Pep Guardiola aceptó con hidalguía la lección del Real Madrid de Ancelotti y asume: “Nada dura para siempre”
En el Bernabéu, Manchester City perdió por 3 a 1 y quedó eliminado de la Champions League antes de los octavos de final
LA NACIONLa pregunta de un cronista español da justo en el hueso. Si este reciente fracaso representa un final de ciclo para Pep Guardiola, despedido de la Champions League antes del banquete decisivo, los cruces directos. Cuando verdaderamente empieza la función. “Un poco sí... Lo que empezamos a hacer ahora, es algo normal. Las cosas nunca son eternas, estos jugadores dieron mucho. Nunca... siempre... nada dura para siempre. Lo que este grupo de jugadores ha hecho, al ganar seis Premier League en pocos años, en Europa siempre estuvimos en finales, semifinales, cuartos de final, dicen mucho de lo que hemos hecho... Nos encontramos con un equipo que está en el mejor momento de la temporada, definitivamente fue el mejor”.
Un monólogo elocuente, sin medias tintas. Que va más allá del aquí, el ahora. Apunta al futuro, que en este caso ya está a la vuelta de la esquina. ¿Se irá al final de temporada? El contrato de Pep con Manchester City se extiende hasta junio de 2027. El entrenador catalán firmó una extensión de dos años con el club inglés, que le permitirá seguir en el Etihad Stadium hasta 2027. Faltan más de dos años. ¿Lo respetará?
Un día antes de la catástrofe, hubo un interrogante: “¿Si este puede ser mi último partido en la Champions como técnico del City? No lo sé, pero si no superamos el corte, podría serlo”, reconoció en la previa de la revancha. Había que remontar la desventaja de 3-2 que sufrió en el duelo de ida como local para atrapar uno de los pasajes a octavos en el repechaje. No pudo: el 3-1 de Real Madrid sobre Manchester City fue impactante. Se trata de su peor temporada en los últimos 10 años.
“Tenemos muchos compromisos por delante todavía y quizás sea mi último partido en Champions con el equipo, pero es una decisión que no dependerá de mí”, contaba el entrenador de un City, que atraviesa una magra temporada también en la Premier League, cuyo título conquistó en las pasadas cuatro ediciones consecutivas... y en seis oportunidades con él como conductor.
Todo un símbolo fue la formación ofrecida en Madrid. Algunos caciques y varios titulares quedaron atornillados en el banco de suplentes. Kevin De Bruyne, Jack Grealish, Erling Haaland (preservado por Guardiola debido a un golpe en la rodilla que padeció el pasado fin de semana, en la goleada sobre Newcastle) y Jeremy Doku, por caso, no ingresaron. La excepción fue Mateo Kovacic, en un elenco de jóvenes y suplentes. Fue todo un mensaje, interno y externo.
“El mejor equipo ganó y nosotros hemos hecho un mal año en esta competición. Cuando terminás en el puesto 22 es que has estado mal. Queríamos llegar bien al partido y no tenemos el ritmo que tiene el Real Madrid en todas las áreas. Es el año en el que me he encontrado el mejor Madrid. Tienen capacidad de tener posesiones largas, de correr, de defender alto, atrás. Los felicito”, sostuvo, luego de la batalla.
El técnico que llevó a los Ciudadanos a conquistar por primera vez la Champions hace dos temporadas y a ganar 18 títulos desde su desembarco en Manchester, está frente a una encrucijada, luego de otro golpazo frente a la Casa Blanca que comanda Carlo Ancelotti (4 de 5 eliminatorias). Luego del partido, le dio la mano primero y un abrazo más tarde: la relación afectuosa entre uno y otro lleva décadas. También saludó a Kylian Mbappé, el autor de los tres goles.
“Nosotros hemos sido un equipo cojonudo y este año hemos perdido la consistencia. Tenemos que aprender de esto. Hemos hecho algo único en estos años y ahora tenemos que centrarnos en clasificarnos para la Champions el año que viene”, advirtió el catalán, más entero frente a los micrófonos que cuando dirigió el partido. Otra imagen.
Un viejo conocido de Real Madrid desde los tiempos en los que llevó a la gloria al Barcelona (con el que sumó otras dos Champions, entre otros títulos), había afirmado tras la derrota en el partido de ida que las posibilidades del City de avanzar en el torneo continental eran de apenas el 1 por ciento, aunque su colega italiano consideró que “no le creía realmente”.
El propio técnico catalán, de todos modos, volvió sobre sus pasos en la previa de la revancha al afirmar: “Mentí. Hice ese comentario en caliente tras la derrota en Inglaterra pues pensaba que estábamos virtualmente eliminados, pero con el correr de los días cambié de idea. No llegamos con muchas opciones, pero lo intentaremos...”, prometió. No pudo, no supo. Y se lo vio resignado desde mucho antes: en realidad, desde noviembre pasado que está de capa caída.
Los hinchas del Madrid se la agarraron, al fin de cuentas, con el hombre que cambió la historia del fútbol bajo el mando de Barcelona, el rival de toda la vida de la Casa Blanca. Le pedían que se quedara, que no abandonara el barco, con una sutil ironía. “Sí, me quedan fuerzas para quedarme. Tengo ganas de seguir”, exclamó, al pasar.