La pérdida de sueño afecta negativamente el estado de ánimo y aumenta la ansiedad

El sueño y la salud mental están estrechamente vinculados

Según el estudio, es necesario tener al menos siete horas de sueño continuo para mantener una buena salud, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. El incumplimiento de esta recomendación se asocia también con un mayor riesgo de obesidad, enfermedades cardíacas y demencia, así como trastornos del estado de ánimo.

El sueño inadecuado reduce el estado de ánimo positivo y aumenta la sensación de ansiedad (Shutterstock)
El sueño inadecuado reduce el estado de ánimo positivo y aumenta la sensación de ansiedad (Shutterstock)

Sin embargo, aunque se conocen los riesgos asociados con la deuda de sueño, más del 30% de los adultos en Estados Unidos tienen un déficit diario de al menos una hora, mientras que cerca del 10% carecen de dos o más horas de sueño cada noche, de acuerdo con el estudio de 2022 citado por CNN.

Jo Bower, conferencista de la Universidad de East Anglia en Norwich, Inglaterra e investigadora co-líder del estudio, resaltó con preocupación por su parte que, “en todo el mundo, los individuos rara vez duermen la cantidad recomendada de al menos 5 noches a la semana. Nuestro trabajo muestra las posibles consecuencias de esto para nuestra salud emocional, en un momento en que los problemas de salud mental están aumentando rápidamente”.

Tipos de interrupción del sueño

La investigación que fue publicada en el Psychological Bulletin de la American Psychological Association, incluyó datos de 154 estudios realizados a lo largo de cinco décadas, con una muestra de más de 5.000 personas, y resaltó la fuerte conexión entre la salud mental y el sueño.

Expertos recomiendan al menos siete horas de sueño continuo para una buena salud mental (Oleg Breslavtsev/Getty Images)
Expertos recomiendan al menos siete horas de sueño continuo para una buena salud mental (Oleg Breslavtsev/Getty Images)

El estudio examinó el efecto de distintos tipos de interrupción del sueño donde los participantes fueron sometidos a privación de sueño (manteniéndolos despiertos), fragmentación del sueño (despertándolos periódicamente) o pérdida parcial del sueño (levantándolos más temprano de lo usual). Posteriormente, se les evaluó en cuanto a ansiedad, depresión, estado de ánimo y respuesta a disparadores emocionales. Los resultados revelaron un declive en emociones positivas desde una breve privación de sueño, hasta permanecer despierto una o dos horas más de lo habitual.

“En general, la privación total de sueño tuvo un mayor impacto en el estado de ánimo y las emociones en comparación con la pérdida parcial de sueño o el sueño fragmentado”, explicó a CNN Palmer. “Curiosamente, sin embargo, el efecto del sueño en el estado de ánimo positivo se produjo incluso después de períodos cortos de pérdida de sueño, como quedarse despierto una o dos horas más tarde de lo habitual o después de perder sólo unas pocas horas de sueño”.

Por su parte, el especialista en sueño y neumólogo Dr. Raj Dasgupta de la USC Keck School of Medicine confirmó la importancia de la relación entre sueño y salud mental, aunque no estuvo involucrado directamente en la investigación. “Quizá haya algo de verdad detrás del dicho: ‘me desperté con el pie izquierdo’”, dijo Dasgupta a CNN. “Los estudios incluidos en el metaanálisis descubrieron que los sujetos que (tenían) un sueño de mala cantidad y calidad informaron sentirse más estresados, enfadados, tristes y mentalmente agotados. Cuando los sujetos reanudaron el sueño normal, informaron de una mejora drástica en el estado de ánimo.”

Un déficit diario de sueño es común en más del 30% de los adultos de Estados Unidos (Getty Images)
Un déficit diario de sueño es común en más del 30% de los adultos de Estados Unidos (Getty Images)

Los efectos

La pérdida del sueño REM afecta negativamente el humor más que la interrupción del sueño profundo o de onda lenta. El sueño REM, acrónimo de “Rapid Eye Movement” (Movimiento Rápido de Ojos), es la etapa en la cual ocurren la mayoría de los sueños y se distingue por un incremento de la actividad cerebral que se asemeja a la vigilia. Durante el sueño REM, los músculos voluntarios del cuerpo se encuentran paralizados, lo cual evita que la persona actúe sus sueños. Esta fase es importante para procesos como la consolidación de la memoria y el aprendizaje.

De esta manera, la falta de sueño altera la circuitería neural relacionada con la sensación de recompensa y la vivencia de experiencias positivas. Asimismo, se observó reacciones amplificadas en áreas del cerebro responsables de gestionar emociones. Según explicó Palmer, “las conexiones entre nuestros centros emocionales del cerebro y nuestro córtex prefrontal, que nos ayuda a controlar adecuadamente nuestras reacciones emocionales, están deterioradas”.

Por otro lado, el sueño profundo, conocido también como sueño de onda lenta, cumple la función crucial de eliminar sustancias potencialmente perjudiciales del cerebro, incluyendo la proteína beta-amiloide, asociada a la enfermedad de Alzheimer. En contraste, el sueño REM desempeña un papel fundamental en la formación de memorias y en la gestión de las memorias emocionales, lo que podría influir en el estado de ánimo a través de procesos cognitivos, según indicó Bower.

La salud mental se vincula estrechamente con la cantidad y calidad del sueño (Imagen ilustrativa Infobae)
La salud mental se vincula estrechamente con la cantidad y calidad del sueño (Imagen ilustrativa Infobae)

Los expertos destacaron que la calidad del sueño se considera óptima cuando se alcanza un sueño profundo, que requiere de sueño relativamente ininterrumpido. Un ciclo de sueño dura aproximadamente 90 minutos y la mayoría de los adultos necesitan entre siete y ocho horas de sueño ininterrumpido para lograr un sueño restaurador, como recomienda el CDC.

Falta de sueño, ansiedad y depresión

El sueño insuficiente agrava los síntomas de ansiedad y depresión, incluso en individuos sin condiciones psiquiátricas o de salud física conocidas. Por esta razón, los Investigadores hacen gran énfasis en la importancia de un sueño adecuado como un pilar fundamental para el bienestar mental.

Palmer destacó que la pérdida de sueño podría tener un efecto particularmente distinto en personas con depresión previa o susceptibilidad genética a la misma: “Es probable que la pérdida de sueño afecte de forma diferente a las personas que ya están deprimidas o que tienen un riesgo genético de depresión. Por ejemplo, algunos de nuestros trabajos anteriores sugieren que los individuos que (ya) son ansiosos pueden experimentar respuestas exageradas a la pérdida de sueño.”

La pérdida de sueño REM altera de manera significativa el estado de ánimo (Getty Images)
La pérdida de sueño REM altera de manera significativa el estado de ánimo (Getty Images)

Asimismo, Dasgupta subrayó la posibilidad de que el insomnio crónico pueda elevar el riesgo de desarrollar trastornos del ánimo, como la depresión y la ansiedad, convirtiéndose en un factor de riesgo significativo, especialmente para la ansiedad. La investigación también apuntó a la apnea obstructiva del sueño, que interrumpe la respiración y fragmenta el descanso, como una condición relacionada frecuentemente con trastornos psiquiátricos.

“Permitirse tiempo para dormir es un importante acto de autocuidado, al igual que comer bien y hacer ejercicio. También es importante que hagamos cambios sistémicos que favorezcan la capacidad de las personas para dormir bien” resaltó por su parte Bower. “Esto incluye considerar políticas relativas a los horarios de entrada a la escuela, las horas de trabajo, los patrones de turnos y el acceso a la atención sanitaria que apoye el tratamiento de los problemas de sueño”.


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