La escalera al cielo de Doncic

El jugador esloveno de los Mavericks va subiendo escalones en la NBA y cada vez se acerca al número uno, tanto individual como colectivamente.

Mike Maestre
As
Los Mavericks regresan dos años después a las finales de la Conferencia Oeste con la intención de no parar ahí, de seguir progresando en la búsqueda de un trofeo Larry O’Brien que se les resiste desde hace once años. El paso del testigo de Nowitzki a Doncic se representa también en este cambio de orden: el aprendiz empieza a llegar a cotas en las que el maestro estaba acostumbrado a estar.

Los Timberwolves serán el escollo antes de aventurarse, si cuentan con la fortuna de su lado, en un terreno por explorar. Los de Minny han derrocado al campeón reinante protagonizando la mayor remontada jamás contada en un séptimo encuentro y haciéndolo como visitantes. Descontarles cualquier ápice de mérito sería una temeridad en Casa Dallas. Ellos serán ahora los favoritos.

Que hablamos de una superestrella de la NBA está fuera de cualesquiera dudas. De la misma manera en la que está representando un progreso a gran escala en la competición estadounidense: los extranjeros ya no son una extrañeza, más bien son cada vez más y en posiciones más estratégicas. Luka es un ejemplo. Tras los dos que contienen esas características y son coetáneos, y cuyos pasos aspira a emular, viene el de Liubliana de manera inmediata. Giannis Antetokounmpo y Nikola Jokic, con dos y tres premios de MVP de la Temporada respectivamente y un anillo de campeón para cada uno, tiene más edad y apenas están un par de peldaños por encima. La escalera al cielo que a todo jugador le encantaría recorrer.

Doncic ha sido el tercer mejor participante en la fase regular según la votación a tres bandas que se produce cada año. En los seis que lleva disputando este torneo es la primera vez que entra en ese podio virtual. Sólo el serbio y Shai Gilgeous-Alexander, con el que se ha medido en la anterior eliminatoria, recibieron más apoyos.

En el aspecto grupal es evidente que hay un progreso en esta temporada que les ha hecho llegar cargados de razones al duelo con los Timberwolves. Más enteros que en 2022, con Dinwiddie o Brunson como escuderos del esloveno, donde los tintes de casualidad eran brochazos que en este momento se reducen a pinceladas. Desde el momento en el que se apostó por Kyrie Irving -y menudo comienzo tuvieron, sin llegar ni siquiera al play-in, quién hubiera dicho que ahora estarían así- el trabajo se ha realizado bien en los despachos. Debes seguir la línea que una megaestrella como ésa te marque, aunque los encargados de fichar sean otros. Ataque. Defensa. Se pensó en las dos áreas, en las peculiaridades de los dos, y han ido acertando. No es únicamente el doble fichaje de febrero, el pívot Daniel Gafford (Wizards) y el ala-pívot P.J. Washington (Hornets), hay más claves: lo puntual del aporte de Exum y Green en un perfil parecido, el de reductor en la línea exterior que al ir en ofensiva pueda meter tiros en el perímetro; el crecimiento a pasos agigantados del novato Lively, sin el que hubiese sido imposible desarmar a los Thunder según admitió el propio Doncic; o el increíble acierto de un Jones destinado a dos o tres tareas identificadas que se han multiplicado a merced de su acierto. Definición de equipo. Kidd está gozando de las mejores versiones de sus chicos y el Anillo ha pasado de ser un pensamiento quimérico a algo que ya no lo es tanto. Luka ha nacido para tenerlo todo, desde cuna, y en su carrera profesional como baloncestista se está acercando a lo más alto. EuroBasket, Real Madrid, Euroliga, Juegos Olímpicos, etc. Sólo cuenta 25 años en su cuerpo y ya está ahí. Paso a paso hacia la eternidad.

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