La pieza que falta en el puzle
Xabi estaría encantado de contar con un ‘cerebro’, un timonel para la sala de máquinas. Así surge el nombre de Wharton. Aunque todo apunta que tendrá que mirar ‘en casa’.
¿Fuera?
Se fichará con convencimiento. Y ahí aparece el nombre de Adam Wharton, el talento del Palace que está en el radar del equipo blanco. Los Enzo Fernández (24 años, Chelsea), Mac Allister (26, Liverpool) o Barella (28, Inter), entre otros nombres que deja el mercado, serían soluciones de presente, más aún que Wharton. Pero no ha llegado a haber convencimiento total para acelerar por ninguno de ellos.

Mientras que alternativas como Kees Smit (19, AZ) o Hugo Larsson (21, Eintracht), que han aparecido en conversaciones en un momento u otro, serían apuestas en su máxima expresión, futbolistas por cocinar. El Pirlo de Blackburn es un híbrido. Joven (21 años), pero con empaque a primer nivel (ha liderado la sala de máquinas del Palace campeón de FA Cup y Community Shield, amén de haber ido convocado ya por Inglaterra absoluta).
Eso sí, el precio, no menos de 80 millones de euros, lo cambia todo. En Chamartín no harán fuertes desembolsos en presente si no hay ingresos. Y de haberlo, sería poco tiempo para madurar una operación de semejante calado. En definitiva, si no hay volantazo inesperado, y pronto, deberá buscar esa pieza en casa.
¿O en casa?
Es la realidad más tangible. Acelerar la reconversión de Güler, que comenzó en un Mundial donde fue mucho más director de orquesta que artificiero; apostar por un Ceballos que, con Modric aún en plantilla, pasó de puntillas por EE UU y tiene ofertas en el caso de llegar otro medio; y añadir a la ecuación a Camavinga.

El francés, el más físico de todos, tiene precisamente eso, el físico, como rémora (un esguince le tieneen el dique seco, tras perderse 38 partidos el curso pasado). Es un gran reto para Xabi, que está convencido puede exprimir su enorme potencial. Amén de utilizar como ‘5’ a Huijsen, con el añadido de Trent como un carrilero constructor. O mirar al Castilla, como hizo con Gonzalo, donde ha explotado Thiago Pitarch y desde donde Manuel Ángel toca la puerta con énfasis. Hacer de la necesidad, virtud. No hay otra opción. Al menos, de momento.