La ‘Fórmula Mastantuono’, una estrategia habitual en LaLiga

El argentino ha sido inscrito con ficha del Castilla y dorsal 30, una fórmula que ya emplearon Betis, Sevilla, Cádiz, Las Palmas o Rayo.

Marta Trabanca
As
El Real Madrid vive en las últimas horas un debate que mezcla reglamento, jurisprudencia deportiva y ruido mediático. Franco Mastantuono, su última gran apuesta procedente de River Plate y que ha debutado en el partido ante Osasuna, en el estreno en Liga del equipo blanco (jugó 22 minutos), ha sido inscrito con ficha del Castilla y el dorsal 30, una elección que no responde sólo a cuestiones administrativas. Mastantuono pidió expresamente mantener ese número porque era el que llevaba en River Plate, tal y como reconoció en su presentación: un dorsal con valor sentimental que quiso conservar en el salto a Europa. Pese a esa inscripción en el filial, su rol real será con el primer equipo de Xabi Alonso.

La maniobra ha despertado críticas que hablan de un posible “fraude de ley” al amparo del artículo 125 del Reglamento de la RFEF, que prohíbe utilizar la relación filial para eludir el espíritu de las normas. Sin embargo, los precedentes y la letra del reglamento dibujan un escenario muy distinto: lo que ha hecho el Madrid es habitual, legal y compatible con el Fair Play Financiero.

Qué dice la norma

El reglamento establece que cualquier jugador inscrito en un filial menor de 23 años puede alternar entre ese equipo y el primer equipo sin limitación, siempre que disponga de una licencia válida y no se encuentre sancionado. El único freno legal aparece en el citado artículo 125, que prohíbe inscripciones con “mala fe” para burlar la limitación de dorsales (1 al 25) o generar ventajas competitivas indebidas.

Es decir, el riesgo teórico existe, pero la realidad práctica demuestra que el mecanismo está asumido y utilizado por la mayoría de los clubes de Primera.

La advertencia de Miguel Galán

Miguel Galán, presidente de CENAFE, ha advertido que la inscripción de Mastantuono podría interpretarse como una forma de “alineación indebida” si el futbolista llegara a disputar minutos en LaLiga. Sin embargo, incluso en ese escenario la sanción sería difícil de prosperar: el argentino posee licencia federativa válida, y su dorsal (30) está habilitado para competir en el primer equipo.

Además, el propio reglamento es claro: la simple convocatoria no constituye infracción, y para que exista alineación indebida debe acreditarse la intención de fraude, algo complicado de demostrar cuando existen precedentes idénticos en numerosos clubes.

Una práctica habitual en LaLiga

La inscripción de Franco Mastantuono con ficha del Castilla no es un movimiento aislado ni mucho menos una ocurrencia exclusiva del Real Madrid. En los dos últimos cursos de LaLiga, más de diez futbolistas han debutado o jugado de manera estable en Primera División pese a figurar administrativamente como miembros de un filial o incluso de un equipo dependiente.

El caso genera titulares porque se trata de un fichaje de 62,7 millones de euros, pero la fórmula es recurrente en la mayoría de entidades de la élite. El procedimiento ofrece margen de maniobra a las direcciones deportivas, que mantienen libre una ficha profesional del primer equipo mientras integran plenamente al jugador en la dinámica del vestuario principal.

Los ejemplos abundan. En la 2023/24, equipos como el Betis recurrieron a esta vía con Chadi Riad y Sergi Altimira; el Sevilla lo hizo con Lucien Agoumé y Hannibal Mejbri; y el Cádiz inscribió a Robert Navarro y Lucas Pires como miembros del filial pese a que su papel fue con la primera plantilla. La UD Las Palmas también tiró de este mecanismo con Julián Araujo, mientras que el Almería hizo lo propio con Luka Romero. Incluso hubo situaciones aún más llamativas, como la de Álvaro Carreras en el Granada, hoy en el Real Madrid, o la de Sergio Camello en el Rayo Vallecano, que llegó a ser registrado con ficha del Rayo C.

La temporada siguiente, 2024/25, el recurso volvió a multiplicarse. De nuevo Las Palmas inscribió a dos jugadores clave, Fábio Silva y Dário Essugo, llegados en calidad de cedidos desde grandes clubes europeos. El Mallorca utilizó la misma vía con Robert Navarro. Y a ellos se sumaron Pelayo Fernández en el Rayo, Germán Valera en el Valencia, Naci Ünüvar en el Espanyol, Gabriel Misehouy en el Girona y Adam Aznou en el Valladolid.

En conjunto, más de una decena de clubes se han beneficiado de esta figura en apenas dos campañas, normalizando una práctica que responde tanto a razones administrativas como a condicionantes del Fair Play Financiero. Ninguno de esos casos acabó en sanción o en una resolución adversa por parte de la RFEF, lo que refuerza la idea de que la maniobra es legal y plenamente asumida dentro del marco normativo. Todos ellos disputaron encuentros oficiales con el primer equipo pese a estar inscritos con filiales o equipos dependientes. Ninguno derivó en sanción.

¿Existe realmente un problema?

El trasfondo del debate apunta más a la percepción que a la realidad. La fórmula permite a los clubes gestionar plantillas y cumplir con el límite salarial de LaLiga, liberando fichas profesionales para movimientos de última hora sin incurrir en irregularidades.

La inscripción de Mastantuono en el Castilla cumple con los requisitos legales y responde a una práctica extendida en el fútbol español. La hipótesis de sanción existe, pero su recorrido jurídico es muy corto.

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