Cuál es el fraude más grande de la historia, según Elon Musk
El fundador de Tesla asegura que “se otorgan salarios desorbitados, compran aviones, casas y todo tipo de cosas”
InfobaeEl empresario Elon Musk, CEO de Tesla y Starlink, calificó recientemente como “la mayor estafa de todos los tiempos” el uso presuntamente indebido de fondos estatales otorgados a organizaciones sin fines de lucro.
“Una de las mayores trampas que hemos descubierto, y que es realmente una locura, es que el Gobierno le da dinero a una supuesta organización sin fines de lucro, que tiene muy pocos controles y no se audita posteriormente”, señaló Musk, durante su intervención en el pódcast.

Musk sostuvo que dichos fondos habrían sido utilizados para pagar salarios elevados y adquirir bienes como aeronaves y propiedades, en lugar de cumplir con fines de beneficio social. “Luego se otorgan salarios desorbitados, lo destinan todo a la organización sin fines de lucro, compran aviones, casas y todo tipo de cosas”, afirmó.
El DOGE ha sido objeto de controversias por los efectos de sus recortes, incluyendo el impacto sobre programas de salud pública, como iniciativas de prevención frente al virus del ébola.

El planteamiento del empresario no sólo apunta a cuestionar el funcionamiento de ciertas organizaciones sin fines de lucro, sino también a señalar fallas estructurales en el sistema de control del gasto público federal. Según su argumento, estas organizaciones habrían operado como un canal para el uso discrecional de recursos públicos, aprovechando la falta de auditorías y controles gubernamentales.
El señalamiento ha generado reacciones diversas dentro del ámbito político. Aunque no se han presentado pruebas judiciales que sustenten las afirmaciones de Musk, su intervención ha amplificado un discurso recurrente en sectores conservadores sobre el uso indebido de fondos públicos por parte de entidades relacionadas con figuras del Partido Demócrata.
En su rol como directivo del DOGE, Musk ha promovido una política de auditoría y evaluación sobre múltiples programas estatales, con el argumento de que el gasto público debe ser transparente, medible y sujeto a revisión. Esta postura ha sido respaldada por líderes republicanos, pero ha encontrado resistencia en sectores que consideran que el desmantelamiento de agencias podría afectar derechos sociales y el acceso a servicios básicos.

La figura de Musk, que tradicionalmente había mantenido un perfil vinculado al sector tecnológico y empresarial —como fundador de Tesla y SpaceX—, ha adquirido una dimensión política cada vez más visible. Su participación activa en debates legislativos y su liderazgo en el DOGE lo han posicionado como una voz influyente en la reorganización del aparato estatal estadounidense.
Las acusaciones vertidas por Musk no han derivado hasta el momento en investigaciones penales ni en sanciones administrativas. Sin embargo, la exposición pública del caso ha puesto en agenda el debate sobre la fiscalización de los fondos destinados a entidades sin fines de lucro, un sector que en Estados Unidos gestiona cientos de miles de millones de dólares anuales y que opera bajo diferentes niveles de regulación federal y estatal.
Hasta la fecha, ni Stacey Abrams ni las organizaciones a las que Musk aludió han emitido respuestas formales a las declaraciones. Por su parte, el DOGE no ha ofrecido detalles adicionales sobre el caso mencionado ni ha divulgado informes técnicos que respalden las afirmaciones.