El Hansi Flick táctico no es preso del 4-2-3-1
Después del fiasco del Mundial, probó con un 4-4-2 y también con tres centrales. No funcionó, pero demostró que es flexible. El dibujo del Bayern en el actual Barça parece difícil de implantar.
Al regreso de Qatar, empezó probando con un 4-4-2 en dos amistosos. En el primero, ante Perú, ganó 2-0 con Can y Kimmich en el mediocentro; y Wirtz y Havertz, en las alas. Tres días después, perdió contra Bélgica (2-3). Eso le hizo dar otro volantazo y probar en tres amistosos más con un sistema con tres centrales. Contra Ucrania, el 12 de junio de 2023, Alemania empató a tres con Schlotterbeck, Gunter y Rüdiger de centrales; y Wolf y Raum de carrileros. Cuatro días después, contra Polonia, el experimento contó con Kehrer, Rüdiger y Thiaw como centrales. Henrichs y Hoffman ocuparon las bandas. Pero Alemania perdió (1-0). Y el 20 de junio, completó el desastre con un 0-2 ante Colombia. Can, Rüdiger y Thiaw formaron en la línea de tres, con Gosens y Wolf en los carriles. Flick aguantó el verano y volvió al 4-2-3-1, pero Japón destrozó a la Mannschaft y fue destituido. La inestabilidad, como puede comprobarse en las alineaciones, era obvia.
El ejemplo demuestra que Flick no es un fundamentalista del 4-2-3-1 y ese es un detalle interesante porque una de las claves del Bayern del Sextete fue la buena utilización de los extremos: Gnabry o Perisic en la izquierda; Coman en la derecha (menor participación de Coutinho). En el Barça, Flick sólo cuenta, de momento, con un extremo puro con desborde: Lamine Yamal. Si el Barça está pensando mantener en su plantilla a jugadores como Ferran, Raphinha o João Félix, que tienen diferentes características, pero en ningún caso son dribladores, va a tener que cambiar el plan. En el fondo, algo de eso hacía en el Bayern, cuando Gnabry se metía por dentro para dejarle el carril izquierdo a Davies; y era Coman quien hacía el fútbol más profundo con Pavard como lateral. A estas alturas, no puede garantizarse que
En clave Barça, también resulta interesante ver cómo tampoco fue inflexible con la posición de Gündogan. Se movió más en el doble pivote, pero adelantó metros en partidos como el Alemania-España del Mundial, en el que jugó en la mediapunta. En el 3-4-2-1, también se desempeñó como enlace. Básicamente, y como ya pasó en el Manchester City y en el Barça esta temporada, el capitán se adaptó (y rindió) donde lo pusieron.