Canadá prolonga su misión en Letonia y refuerza el flanco oriental de la OTAN
El primer ministro Mark Carney anunció en Riga que Ottawa mantendrá a miles de efectivos en la base de Adazi hasta 2029, en el marco de la operación Reassurance
Carney recalcó que la decisión busca garantizar estabilidad en Europa y enviar un mensaje claro de disuasión a Moscú. “Para asegurar una paz duradera en Europa y Ucrania, debemos disuadir y fortalecer. Desde hace más de una década, las tropas canadienses han desempeñado un papel indispensable en la disuasión contra la agresión rusa en el flanco oriental de la OTAN”, afirmó, según un comunicado oficial de Ottawa.
La primera ministra letona subrayó el valor político y militar de la presencia canadiense. “Su presencia en Letonia es una señal clara a nuestros aliados y también para el agresor: estamos unidos y somos fuertes”, declaró Siliņa en la rueda de prensa conjunta. El mensaje fue leído como una advertencia directa a Rusia, cuyo ejército mantiene posiciones a escasos cientos de kilómetros de territorio letón.

El grupo de batalla de la OTAN en Letonia es hoy de tamaño brigada, una escala alcanzada en 2023 tras años de refuerzo gradual. Fue en ese marco que, en noviembre de 2024, se realizó el ejercicio Resolute Warrior, el primer entrenamiento completo de brigada en el país báltico en más de tres décadas.
El compromiso de Ottawa también ha implicado fuertes inversiones en infraestructura militar. La base de Adazi ha visto crecer sus instalaciones con cuarteles nuevos, sistemas logísticos y centros de comando, financiados en parte por Canadá y sus socios europeos. Estas mejoras buscan garantizar la permanencia de un despliegue que, de acuerdo con el gobierno canadiense, se consolidará con más de 2.200 soldados desplegados de forma persistente a partir de 2026.
El trasfondo de la visita de Carney no se limitó a la cooperación militar. Tanto Canadá como Letonia destacaron su apoyo a Ucrania, que desde 2022 enfrenta la invasión rusa. En un comunicado conjunto, los dos gobiernos aseguraron que “se mantienen firmes y respaldan a Ucrania en su lucha contra la agresión rusa de varias maneras”, incluyendo entrenamiento militar, asistencia financiera y suministros de armas.

La decisión de prolongar la misión en Letonia se enmarca en un viraje más amplio de la política de defensa canadiense. Carney ha prometido que su país alcanzará el objetivo de gasto del 2 % del PIB en defensa, exigido por la OTAN, en 2025. En los últimos meses, anunció además la compra de submarinos, cazas de última generación y sistemas de defensa aérea, en un esfuerzo por modernizar las fuerzas armadas y reducir la dependencia militar de Estados Unidos.
Canadá y Letonia mantienen vínculos estrechos desde el fin de la Guerra Fría. Ottawa fue el primer país del G7 en reconocer la independencia letona en 1991 y, más tarde, el primero en ratificar su ingreso a la OTAN en 2003. Esa relación histórica se traduce hoy en una alianza de seguridad que convierte a Canadá en un actor clave en el flanco oriental de la Alianza Atlántica.
El refuerzo anunciado en Riga consolida el papel canadiense en la arquitectura defensiva europea, pero también plantea preguntas sobre su sostenibilidad. Con la guerra en Ucrania prolongándose y los presupuestos de defensa sometidos a creciente escrutinio interno, la apuesta de Carney compromete a su país a un esfuerzo a largo plazo en un escenario cada vez más incierto.