Laporta prioriza la Supercopa a la Copa del Rey
En los ‘bonus’ previstos para el próximo curso, se contemplan los premios por Champions y Liga, y un ‘plus’ especial si se gana la Supercopa. La Copa del Rey queda exenta, si no viene acompañada de otro título.
El único título de la próxima temporada que queda fuera de los contratos es la Supercopa de España. Sin embargo, eso no quiere decir que no haya primas por conseguirla. De hecho, en la última Supercopa que se logró en Arabia contra el Real Madrid (3-1), en enero del 2023, Joan Laporta fue especialmente generoso con la plantilla. Y eso que no se trataba del primer título desde que regresó a la presidencia -se ganó la Copa del Rey sólo unos días después que ganara las elecciones-, pero en aquella ocasión la junta directiva no contempló ninguna aportación especial por el título, quizás debido a la precaria situación económica que se encontraba el club, donde apenas podían pagar las nóminas a los trabajadores.
Lo que está claro es que a Laporta le motiva, y mucho, la Supercopa de España. En la primera que afrontó en su segundo mandato, pese a la derrota del equipo en la prórroga (3-2), bajó al vestuario para felicitar a los jugadores y asegurarles que los culés estaban “orgullosos” del esfuerzo que habían desplegado. Un año después, se volvió a vivir una final contra el Real Madrid, pero en esta ocasión el devenir del juego y del marcador fue favorable a los blaugrana. De hecho, para muchos, ese partido fue el epitome de la era Xavi, el mejor partido de la historia reciente del club. Las primas se repartieron para toda la plantilla, incluido staff y resto de personal del primer equipo. En cambio, la última Supercopa tuvo un sabor especialmente amargo para los blaugrana: el Real Madrid superó claramente al Barcelona, en una final para olvidar.
Para Hansi Flick, la Supercopa volverá a tener un significado especial, al ser el primer título oficial que puede lograr como entrenador del FC Barcelona. Primero, tendrá que superar al Athletic en semifinales y posteriormente en la final al vencedor del duelo entre el Real Madrid y Mallorca. Ganar este título daría un golpe de confianza brutal a sus pupilos de cara a los siguientes retos de la temporada. De ahí, la importancia que le dio Laporta a clasificarse segundo: cualquier cosa que no fuera jugar la Supercopa hubiera supuesto un daño irreparable a la imagen del club y a las arcas económicas -los ingresos previstos mínimos son de ocho millones de euros-. Por eso, quizás, se llega a entender el cabreo con el que abandonó el presidente blaugrana el palco del Montilivi (4-2), ya que veía peligrar, y con razón, la segunda plaza, a favor del Girona de Míchel. Afortunadamente para los intereses del Barcelona, el equipo se recompuso de esta inesperada derrota y pudo acabar arrebatando el subcampeonato al conjunto gerundense.