Un coronel retirado de marines revela los dos países europeos con los ejércitos más poderosos y los que van de capa caída

Según Michel Goya, ex coronel de tropas de marina, historiador y estratega militar, Reino Unido y Francia ocupan la cima de ejércitos más poderosos.

Diego Delgado
As
En un plantel geopolítico marcado por el rearme y las “advertencias” disuasorias, la capacidad de defensa ante la amenaza rusa es una prioridad para occidente. Y más aún, cuando las relaciones entre Vladimir Putin y Donald Trump se estrechan a la espalda de Europa. La guerra de Ucrania y las amenazas nucleares por parte de Moscú ponen directamente la puntilla en el análisis de las capacidades militares de los países del Viejo Continente.

Para Michel Goya, ex coronel de tropas de la Marina francesa, historiador y estratega militar, las armas de destrucción masiva son un “elemento fundamental” para influir en el juego de los ejércitos. Es por esto, entre otros factores, que Reino Unido y Francia encabezan el ranking de potencias militares europeas de 2025, ratificada por el listado estadounidense Global Firepower (GFP). Este estudio se basa en más de 60 criterios para desmenuzar el cuadro cualitativo de los ejércitos mundiales, mediante una escala puntual desde el 0 (equivalente a la “perfección”) hasta el 5 (necesita invertir más).

En el caso de Europa, el top 5 del músculo militar lo ocupan Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y España, respectivamente. A la cola del ranking, se encuentran países como Islandia, Irlanda o Bosnia Herzegovina.

Sin embargo, a pesar del arsenal nuclear, existen otros factores que preparan a un país eficazmente para una posible guerra total a gran escala.

Un gran ejército no garantiza la victoria

Para Goya, el equipamiento y sobre todo el entrenamiento son básicos para medir la calidad de las tropas. “Londres y París tienen realmente una cultura del uso de la fuerza, una verdadera experiencia cualitativa con fuerzas operativas y totalmente profesionales”, subraya. Y es que estos países son los que se encargan de entrenar y educar a los soldados ucranianos en su lucha contra el gigante ruso.

Por ende, la cantidad no garantiza la calidad. Según el Balance Militar de 2025, elaborado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, de sus siglas en inglés), Grecia es un ejemplo de esto. El país helénico cuenta con 132.000 efectivos activos y 289.000 reservistas. Un ejército voluminoso pero, en palabras de Goya, mucho menos profesional. “Aunque estén bien equipados en términos de volumen no todos los tanques son iguales, son equipos bastante antiguos”, añade el historiador.

Una tendencia generalizada en aumentar la inversión en defensa

Desde el inicio de la Guerra de Ucrania, y ahora aún más con las presiones de Donald Trump porque la OTAN aumente le gasto en defensa, los países europeos han pisado el acelerador. Según el informe anual del IISS, el gasto militar en Europa aumentó un 11,4% en 2024. El caso más reciente ha sido en España, con la aprobación de la partida de 400 millones más para la cartera militar.

No obstante, existen diferencias entre estados europeos, condicionadas por la geografía, los intereses políticos o la cercanía fronteriza con Rusia. Este es el caso de Polonia, que en diez años ha aumentado su gasto del 1,88% del PIB en 2014 al 4,12% en 2024. “En Europa, cuanto más cerca estamos de las fronteras rusas, mayor es el esfuerzo de defensa que hacemos”, observa Michel Goya.

En 2024, el umbral mínimo de inversión en defensa impuesto para los miembros de la OTAN fue del 2%. Sin embargo, el nuevo presidente estadounidense quiere aumentarlo al 5%, una cifra que según el IISS es “inalcanzable de momento”.

De todas formas, la presión ha aumentado, y por primera vez en décadas los ejércitos europeos se están rearmando y poniendo a punto. Toda una respuesta ante la beligerante retórica internacional, que augura, y confirma, una nueva Guerra Fría, esta vez multilateral, que esperemos que nunca se caliente.

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