Bezos, correcto; Zuckerberg, equivocado
Ambos modificaron las políticas informativas de sus empresas en las postrimerías de 2024 y el inicio de 2025
InfobaeEn la medida que las redes tanto sociales como antisociales absorben cual pulpo hambriento las mentes de las nuevas generaciones, los medios de comunicación tradicionales ven mermar sus audiencias sin que parecieran encontrar fórmulas para sumarse a los canales de distribución del siglo XXI. Por ello los empresarios de la información intentan lanzar nuevas estrategias para capturar los mercados de manera más eficiente y ajustada al sentir de la ascendencia de las generaciones X y millennial.
Bezos eliminó la tradicional política del Washington Post de endosar un candidato en la carrera presidencial de Estados Unidos. La decisión altamente criticada por el mundo progresista de Estados Unidos sin embargo tiene toda la racionalidad del mundo. Porque, como bien Bezos lo ha hecho saber, una de las razones por las cuales los medios tradicionales han perdido credibilidad y con ello audiencia son los sesgos liberales o conservadores que han imprimido a las noticias. Lejos están los días en que el periodismo norteamericano tenía obsesión con la imparcialidad. Walter Cronkite y antes que él Walter Lippmann y Ernest Hemingway cultivaron con obsesión la verdad y veían en el periodismo la misión de hacerla llegar a todos los mortales. Pero a fines del siglo pasado ingresó al periodismo norteamericano Rupert Murdoch, un empresario con alma de panfletero que había acumulado bastante dinero creando, adquiriendo y gestionando diarios de corte sensacionalista en Australia, el Reino Unido y Estados Unidos. En Estados Unidos adquirió The New York Post y el Wall Street Journal, además de la red de televisión Fox. Fox inició el camino de la proyección tendenciosa de noticias con el único propósito de hacerse con el estamento menos educado de la teleaudiencia norteamericana. En sus pantallas y páginas de periódico se les dio ingreso a las más exóticas teorías de conspiración y se proyectó a figuras que auspiciaron la polarización y el rechazo al debate. Fox forzó a las otras cadenas a asumir posiciones contrarias de manera de proteger sus audiencias. La deformación de la verdad llegó a su cima cuando Fox tuvo que pagar en un acuerdo extrajudicial ochocientos millones de dólares a una empresa de gestión de procesos electorales que le demandó por difamación y estaba a punto de ganar la demanda. Luego de tres décadas, estamos presenciando una total polarización de los medios de comunicación estadounidenses y con ella una caída abrupta en la credibilidad y lealtad del público hacia los medios tradicionales. La decisión de Bezos es un parteaguas para los medios tradicionales, ya que dentro del espíritu de sana competencia que prevalece en Estados Unidos, el giro hacia la imparcialidad del Washington Post será emulado por el resto de los medios.