Vinicius de Carvalho, académico brasileño: “Lula tiene que actualizarse y no tolerar regímenes totalitarios como Venezuela”
En diálogo con Infobae, el especialista en seguridad regional se refirió a los desafíos del continente con el crimen organizado, el cuidado del medio ambiente y la creciente influencia china
Durante su paso por Buenos Aires, el ex militar e investigador brasileño, actual vicedecano de la King´s College de Londres, brindó una entrevista a Infobae en la que abordó los principales desafíos y amenazas de la región, la creciente influencia china y la actualidad de su país, Brasil, que en los últimos tiempos estuvo marcado por una profunda división social entre aquellos que respaldan al ahora presidente Lula da Silva y al ex jefe de Estado Jair Bolsonaro.
El ex Teniente del Ejército brasileño (2007-2008) alertó sobre un pronunciado aumento de las actividades del crimen organizado transnacional. Para hacer frente a esta amenaza, el académico consideró que las naciones tienen que enfocar el tema como una problemática global, por lo que pidió una mayor cooperación internacional.
“Tratar hoy el crimen organizado transnacional como una amenaza simplemente de seguridad pública es una equivocación, hay que pensarlo más sistémicamente y comprender también desde una perspectiva regional las mejores políticas para tratar estas cuestiones”, apuntó.
Entre los principales desafíos de la región en materia de seguridad, De Carvalho también se refirió a la seguridad ambiental y el cambio climático.
Por su parte, consultado por la polémica postura de neutralidad que adoptó Lula ante la invasión rusa a Ucrania, y su acercamiento a dictaduras como las de Venezuela y Nicaragua, el también investigador asociado del Centro de Estudios Estratégicos de la Marina de Brasil opinó que el presidente y sus asesores “tienen que hacer un update de la situación geopolítica global”.
-¿Cuáles considera que son los principales desafíos y amenazas en materia de seguridad y defensa a nivel regional?
-En este momento estamos con dos temas fundamentales que tenemos que mirarlos no separadamente, sino interconectados, pero también con sus especificidades. El primero de ellos tiene que ver con la cuestión de seguridad ambiental y el cambio climático. Nuestra región es una de las regiones del mundo con más potencial en términos de recursos naturales: agua, flora tropical, minería… El manejo de todos estos recursos son cuestiones fundamentales para las autonomías y soberanías de los estados, pero también para garantizar una seguridad ambiental para el mundo. Estamos en un período en que los cambios climáticos son reales, afectan directamente a las poblaciones de los países y consecuentemente traen también desafíos y amenazas que son de seguridad en la región. El punto dos tiene que ver con la estructuración, desarrollo y crecimiento del crimen organizado transnacional en toda la región. Esto está conectado, por supuesto, con la producción y comercio de drogas ilegales, especialmente la cocaína, pero también de muchos otros contraefectos criminales que están en una escala que ya no se debe tratar simplemente como algo nacional. No son cuestiones simplemente de seguridad pública que afecta a un ciudadano dentro de una ciudad como Buenos Aires o Río de Janeiro. Son riesgos no estatales en el sentido que son bandas organizadas, que tienen capacidad de afectar las estructuras y soberanía de los estados. El crimen organizado transnacional hay que pensarlo más sistémicamente y comprender también desde una perspectiva regional las mejores políticas para tratar estas cuestiones. Y digo regionales porque hay muchos países fuera de la región que también están afectados y tienen interés en lo que pasa aquí; y no podemos simplemente copiar o seguir lo que quieren que hagamos, tenemos que venir juntos desarrollando estas ideas de transformaciones y perspectivas para tratar estas cuestiones fundamentales. He dicho que los dos están combinados porque ya se sabe que muchas de las bandas organizadas que operan en muchos países de la región están involucradas también con la minería ilegal en regiones como la Amazonía, donde el impacto ambiental es muy grande. Entonces son dos problemas, pero tienes que entenderlos también cómo están conectados.
-¿Cree que América Latina, a diferencia de otras regiones, está más atrasada en la lucha de estos desafíos?
-Yo no diría atrasado. Por muchos años países especialmente como Estados Unidos y muchos europeos han dicho las soluciones y muchas veces sin escuchar nuestras perspectivas. Me parece que lo más importante es que empecemos a venir con soluciones nacidas desde nuestro contexto y no solamente seguir orientaciones de otros países que nos dicen cómo tenemos que hacer. Creo que esto es lo fundamental. Tenemos que reforzar cada vez más la cooperación regional en términos de compartir información, desarrollo de técnicas prácticas, doctrinas comunes, y que nos proporcione la posibilidad de trabajar en conjunto contra las amenazas. Esto para mí es lo más importante: este desarrollo de capacidades, de doctrinas, de mentalidades, y de cooperación regional en términos de seguridad y defensa.
-Recién decía que esta no es una problemática individual de cada país sino regional y hasta global. Sin embargo, hay países en los que está mucho más pronunciado el problema del crimen organizado. ¿Qué casos ve con mayor preocupación en la región?
-Muchas veces miramos nuestros problemas. Países como Bélgica hoy sufren muchísimo con el tráfico internacional, especialmente de cocaína. Amberes es el puerto donde más reciben drogas que vienen de América Latina, y esto afecta, por supuesto, toda la seguridad, con conexiones con mafias regionales europeas. Afecta a todos. Hay que ser muy claro en esto. El crimen organizado transnacional es resultado de la globalización; es un efecto colateral de la globalización. De la misma manera que la globalización ha traído muchos beneficios, ha traído también la posibilidad de que el crimen organizado transnacional se organizara en cadenas globales y hacer cooperaciones internacionales. Esto afecta países de manera muy distintas; cómo se sitúa este país dentro de este contexto del crimen organizado transnacional. ¿Es un país productor de drogas? Si es este caso, afectará de una manera. Si es un país que es importante para el tráfico internacional lo afectará de maneras distintas. Mira México por ejemplo, cómo están afectados. Mira Brasil, Colombia, y ahora Ecuador, que en los últimos cinco años he visto un crecimiento de violencia directamente conectado con el crimen organizado transnacional. Si no compartimos las informaciones de las realidades que cada uno de estos países está viviendo por diferentes razones, no lograremos tener una respuesta que sea sistémica y holística.
-¿Qué análisis hace del caso puntual de Venezuela cuando vemos que muchas figuras del régimen, incluida toda su cúpula, están denunciadas de estar vinculadas al narcotráfico?
-Creo que Venezuela es para nosotros un punto de referencia importante para mirar cómo no debemos hacerlo. Estos gobiernos autoritarios permiten que el crimen organizado se ocupe más de ellos, es un riesgo que todos tenemos. Por supuesto, la falta de democracia agrava la situación porque la democracia con todos los problemas que tiene nos ayuda a tener balances y medidas de control. Cuando tenemos un régimen político que no permite la contestación, tampoco permite la verificación, no permite la fiscalización de los datos de sus gobernantes. Tenemos una región con una tradición de regímenes totalitarios en el pasado; tenemos que prevenirnos de dejar que estas cosas pasen porque si llegamos ahí el efecto Venezuela será muy claro y muy evidente.