argentino en la plantilla. Con el francés, con un equipo sin estrellas, el Mosquito catapultó a los parisinos hacia la gloria eterna. Es el segundo francés que consigue llevarse el Balón de Oro en el siglo XXI, tras Karim Benzema en 2022, el sexto en la historia del galardón, ya que antes Zidane, Kopa, Papin y Fontaine fueron premiados. Francia, el fútbol, Europa, el mundo, se rindió a los pies de Ousmane Dembélé, que ofrecerá el sábado, en el partido contra el Auxerre en el Parque de los Príncipes, el Balón de Oro a los hinchas del Paris Saint-Germain.

Dembélé

Ousmane Dembélé, recién proclamado Balón de Oro por primera vez en su carrera, atendió a los medios de comunicación en el Teatro del Châtelet después de ser elegido mejor jugador del mundo por parte de France Football. El francés elogió a Lamine Yamal, del que dijo que ganará muchos trofeos individuales, y también confesó que soñaba desde pequeño con ser el mejor jugador del mundo, aunque los trofeos colectivos son más importantes que los individuales.

¿Puedes valorar tu emoción?

No quería llorar. Quería hablar de mi familia, que es emocionante.

¿Puede mejorar?

Si, siempre puedo mejorar porque Luis Enrique me mete la presión cada día. Tanto a nivel individual como colectivo puedo mejorar. Quiero seguir motivado y crecer con el PSG. Ganar la Champions fue excepcional y espero que se repita.

¿Qué opina de este Balón de Oro?

Como el entrenador dijo, los títulos colectivos son los más importantes y eso te acerca a los títulos individuales. La cosa más importante es centrarse en el equipo. Marcar, dar pases decisivos... En mi carrera, he tenido muchos momentos difíciles. Es la vida de un futbolista. Hay que levantarse.

¿Qué opina del 2025 que ha tenido el equipo?

Lo más importante para el club era hoy tener un buen final. Es un final de año extraordinario al 2025. Este año hemos dominado el fútbol mundial. Estamos muy contentos e intentaremos volver pronto.

¿Soñaba con ganar este título?

Sí, por supuesto. Siempre he soñado con ganar este título. Tu creces, y sabes que hay que ganar antes los títulos colectivos. Esperas ganar el Mundial, la Champions... Pero ganar el Balón de Oro es excepcional.

¿Cómo se siente al compartirlo con los que más te apoyan?

Es excepcional compartir esto con todas esas personas que me han apoyado. Como dije, es un momento increíble. Son muchas emociones que tengo por ganar este trofeo y me gusta hacer feliz a todo el mundo.

¿Cómo has vivido la competencia con Yamal?

Muy bien. Es un joven extraordinario. Es un joven extraordinario con un momento de madurez. Si todos los planetas se alinean, va a ganar muchos Balones de Oro. Es una bonita competencia, así como con otros jugadores.

¿Tuviste problemas con Luis Enrique?

Nunca he tenido problemas ni disputas con Luis Enrique. He tenido una buena relación. Cometí un error antes de aquel partido contra el Arsenal el año pasado, pero no pasó nada después. Fue una de las mejores temporadas de mi carrera, sobre todo a nivel estadístico. Sobre todo puedo explotar más, en los partidos importantes. Estoy muy contento.

¿Qué sientes al escuchar los nombres de Benzema, Zidane, Platini, y unirte a estas leyendas?

Es excepcional juntarse con estas leyendas del fútbol francés. Benzema, Zidane, son grandes leyendas. Es excepcional formar parte de estas listas. Creo que muchos más franceses van a ganar el Balón de Oro. La lista se va a ampliar

Entradas populares