La soledad podría ser un factor de riesgo para la enfermedad de Parkinson
Una investigación, realizada a casi 500.000 personas del Biobanco del Reino Unido durante 15 años, advirtió que esta situación puede aumentar las probabilidades de sufrir esta enfermedad en un 37 por ciento. Los hallazgos
El doctor Lisandro Olmos, especialista en rehabilitación neurológica y director de Rehab Center, explicó a Infobae: “El estudio reciente publicado en JAMA, muestra que el Parkinson está asociado al aislamiento social, a la soledad, de acuerdo a la investigación realizada en el Reino Unido durante más de 15 años, en casi 500 mil personas, independientemente de la edad, el sexo, el factor socioeconómico y cultural. Estos resultados no son sorprendentes tratándose el ser humano de un individuo de interacción social y cuya interacción comunitaria es un gran estimulante de sus capacidades cognitivas e intelectuales”.
Y continuó: “El estudio muestra también que, independientemente del aumento del riesgo de padecer enfermedades de Parkinson y depresión, las personas que viven en un aislamiento social tienen también mayor riesgo de presentar obesidad y enfermedades cardiovasculares”.
“La asociación entre la soledad y la aparición de la enfermedad de Parkinson no se debió a factores de riesgo genéticos, clínicos o conductuales compartidos “, afirmó la investigadora principal Angelina Sutin, profesora del departamento de ciencias conductuales y medicina social de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Florida en Tallahassee.
“La soledad es un sentimiento angustioso, creemos que con el tiempo puede generar estrés fisiológico en el cerebro, sobre todo en personas que tienen otras vulnerabilidades”, explicó Antonio Terracciano, geriatra de la Universidad Estatal de Florida y coordinador del estudio.
“La soledad puede dañar la salud del cerebro y se asocia con un mayor riesgo de enfermedades psiquiátricas y neurodegenerativas. De hecho, la soledad se ha asociado con afecciones neurológicas, como la enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas. Sin embargo, hasta donde sabemos, no existe evidencia longitudinal sobre si las personas que informan sentirse solas tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson”, añadió el experto, que con su equipo realizaron el estudio a casi 500.000 participantes de más de 50 años, que al principio tuvieron que contestar a una misma pregunta: “¿Te sientes solo a menudo?”.
Los resultados finales demostraron que las personas que contestaron afirmativamente tienen un 37% más de posibilidades de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Aunque este estudio no puede probar que la soledad cause la patología, parece haber una conexión, afirmó Sutin.
“Demostramos que existe una asociación entre la soledad y el desarrollo de la enfermedad de Parkinson, no que la soledad cause la enfermedad de Parkinson”, enfatizó.
Y agregó: “Nacemos todos prematuros, necesitamos del otro. No solo de la dependencia de alimento sino de la necesidad de causar el deseo del algún otro, la provisión de alimento no es suficiente para sobrevivir. Necesitamos ser deseados y nombrados para vivir”. Por su parte, Sutin dijo que la soledad ha sido identificada como un importante problema de salud pública por Vivek Murthy, el cirujano general de Estados Unidos, las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina y la Organización Mundial de la Salud.
“La falta de conexiones personales aumenta en más del 60 % el riesgo de muerte prematura”, afirmó Murthy recientemente. “En términos simples, el aislamiento social incrementa el peligro de muerte prematura a los mismos niveles que el fumar 15 cigarrillos por día”, añadió el funcionario. Sutin afirmó: “Este estudio se suma al conjunto de evidencia sobre los malos resultados asociados con la soledad, particularmente las enfermedades neurodegenerativas“, dijo. “La soledad se ha asociado con el Alzheimer y otros tipos de demencia. La presente investigación indica que también es un factor de riesgo para la enfermedad de Parkinson”.
Múltiples factores podrían estar relacionados con el motivo por el cual la soledad podría aumentar el riesgo de enfermedad de Parkinson, sugirió Sutin. “La asociación podría deberse a otros factores clínicos y conductuales que no consideramos”, añadió. “También podría haber vías metabólicas, inflamatorias, neuro y endocrinas”, dijo.
La soledad parece estar asociada con una peor salud cerebral en general, tal vez debido a una mayor inflamación u otros procesos neurodegenerativos, y no es necesariamente específica de la enfermedad de Parkinson, explicó Sutin.
“Puede ser que la soledad haga que el cerebro sea más susceptible a la neurodegeneración, lo que para algunas personas podría conducir al Alzheimer y a otras a la enfermedad de Parkinson”, explicó.
Por el contrario, estar conectado socialmente puede reducir el riesgo de enfermedad de Parkinson. “No probamos esta asociación en el estudio actual, pero sí, se cree que la conexión social es protectora. Es necesario realizar más investigaciones para abordar esta cuestión”, afirmó Sutin.
Las principales causas
El doctor Olmos dijo que la depresión está fuertemente ligada a la enfermedad de Parkinson, considerándose que entre un 35% y 45% de los pacientes ambulatorios y hasta el 55% de los pacientes internados con esta enfermedad presentan depresión, independientemente de la edad y de la etapa evolutiva del trastorno.
”El mecanismo fisiopatológico está vinculado a redes que vinculan al sistema límbico a estructuras del cerebro denominados cíngulo, corteza, órbitofrontal, amígdala, tálamo y cuerpo estriado ventral y está relacionado con a la disminución en la disponibilidad de neurotransmisores como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina. Estos síntomas de la enfermedad de Parkinson pueden estar acompañados no solamente de depresión sino también de apatía, ansiedad, trastornos conductuales, trastornos cognitivos y calidad del sueño”, afirmó el médico.
“Sabemos que la mayoría de las personas que se sienten solas también viven solas, lo que es cada vez más la condición de muchas personas mayores”, afirmó el doctor Alessandro Di Rocco, director del sistema de neurología, Parkinson y trastornos del movimiento de Northwell Health en la ciudad de Nueva York, quien no participó en el nuevo estudio.
Vivir solo puede conllevar algunas decisiones de vida poco saludables, afirmó Di Rocco. Por ejemplo, es posible que muchas personas mayores que viven solas no lleven una dieta saludable, sino que se basen en comida rápida u otras opciones poco saludables. También pueden ser menos activos físicamente.
“La soledad puede no ser buena para el cerebro debido a la falta de estimulación cerebral diaria”, añadió. Y continuó: “Es posible que tengas la televisión encendida, es posible que tengas otras fuentes de estimulación, pero el nivel de participación cerebral puede verse disminuido”. La soledad puede resultar en una mayor sensación de estrés o malestar psicológico que puede llevar a un cerebro más vulnerable, sugirió Di Rocco.
“La soledad puede no causar el Parkinson, pero hasta cierto punto lo predispone. La predisposición tiene que ver con el hecho de que el cerebro puede no ser capaz de defenderse ante cualquier suceso biológico que pueda conducir al desarrollo de la patología”, dijo.
Di Rocco señaló que la actividad física mantiene el cerebro sano y lo mismo puede decirse de la actividad mental.
“La actividad física ayuda a retrasar la progresión de la enfermedad. También sabemos que la participación mental es beneficiosa de manera muy similar y disminuye la probabilidad de que una persona desarrolle problemas cognitivos”, dijo. “Para las personas que tienen problemas cognitivos, ya sea relacionados con el Parkinson o el Alzheimer u otros trastornos, involucrarse intelectualmente es probablemente el mejor medicamento que tenemos”.