Qué es el trastorno bipolar, la enfermedad mental que la actriz Linda Hamilton logró controlar
Recordada por su papel en Terminator, ahora regresa a la pantalla en la serie Stranger Things. Atravesó varios años de tratamiento y aprendió a convivir con el trastorno psiquiátrico que le llevó mucho tiempo diagnosticar
Sufrió la muerte de su padre a sus 5 años, luego ingresó a la escuela secundaria donde se se automarginó y comenzó a comer en exceso. Consultó a un psicólogo a los 22 porque sentía que “comenzaba a desmoronarme. Me volví a las drogas y al alcohol”, le reveló a Oprah Winfrey.
Hace años, la actriz manifestó públicamente sus temores y consecuencias de padecer trastorno bipolar. Lamentó perder dos décadas de su vida sin saber qué le generaban esos extraños y preocupantes cambios de ánimo, hasta que fue diagnosticada e inició un tratamiento médico con especialistas, lo que permitió controlarla y lidiar aquellos momentos cuando se sentía en un abismo sin salida y apenas dormía 4 horas.
“Perdí 20 años de mi vida, de los 20 a los 40. Yo los llamo mis años perdidos”, confesó en su momento al medio español Fotograma.
Qué es el trastorno bipolar
Antes denominado “depresión maníaca”, la Clínica Mayo la define como una enfermedad mental que causa cambios extremos en el estado de ánimo que comprenden altos emocionales (manía o hipomanía) y bajos emocionales (depresión).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 40 millones de personas padecen trastorno bipolar.
En una nota reciente en Infobae, el doctor Sergio Grosman, médico psiquiatra (MN 77443), presidente de capítulo de psicoterapias de APSA, Asociación de Psiquiatras de la Argentina, explicó que el trastorno bipolar es una enfermedad grave y que las personas que la padecen ven muy afectadas sus vidas, con reiterados episodios de depresión severa “en los que se sienten profundamente tristes, sin voluntad de llevar adelante su vida, desesperanzados, pesimistas e incluso con pensamientos suicidas o, por el contrario, episodios de aceleración psíquica llamada manía, en los que la persona se siente eufórica, o irritable al mismo tiempo, deja de dormir, siente una energía extrema y una necesidad imparable de hacer cosas, mide mal los riesgos y pueden tener ideas de grandeza”.
Según la OMS, “durante el episodio depresivo, las personas afectadas experimentan un estado de ánimo deprimido (tristeza, irritabilidad, sensación de vacío) o una pérdida del disfrute o del interés en actividades, la mayor parte del día, casi todos los días. Los síntomas maníacos, en cambio, pueden incluir euforia o irritabilidad, mayor actividad o energía, aumento de la verborrea (NdR: empleo excesivo de palabras al hablar), pensamientos acelerados, mayor autoestima, menor necesidad de dormir, distracción y comportamiento impulsivo e imprudente”.
Actualmente se conoce que hay genes de riesgo para padecer un trastorno bipolar. Otros factores ambientales pueden también tener relación con la aparición de este trastorno.
El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH, por sus siglas en inglés), afirmó que “aunque los síntomas pueden aparecer y desaparecer, generalmente, el trastorno bipolar requiere un tratamiento de por vida y no desaparece por sí solo. Incluso, puede ser un factor importante en el suicidio, la pérdida del trabajo, la capacidad para funcionar y la discordia familiar. Sin embargo, un tratamiento adecuado puede dar origen a un mayor funcionamiento y una mejor calidad de vida”.
Sin embargo, el mismo instituto aclaró que algunas personas tienen trastorno bipolar durante años antes de que las diagnostiquen, como le ocurrió a Linda Hamilton.
“Las personas con trastorno bipolar II pueden buscar ayuda solo para los episodios depresivos y los episodios hipomaníacos pueden pasar desapercibidos. Puede haber un diagnóstico erróneo porque algunos síntomas del trastorno bipolar son similares a los de otras enfermedades. Algunas afecciones de salud, como la enfermedad de la tiroides, pueden causar síntomas como los del trastorno bipolar. Además, los efectos de las drogas recreativas e ilícitas a veces pueden imitar o empeorar los síntomas del estado de ánimo”, resaltó el NIMH.
Tipos de trastorno bipolar
Hay tres tipos básicos de trastorno bipolar, especificó el instituto, y todos suponen cambios evidentes en el estado de ánimo, la energía y los niveles de actividad.
- El trastorno bipolar I se define por episodios maníacos que duran al menos siete días (la mayor parte del día, casi todos los días) o cuando los síntomas maníacos son tan graves que se necesita atención hospitalaria. Por lo general, también se producen episodios depresivos separados, que suelen durar al menos dos semanas. También es posible que ocurran episodios de alteraciones en el estado de ánimo con características mixtas.
- El trastorno bipolar II se define por un patrón de episodios depresivos e hipomaníacos, pero son menos graves que los episodios maníacos que ocurren en el trastorno bipolar I.
- El trastorno ciclotímico (también denominado ciclotimia) se define por síntomas hipomaníacos y depresivos recurrentes que no son tan intensos ni duran lo suficiente como para calificarlos como episodios hipomaníacos o depresivos.
Cómo se trata el trastorno bipolar
Los profesionales de la salud mental tratan el trastorno bipolar con medicamentos, psicoterapia o una combinación de ambos.
Según el NIMH, ciertos medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas del trastorno bipolar. “Algunas personas quizás tengan que probar con varios medicamentos diferentes antes de encontrar los que funcionan mejor. Los tipos más comunes de medicamentos que recetan los médicos incluyen estabilizadores del estado de ánimo y antipsicóticos atípicos. Los estabilizadores del estado de ánimo, como el litio o el valproato, pueden ayudar a evitar episodios del estado de ánimo o reducir su gravedad. El litio también puede disminuir el riesgo de suicidio. Si bien a menudo se trata la depresión bipolar con medicamentos antidepresivos, también se debe tomar un estabilizador del estado de ánimo, ya que tomar solo un antidepresivo puede desencadenar un episodio maníaco o ciclos rápidos en una persona con trastorno bipolar. A veces se agregan los medicamentos para el sueño o la ansiedad a los estabilizadores del estado de ánimo como parte de un plan de tratamiento”.
Por otra parte, también se emplea la psicoterapia, que puede ofrecer apoyo, educación, habilidades y estrategias a las personas con trastorno bipolar y sus familias.
“La terapia cognitiva conductual es un tratamiento importante para la depresión y adaptada para el tratamiento del insomnio puede ser especialmente útil como componente del tratamiento de la depresión bipolar”, aclaró el NIMH.