Siria impuso el uso obligatorio del burkini para las mujeres en playas públicas
El decreto, emitido por el Ministerio de Turismo de las autoridades de transición, forma parte de un giro hacia normas islámicas más estrictas en espacios públicos
Sin embargo, esta normativa no afectará a hoteles internacionales ni resorts de lujo, donde se seguirá permitiendo el uso de “trajes de baño occidentales respetando las normas de conducta”. Además, el Ministerio ha recomendado que en espacios públicos se lleve “ropa que cubra los hombros y las rodillas”, y que se “evite” el uso de prendas “transparentes o finas”.
Esta directriz se enmarca en la nueva Constitución firmada en marzo por el presidente de transición, Ahmed al Shara, la cual establece al Islam como religión oficial del Estado y declara la jurisprudencia islámica como “principal fuente de legislación”.
Desde el noreste del país, las autoridades kurdas autónomas han expresado su desacuerdo con esta disposición, argumentando que no refleja la “diversidad” del pueblo sirio y que “incluye disposiciones y un estilo tradicional similar a los estándares y criterios seguidos” por el régimen anterior de Bashar al Assad.

Ahmed al Shara, también conocido por su alias de guerra Abú Mohamed al Golani, asumió el liderazgo como presidente de transición tras la huida de Al Assad a Rusia en diciembre, poniendo fin a casi 25 años de dictadura, que comenzaron en el año 2000 cuando sucedió a su padre, Hafez al Assad, quien había estado en el poder desde 1971.
Siria cumplió este domingo seis meses desde la caída del régimen de Bashar al Assad, en un contexto en el que ha conseguido que la comunidad internacional levante gran parte de las sanciones que obstaculizaban su recuperación. Sin embargo, el país aún enfrenta numerosos desafíos en una transición que se prevé se prolongará, al menos, durante los próximos cinco años.
El decreto que impone el uso obligatorio del burkini en las playas públicas sirias ha reavivado el debate sobre la tensión entre identidad cultural, libertad individual y control estatal en la Siria pos-Assad.
Para sus defensores, la medida refleja una reafirmación de los valores islámicos en un momento de reconstrucción nacional; no obstante, críticos —incluidas las autoridades kurdas en el noreste— denuncian que esta imposición limita las libertades personales y replica patrones autoritarios del régimen anterior.