Sospechaban de tramas, de componendas y desde el Bernabéu insistían en el intento de demostrar que nada era casual
JOSÉ FÉLIX DÍAZ, MarcaEl Real Madrid forma parte del sistema del fútbol aunque pueda parecer lo contrario. No es ajeno a nada de lo que sucede. Ni ahora, ni años atrás. Es parte fundamental del mismo. Lleva dos décadas denunciando situaciones deportivas-arbitrales que según los dirigentes madridistas se salían de toda norma y de toda lógica. No las entendían.
Llegó el momento en el que se sentían perseguidos. Sospechaban de tramas, de componendas y desde el Bernabéu insistían en el intento de demostrar que nada era casual.
Tanto como para dar la espalda a la Federación ante lo que consideraban
predicar en el desierto. En la Ciudad del Fútbol nadie escuchaba, todos
miraban hacia otro lado cuando desde el club blanco y otros muchos
planteaban situaciones que nadie entendía. Con la llegada en 2018 de Luis Rubiales a la presidencia de la Federación el
cambio fue evidente y así lo reconocieron con el regreso activo a las
asambleas. Pese a ello hubo una queja directa en 2019 por el uso del
VAR.
El silencio oficial de ahora ante los pagos del Barcelona a una empresa propiedad de Enriquez Negreira cuando era vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros,
lo que ha hecho ha sido confirmar todo lo que desde el Bernabéu se
denunciaba, tal y como reconocen a MARCA voces autorizadas del Real
Madrid, que también reconocen que el problema ahora es de otros, de esos
que tildaban de enfermos a los que denunciaban el sistema durante
muchos años. El club blanco, pese a lo que esperaban sus aficionados, no se va a sumar a iniciativa alguna de LaLiga, órgano al que está enfrentado mucho antes de la aparición del proyecto Superliga.
Aunque
venía de lejos, las primeras protestas llegaron allá por 2011 en forma
de llamada a la Federación (con Villar pronto se dieron cuenta que no
era posible cambiar nada), después con cartas, más adelante con
publicaciones en la web, vídeos, filtraciones y posterior salida de
cualquier comisión federativa. Muchos de estos movimientos
fueron censurados por clubes que ahora han suscrito la carta de LaLiga
contra el Barcelona. El apoyo del Real Madrid a Gerardo González en una elección a presidente contra de Villar, lo consideraron los dirigentes blancos como el gérmen de la barra libre.
Mourinho
fue el impulso para que el Real Madrid olvidara las formas y fuera al
fondo. En 2011 criticó abiertamente a la Federación en la web tras un
cambio de designación arbitral. "La FEF predispone a los árbitros en
contra del Real Madrid", señalaban. Después llegó el decálogo del portugués.
En 2017 se repitió la queja con un fondo de sospecha tras ciertas
decisiones, repetidas en 2017 tras un gol del Barcelona ante el Málaga,
culminada con aquella frase de Sánchez Arminio en una reunión arbitral:
"en el colectivo no cae bien el Real Madrid". En 2019 vuelta a las
sospechas con una llamada de Florentino Pérez a Rubiales por el uso del VAR. La historia viene de lejos.