Reinier, problema a la vista
El brasileño vuelve del Frosinone con más dudas que destellos. Con contrato hasta 2026, el Madrid espera hacer caja para recuperar parte de la inversión.
Su contrato entra en zona Cesarini. Al menos, en lo que ha encontrar rentabilidad se refiere. Reinier firmó en enero de 2020 hasta 2026. En una operación de 30 millones de euros en el que el Madrid se adelantó al resto. Se pisó el acelerador para evitar que su cláusula, pagada íntegra, creciese hasta los 35 M€ y los 70, de haber esperado al verano o al invierno siguiente. City, Liverpool, Arsenal o PSG también tocaron la puerta de la por entonces promesa del Flamengo de manera insistente. Cuatro años y tres cesiones (Dortmund, Girona y Frosinone) después, se acerca el ahora o nunca. Esperar implica arriesgarse a no recuperar parte alguna de la inversión. O minimizarlo al máximo. La idea es buscar nuevo destino. Se valora un nuevo préstamo, otro, aunque la prioridad es un traspaso. Hacer caja antes de que sea demasiado tarde.
Uno de los ocho
El Madrid vuelve al trabajo el 15 de julio. Un Madrid de mínimos, afectado por Eurocopa y Copa América, donde sólo ocho futbolistas se presentarán en Valdebebas. Si no hay resolución previa a su futuro, Reinier será uno de ellos (Courtois, Lucas Vázquez, Alaba, Vallejo, Fran García, Ceballos y Brahim, el resto). El contacto con Juni Calafat, su gran valedor, ha sido constante durante todo este tiempo. También con sus amigos Vinicius y Rodrygo. Y desde el club siempre se ha valorado muy positivamente su profesionalidad. El verano pasado, sin ir más lejos, tras torpedear el fichaje de Oriol Romeu por el Barça su bis con el Girona (Pablo Torre, más centrocampista y menos atacante, puso rumbo a Montilivi en lugar del madridista), Reinier no torcía el gesto. Ni cuando entrenaba solo en Valdebebas ni cuando lo hacía con el Castilla. “Es intachable”, deslizaban en Valdebebas. Pero encontrarle destino será uno de los problemas de la carpeta del mercado estival.
Hasta que arranque la pretemporada, compás de espera. En el mejor de los casos, para entonces estará solucionado su futuro. Aunque con el contexto de los antecedentes no se puede descartar un verano largo. El pasado, todo estaba orquestado para repetir con Míchel, encantado con esa ética de trabajo que tanto destacan en Valdebebas y el talento que le hizo apetecible para media Europa. No pudo ser y ahí comenzó el calvario. Venía de 640 minutos en La Liga y ahora afronta el mercado estival tras no conseguir reventar la puerta en la Serie A. Aunque parecía que lo haría en ese inicio prometedor, fue un oasis en su travesía por el desierto. Aún así, Reinier no baja los brazos