Vacunación COVID en grupos de riesgo: qué reveló un estudio argentino sobre los mayores de 65 años

La investigación fue publicada en la revista internacional Global Health Promotion. El análisis realizado en la Provincia de Buenos Aires detalló cómo se logró el 97% de cobertura en la inmunización de los adultos mayores. Por qué es un dato trascendente para delinear próximas campañas de vacunación

Las vacunas comenzaron a ser distribuidas en la población en toda la Argentina unos nueve meses después de que, el 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declarara oficialmente la pandemia por COVID-19. Las estimaciones oficiales sobre la cantidad de muertos que provocó a nivel global fueron de unas 6.952.000 personas a nivel global hasta julio de 2023, con un número de casos superior a los 768 millones de contagios. Hasta esa fecha en Argentina se registraron 130.472 fallecidos.

Según datos recabados por los autores del estudio argentino la enfermedad surgida en China afectó “desproporcionadamente a las personas en situación de vulnerabilidad”.

Tomando como ejemplo los resultados del grupo con mayor riesgo de enfermar de forma grave y morir por COVID-19, que son las personas de 65 años y más, se alcanzó un promedio de 3,3 dosis
Tomando como ejemplo los resultados del grupo con mayor riesgo de enfermar de forma grave y morir por COVID-19, que son las personas de 65 años y más, se alcanzó un promedio de 3,3 dosisMario Tama | Getty Images

En el estudio, publicado el miércoles 31 de enero en Global Health Promotion, una de las revistas de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los autores expresaron que tuvieron por objetivo conocer las brechas de acceso según el índice de vulnerabilidad de las personas vacunadas y que durante el trabajo se logró establecer que el alcance de la vacunación fue equitativo en el distrito estudiado, un dato que se considera importante teniendo en cuenta que en muchos lugares del mundo se detectaron diferencias significativas entre los distintos niveles socioeconómico.

Los autores recordaron que al iniciarse la vacunación en el país ya con la primera dosis se experimentó una significativa disminución del 87 % en las infecciones, un 94 % en las hospitalizaciones y un 93 % en las muertes, en comparación con el periodo previo en las personas de 60 a 79 años.

Según explicaron los autores, la investigación se llevó a cabo a través de un trabajo de georeferenciación de cada vacunatorio y de cada persona vacunada a partir del domicilio declarado al momento de la vacunación, luego se caracterizó el “grado de vulnerabilidad social” de las personas vacunadas según el territorio donde viven y se compararon los resultados.

Para caracterizar el grado de vulnerabilidad de los vacunados —agregaron—, a cada uno se le asignó el índice de carencias múltiples (ICM) correspondiente al radio censal de residencia, que fue dividido en quintiles. El quintil 1 es el correspondiente a los radios censales más aventajados y el quintil 5 a los más vulnerables.

En el estudio se estableció, en cambio, una disminución en la cobertura para los esquemas de vacunación de tercera y cuarta dosis en todos los rangos de edades, aunque nuevamente los mayores de 65 años fueron los que más accedieron a esa protección (EFE/Rodrigo Jiménez/Archivo)
En el estudio se estableció, en cambio, una disminución en la cobertura para los esquemas de vacunación de tercera y cuarta dosis en todos los rangos de edades, aunque nuevamente los mayores de 65 años fueron los que más accedieron a esa protección (EFE/Rodrigo Jiménez/Archivo) EFE

Tomando como ejemplo los resultados del grupo con mayor riesgo de enfermar de forma grave y morir por COVID-19, que son las personas de 65 años y más, se alcanzó un promedio de 3,3 dosis. “Si lo analizamos por quintiles, el Q1 alcanzó un 3,4 de dosis; mientras que el Q5 alcanzó un 3,2 de dosis. Se observó que el 97% de esa población completó el esquema primario de vacunación (dosis 1 y 2), el Q1 accedió un 97,9% mientras que el Q5 un 96% a dicho esquema”, dijeron los autores del trabajo, al mostrar que las diferencias entre un sector de la población y otro fue menor.

“En cuanto al acceso a su esquema primario, el promedio total fue de 27,6 semanas; ya que mientras que el Q1 accedió en 27,1 semanas, el Q5 lo hizo en 30 semanas. En tanto, el acceso al esquema completo (es decir las dos primeras dosis del esquema primario, y las dos primeras dosis de refuerzo), se dio en un promedio total de 52,9 semanas; el Q1 logró acceder a ellas en 52,1 semanas y el Q5 en 53,9 semanas”, remarcaron.

En cambio, para el caso de los adultos mayores de 65 años, al analizar la distancia recorrida para vacunarse, los quintiles de mayor vulnerabilidad por ingresos se desplazaron mayores distancias para acceder a la vacunación, especialmente para las cuartas dosis.

Los autores consideraron que, en un contexto a nivel mundial en el que la evidencia científica publicada muestra que la pandemia de COVID-19 ha perpetuado las inequidades en el acceso a la salud, el análisis del caso de Quilmes confirman que estuvo “garantizado un acceso equitativo a la vacunación contra la COVID 19″ en el distrito, independientemente de su situación socio-económica de las personas.

En ese área bonaerense, durante la campaña de vacunación, se habilitaron 13 postas fijas de vacunación, pero “con el aumento de la disponibilidad de vacunas se planificaron nuevas estrategias para ampliar el acceso a la inmunización, alcanzando estrategias territoriales en 317 puntos del distrito”, informaron los autores (EFE/Enrique García Medina/Archivo)
En ese área bonaerense, durante la campaña de vacunación, se habilitaron 13 postas fijas de vacunación, pero “con el aumento de la disponibilidad de vacunas se planificaron nuevas estrategias para ampliar el acceso a la inmunización, alcanzando estrategias territoriales en 317 puntos del distrito”, informaron los autores (EFE/Enrique García Medina/Archivo) EFEI0499

Diferencias en los niveles de vacunación según la edad

En el estudio se estableció, en cambio, una disminución en la cobertura para los esquemas de vacunación de tercera y cuarta dosis en todos los rangos de edades, aunque nuevamente los mayores de 65 años fueron los que más accedieron a esa protección.

“Se observaron diferencias en el porcentaje de acceso a la vacunación del esquema primario (dosis 1 y 2) según el rango etario, siendo del 82 % en los menores de 20 años, porcentaje que alcanzó el 97 % en los mayores de 65 años”, precisó.

En tanto que “los porcentajes de vacunación de las dosis de refuerzo (dosis 3 y 4) fueron menores, siendo en ambos casos la población con mayor cobertura la del grupo de 65 años y más, alcanzando un 79 % de cobertura en la dosis 3 y un 57 % en la dosis 4″, agregó.

“La población de 45–64 años alcanzó un 72 % de cobertura en la dosis 3 y un 51% en la dosis 4, la población de 20–44 años alcanzó un 47 % de cobertura en la dosis 3 y un 28% en la dosis 4 y finalmente la población de 0–19 años, alcanzó un 21 % de cobertura en la dosis 3 y un 11% en la dosis 4″, subrayó.

Los autores del trabajo concluyeron que se consiguió un acceso a los inmunizantes similar, en virtud de que el 97% del total de la población mayor de 65 años recibió el esquema primario casi al mismo tiempo (EFE/Federico Anfitti)
Los autores del trabajo concluyeron que se consiguió un acceso a los inmunizantes similar, en virtud de que el 97% del total de la población mayor de 65 años recibió el esquema primario casi al mismo tiempo (EFE/Federico Anfitti) (EPA) EFE

La estrategia de vacunación

En ese área bonaerense, durante la campaña de vacunación, se habilitaron 13 postas fijas de vacunación, pero “con el aumento de la disponibilidad de vacunas se planificaron nuevas estrategias para ampliar el acceso a la inmunización, alcanzando estrategias territoriales en 317 puntos del distrito”, informaron los autores.

De esta forma, se realizaron operativos de vacunación en clubes, comedores comunitarios, sociedades de fomento, plazas y estaciones de tren. A su vez, dijeron que se planificaron acciones específicas dirigidas a poblaciones más vulnerables que abarcó lo siguiente:

-Se conformó un equipo itinerante que inmunizo en sus viviendas a más de 700 personas que se encontraban con dificultades para salir de su hogar por alguna problemática de salud

-Se llevaron adelante operativos callejeros en diferentes horarios para inmunizar a personas en situación de calle, con las promotoras de salud del Municipio de Quilmes y el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires

-Se utilizó un colectivo a modo de vacunatorio móvil para recorrer distintos barrios populares y asentamientos del distrito acercando la vacunación puerta a puerta, casa por casa.

-Cuando se incorporó la vacunación en niños, niñas y adolescentes se realizaron operativos de vacunación en todas las escuelas primarias del Municipio para facilitar el acceso a la inmunización de esta población.

Un estudio publicado en la revista científica internacional Global Health Promotion analizó en detalle el proceso de la campaña de vacunación en un área del conurbano sur de la Provincia de Buenos Aires (EFE/Enrique García Medina)
Un estudio publicado en la revista científica internacional Global Health Promotion analizó en detalle el proceso de la campaña de vacunación en un área del conurbano sur de la Provincia de Buenos Aires (EFE/Enrique García Medina) EFE

-A fines del 2021, con el retorno de las actividades masivas se realizaron operativos de vacunación en recitales, batallas de freestyle, aniversarios de los barrios del distrito, fiestas de colectividades migrantes, en las playas municipales y partidos de fútbol, entre otros eventos.

El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, consideró que “en la Provincia de Buenos Aires queda demostrado, una vez más, que el acceso al sistema en picos de contagio y ahora, en tiempos y acceso a la vacunación contra el COVID, fue equitativo e igualitario para todos y todas”.

La secretaria de salud del distrito, la médica Carolina Begue, quien también formó parte de esta investigación, sostuvo que “es en estos casos en los que se evidencia la importancia de la intervención del Estado en políticas públicas sanitarias que permitan garantizar el acceso a los recursos y a la tecnología en salud de manera equitativa”.


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