Rusia volvió a poner en duda la reunión entre Zelensky y Putin
Mientras los equipos de negociación intentan mantener vías de diálogo, las posturas sobre la soberanía territorial y el futuro de las regiones en disputa continúan sin acercarse
InfobaeEl estado de las negociaciones entre Rusia y Ucrania permanece estancado, con contactos formales pero sin progresos relevantes hacia una cumbre de alto nivel.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, confirmó hoy que los equipos de negociación mantienen un canal abierto. Los jefes de negociación buscan la oportunidad de acercar posiciones y permitir un avance en el proceso de paz. Según Peskov: “Los líderes de estos grupos no han podido aún determinar la fecha de las conversaciones”, lo que refleja las dificultades para sincronizar agendas y voluntades en un entorno de intereses opuestos, informó Europa Press.

La agencia rusa TASS destaca que Moscú insiste en la necesidad de preparar cuidadosamente cada posible contacto. El objetivo es lograr reuniones realmente productivas para ambas partes y evitar una prolongación de las hostilidades sin progreso diplomático. Peskov precisó que las reuniones deben organizarse “con detenimiento” y afirmó que el trabajo “sigue adelante”,
Esta incertidumbre sobre la fecha de la reunión entre Rusia y Ucrania, dificulta la percepción de una inminente solución como un alto el fuego o un verdaderos avances estructurales para el cese del conflicto, según detalló el diario ucraniano Kyiv Independent.
Desde Washington, la administración estadounidense ha ejercido presión indirecta a través del presidente Donald Trump, quien impulsó la celebración de una reunión al más alto nivel en breve. Hasta hoy no existe convocatoria formal ni se han concretado los objetivos.
Resultados recientes y progresos
El avance en las negociaciones ha sido limitado. La última reunión entre delegaciones oficiales de Ucrania y Rusia ocurrió el 23 de julio en Estambul, Turquía.
Aunque el encuentro no produjo avances significativos sobre el cese de las hostilidades, sí permitió acordar algunos intercambios de prisioneros, reanudando un canal de comunicación después de meses de parálisis.

El equipo negociador ucraniano sostiene que estos logros parciales son esenciales para mantener canales de diálogo viables en asuntos humanitarios y otros aspectos administrativos derivados del conflicto. No obstante, los temas centrales, la restauración de la soberanía territorial y el futuro de las regiones en disputa, se mantienen estancados. Ninguna de las partes ha modificado sus posiciones principales.
Participación de altos líderes en próximas negociaciones
Un aspecto crítico es la posible intervención directa de los mandatarios de ambas naciones. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, expresó el 18 de agosto su disposición a dialogar personalmente con Vladimir Putin sobre cuestiones territoriales.
Zelensky reiteró en varias ocasiones su intención de negociación directa, considerándola esencial para romper las posturas rígidas y alcanzar acuerdos de fondo.
Si este encuentro se concreta, sería la primera ocasión en que ambos líderes se reúnan cara a cara desde el inicio de la invasión en febrero de 2022, ya que hasta ahora solo han participado delegaciones de ambos países.
Según Sky News, el último contacto fue en París, en diciembre de 2019, bajo el “Formato Normandía”, auspiciado por Francia y Alemania. Moscú reafirma la necesidad de “una preparación exhaustiva para garantizar su eficacia”, posición defendida repetidamente por Peskov ante la prensa internacional.

La posibilidad de avances reales en la mesa de negociación seguirá dependiendo de la voluntad política de ambas partes y de los preparativos previos que logren transformar los contactos en acuerdos efectivos.
La prolongación del estancamiento en las negociaciones entre Rusia y Ucrania refleja la complejidad y la profundidad de las diferencias que impiden alcanzar una solución política.
Aunque persisten los canales de comunicación y se reconocen pequeños avances en cuestiones humanitarias, la falta de consensos de fondo señala la necesidad de un esfuerzo renovado de la comunidad internacional para facilitar condiciones que impulsen un diálogo efectivo y sostenido entre ambas naciones.