Pongan más huevo, pongan más corazón

River quedó eliminado, temprana y merecidamente por el bravo Temperley. Un resultado que, otra vez, volvió a dejar a Demichelis en el ojo de la tormenta.

Decía, ir por otro lado, porque hay otras voces, muchas, que dicen que el ciclo de Martín Demichelis está cumplido. Se basan en los equipos que arma, en la selección de jugadores para ir al campo, en la postergación de juveniles acompañada de futbolistas de curiosa llegada al club, en una involución futbolística que lleva mucho tiempo ya, en el trato con ídolos del club y el vaciamiento de liderazgos, en la falta de autocrítica y alguna declaración soberbia que lo distancia de la gente, en lo poco que transmite desde lo actitudinal el equipo, en los cambios, en cómo para al equipo, en su prestación como visitante, en...y podríamos seguir porque son innumerables los cuestionamientos. No interesa acá calificar a los sujetos de enunciación de estas críticas, que, creo, tienen mucho asidero en su mayoría. Pero no se las puede ningunear. Es un guante a recoger. River hoy necesita reforzarse con tres o cuatro jugadores que vengan a dotarlo de todo aquello que perdió cuando decidió dejar a un costado las banderas insignia del Muñeco Gallardo. Si esto es ser viuda, seré viuda, no hay ningún problema, Pero, hoy River necesita recurrir al legado inmediato histórico porque le urge salir a buscar referentes que perdió, que en realidad, eligió perder. Entonces, ahora, hay que traer jugadores que transmitan furia ganadora para, además, darle un salvataje al técnico. Creo que ésta también es una bala de plata: River se juega todo a lograr un acertadísimo mercado de pases, que combine la dichosa jerarquía con hambre de gloria.

Respecto al partido con Temperley, como pasó en otros partidos, una historia repetida. Hace muchos años era una costumbre porteña poner un banquito en la puerta de la casa y tomar unos mates y ver lo que pasa en el barrio. Así se comporta River en los mata mata, que, por lo visto, habrá que llamarlos los pierde-pierde. Se toma unos mates en los partidos para ver lo que pasa. Si se observa bien, hay futbolistas en puntitas de pie. Claro, no sale bien. Si enfrente te ven mansito, te comen. Se llame Temperley, Rosario Central, Inter de Porto Alegre o Boca. Cuando vimos la defensa presentada, pensamos todos, creo, lo mismo: "uf Herrera con lo bajo que está, Pirez con Martínez, que peligro, bueno, al menos está Milton". Lo de Héctor David Martínez, es, sin dudas, lo más curioso. No juega. Cuando lo hace, los minutos que está, no lo hace bien. La gente no confía en él, todo indica que tiene salida en este mercado de pases. ¿Por qué se lo elige antes que a Boselli? El uruguayo, inexplicablemente relegado, digo inexplicablemente porque nadie nos explica por qué no juega, es un jugador con potencialidad, que cuando le toca estar, cumple, necesita minutos, confianza, tiene pasta, se nota. Es demasiado clara la cuestión, no puede ser que la veamos todos y el cuerpo técnico no. Pero bueno. Este River, carente de referentes, el capitán está en el arco a 60 metros de la jugada, Borja es Borja y Paulo ni siquiera estuvo en el banco, presentó este equipo tibiecito que encontró un gol gracias a un tiro libre de Barco y luego se pinchó como si estuviera goleando. Temperley olió sangre, honró su rica y aguerrida historia, puso lo que hay que poner y se lo empató de guapo, para el delirio de su gente que copó esa popular de Mendoza. Los penales para el Gasolero ya eran una premio a ese sacrificio y esa actitud. Y para River, un sufrimiento. No diré nada de Armani y los penales, llevamos mucho tiempo acá diciendo que es necesario que River mejore en el aspecto penales porque hoy es clave, pero bueno, siga siga.

Se juega como se vive, dicen muchos por ahí. No sé. Pero la "arenga" de Demichelis tiene un tinte hasta medio cómico, una impostura que ya termina siendo postura en el plano de lo real. "Quiero ver lenguaje corporal de convencimiento, no de preocupación" ¿Qué? Pienso en Carletto Ancelotti cuando hay penales para el Madrid, "metanla en el arco". Siguió Micho: "Olvídense de esa energía que está afuera, de la gente, olvídense de todo". Esto ya pasa del ridículo a la ofensa. ¿Qué gente hay que olvidar? ¿La gente que lo viene bancando, que llena las canchas donde un River sin energías justamente brinda presentaciones olvidables? ¿De eso hay que olvidarse? Ni hablemos del uso de la palabra energía, gran detector de discursos vacíos. Y hubo más: "Nos lo empataron en la última posesión". ¿De qué habla? ¡Es una arenga para ganar una puta tanda de penales! ¿Por qué hay un tipo hincado, pilcha y jopo perfectos, que parece más un CEO que un DT rogando que la metan en el arco con frases goma? Ese lenguaje corporal, ya que estamos, era el de un tipo abatido, ni hablemos de sus expresiones en la propia serie de penales. La serie "Lie to me" va a hacer una temporada basada en esto nomás, estoy seguro.

Todo era cantado, ojalá que su ciclo no termine siendo una crónica anunciada, no, no quiero citar la novela de García Márquez textual, es fútbol nomás. Nadie quiere eso, todos queremos lo mejor para River, todos. Pero urge cambiar, en serio. Dejar a un costado cierto orgullo, recuperar aquello que en los últimos años nos ha hecho una referencia temible en el continente y que hoy no tenemos. El River de los jugadores y cuerpo técnico con los ojos rojos, inyectados en sangre, River no puede salir a ver lo que pasa. Se nos dirá, de nuevo, "che los números son buenos, apenas perdió un par de partidos". Bueno, este con Temperley fue empate, súmenlo si quieren. La cosa va por otro lado, es más profundo. Y se nota en muchas acciones y en detalles. Dos ejemplos y con esto cerramos: los últimos tres penales los ejecutaron Fonseca, Sant`Anna y Martínez. El ex Defensa encima fue enviado a ejecutar el quinto, de golpe, de la nada, se estaba jugando todo ahí. Es tan increíble como injusto, pero habla de lo que es River hoy. Lo último: sólo una persona habló en Mendoza: Casco, uno de los buenazos, eterno perfil bajo, le pidió disculpas a la gente. Milton, héroe de Madrid, poniendo la cara en la derrota, entiende por donde va la cosa. 


Entradas populares