Boca busca salir de la crisis: cambios en el Consejo de Fútbol y las decisiones de Russo y Riquelme

El grupo de asesores del presidente podría cambiar de nombres o incluso disolverse; el DT habló con Merentiel e intenta reconstruir el vestuario antes del duelo contra Racing

LA NACION, Leandro Contento

A Boca se le empieza a terminar el tiempo. No hay resultados, no hay respuestas futbolísticas, no hay paz interna. Y aunque estas dos semanas sin fútbol pueden ayudar a calmar un poco las aguas, nadie cree que el transcurso de los días por sí solo alcance para solucionar los problemas de fondo. Miguel Ángel Russo lo sabe. Después de la derrota con Huracán, y en medio de la peor racha de la historia del club –11 partidos sin ganar–, el entrenador dijo que “es momento de hacer los cambios que el club necesita”. No habló del plantel ni del equipo: habló del club.


Y eso, en el escenario actual, significa que no bastan simples retoques: hay que actuar en serio. Boca necesita ordenarse puertas adentro, tomar medidas concretas y encontrar una conducción futbolística clara en todas las esferas. Una de las primeras decisiones que se barajan es un recambio en el Consejo de Fútbol, o incluso la posibilidad de su disolución. Esta posibilidad empezó a tomar fuerza el lunes, fue inicialmente descartada desde Ezeiza, pero a lo largo de las horas fue ganando cada vez más terreno.

Leandro Paredes junto a Mauricio Serna y Raúl Cascini, dos integrantes del cuestionado Consejo de Fútbol
Leandro Paredes junto a Mauricio Serna y Raúl Cascini, dos integrantes del cuestionado Consejo de FútbolInstagram

Este martes, Marcelo Delgado, Raúl Cascini y Mauricio Serna estuvieron en el predio de Ezeiza, aunque a Juan Román Riquelme no se lo vio por el club. Aunque no se les comunicó ninguna decisión formal, la posibilidad de una reestructuración en el Consejo estuvo presente todo el día. Muchos hinchas vienen pidiendo cambios desde hace tiempo, especialmente después de los últimos fracasos deportivos, el polémico error en la inscripción de jugadores para la Copa Sudamericana 2024 por una insólita confusión horaria, y algunas declaraciones públicas que generaron malestar.

Ahora, habrá que esperar para ver si el Consejo sigue con caras nuevas o si se elige a una sola persona que haga de puente entre el plantel, el cuerpo técnico y Riquelme. Entre los nombres que suenan para ese puesto está Carlos Navarro Montoya, excoordinador y director técnico de inferiores durante la gestión de Daniel Angelici, y compañero de Riquelme en el plantel del Apertura 96.

Una de las opciones que se evalúa es que Delgado continúe como ladero, y que Cascini y Serna sean reubicados en otras funciones. Teniendo en cuenta que la última decisión depende de Riquelme, el cambio apunta más a un gesto político hacia afuera que a una solución real hacia adentro. Una forma de descomprimir el clima en la previa del partido con Racing en la Bombonera.

Mientras tanto, Boca sigue con su técnico contra las cuerdas. Russo todavía no ganó en siete partidos al frente del equipo. Suma cuatro empates y tres derrotas. Contra Huracán, Boca pateó una sola vez al arco en todo el encuentro. Y al desconcierto táctico se le sumó una escena pocas veces vista, con Miguel Merentiel saliendo al segundo tiempo cuando ya había sido reemplazado; tuvo que volver al vestuario sin que sus propios compañeros entendieran bien qué había pasado.

El episodio de Merentiel dejó expuesto al cuerpo técnico. Y todavía nadie dio explicaciones claras, más allá del “problema de papeles” que citó Russo después del partido. Con el paso de las horas se multiplicaron las hipótesis. Una de las versiones más fuertes sostiene que Russo retó al plantel en el entretiempo por el flojísimo primer tiempo, y que Merentiel alzó la voz. Molesto, el técnico habría decidido reemplazarlo, aunque no quedó claro si fue una reacción en caliente o un cambio planeado desde lo táctico. Lo cierto es que el delantero volvió al campo como si fuera a jugar el segundo tiempo cuando ya había sido sustituido, y esa confusión no hizo más que empeorar el clima interno.

Hubo un acercamiento entre las partes. Este martes, Merentiel volvió a entrenarse con el plantel y, tras una charla con Russo, el tema habría quedado aclarado. La sensación es que, dado el presente del equipo, no habrá sanciones. El DT sintió que el delantero lo dejó en una posición incómoda, y le dolió especialmente porque venía de confiarle la cinta de capitán en el Mundial de Clubes. Ahora dependerá de él si vuelve a incluirlo como titular, pero la situación marcó un quiebre en un momento delicado.

Otro problema a resolver es el de Carlos Palacios. El chileno sigue entrenándose aparte por una supuesta tendinitis en la rodilla izquierda. Russo cree que no está en condiciones de jugar, pero también duda del compromiso del jugador, ya que la lesión no se ve en los estudios.

Boca necesita reencontrarse con cierta armonía interna. Porque tampoco es un dato menor que hay jugadores de peso que no están siendo tenidos en cuenta, pero se entrenan todavía con el grupo, como Marcos Rojo, Sergio Romero, Cristian Lema y Marcelo Saracchi. Son jugadores con trayectoria, con voz, con roce. Russo cuenta con 39 profesionales y es consciente de que manejar egos y tensiones no es fácil. Cuando organizó la charla grupal tras la derrota ante Huracán, decidió apartar a los que no habían jugado ese partido. Entre ellos estaba Rojo, que al enterarse de que no formaría parte del encuentro con el resto del plantel, optó por dejar el entrenamiento.

El mensaje de Russo con los futbolistas fue claro: no quiere más de lo mismo, ni en la cancha ni fuera de ella. Por ahora, el entrenador cuenta con el respaldo del presidente, pero un nuevo tropiezo como local ante Racing podría dejar a Boca sin técnico. Hasta ahora, el nivel del equipo fue de mayor a menor y tocó fondo contra Huracán, en una de las peores actuaciones de los últimos tiempos.

El clima en Boca es tenso y la presión no para de aumentar. Russo sigue en el banco, con un plantel que acumula fracasos y un Consejo de Fútbol que podría cambiar, aunque eso no asegure soluciones. El partido contra Racing será una final, imposible de perder si Boca quiere evitar caer aún más bajo.


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