Las claves económicas del Mundial de Clubes
Los clubes aspiran a recibir un mínimo de 50 millones de euros por un mes de competición en EEUU en el que cada uno jugará siete partidos si llega a la final.
De cualquier manera la clave, como es lógico, es el dinero. Y aquí tienen ustedes algunas de las cifras en las que el Real Madrid sustenta su escepticismo en cuanto al próximo Mundial de Clubes. Se trata de establecer baremos. Por ejemplo, por la conquista de la última Champions, el Real Madrid ha recibido un total de 140 millones de euros. Es lo máximo a lo que se puede aspirar a ganar en esta competición en la que ha jugado un total de 13 partidos. El partido le ha salido a 10,7 millones de euros.
Otra tabla de medir muy útil para el Madrid es el dinero que venía percibiendo por sus últimas giras veraniegas por EEUU, partidos sin trascendencia deportiva que, por tanto, tendrían que tener menos caché que un Mundial de Clubes. El Madrid recibió 15 millones de euros por los tres encuentros que disputó ante Barcelona (Las Vegas), América (San Francisco) y Juventus (Los Ángeles) en el marco del nuevo Soccer Champions Tour, en manos de la multinacional AEG, en 2022, justo en la postpandemia. El verano del anterior Clásico en tierras americanas, que se jugó en Miami (2017), consiguió recaudar 18,5 millones. También se jugaron tres partidos. Por tanto, recibió entre 15 y 20 millones por jugar tres partidos en tierras americanas.
EEUU es el nuevo motor del fútbol
Que el Mundial de Clubes se juegue en EE UU no es un tema baladí. Es allí donde se están haciendo ahora las inversiones más fuertes en el mundo del deporte rey. Según el último estudio de Forbes, diferentes fondos y empresas del país norteamericano tienen invertidos actualmente en el fútbol europeo 19.000 millones de euros, mucho más del doble, por ejemplo, que los países de Oriente Medio. El negocio del fútbol, incluido el europeo, se cuece claramente allí.
Esas inversiones estadounidenses están generando, según ese mismo estudio, unos ingresos de 3.600 millones de euros al año en el Viejo Continente. El proceso es imparable y lo demuestra el hecho de que un gigante financiero como JP Morgan Chase apostara por la Superliga: aseguraba un primer ingreso de 350 millones de euros a cada uno de los 15 clubes fundadores más otros 3.500 millones a repartir en diferentes créditos para mejorar instalaciones. Y eso sólo para poner en marcha la competición. Ese proyecto hizo agua por la respuesta social, pero el dinero sigue estando dispuesto a entrar en el negocio del fútbol y el Madrid quiere su parte del pastel.