Seis mujeres demandaron a Tesla por fomentar una cultura de acoso sexual
Ocupaban puestos en la planta de montaje o en el centro de servicios de la compañía en Fremont, California. Todas ellas acusaron a compañeros de acoso sexual y varias fueron trasladadas a otras posiciones cuando se quejaron
El periódico The Washington Post señaló que las seis mujeres ocuparon puestos en la planta de montaje o en el centro de servicios de la compañía en Fremont y todas ellas acusaron a sus compañeros masculinos de acoso sexual.
En algunos casos, cuando denunciaron el comportamiento de sus colegas, las empleadas afirman que fueron trasladadas de sus puestos de trabajo a otras posiciones. Varias de ellas denunciaron que sufrieron depresión y ansiedad como consecuencia de los supuestos acosos.
En noviembre, otra empleada de Fremont presentó una demanda contra Tesla por las mismas razones, tras acusar a la compañía de fomentar un clima de acoso sexual en la planta de montaje. La denuncia decía que Tesla somete a las trabajadoras a condiciones “de pesadilla” de acoso sexual desenfrenado en su fábrica principal, y los supervisores miran para otro lado cuando se presentan quejas.
Según la demandante de ese caso, Jessica Barraza, de 38 años de edad, sus compañeros le hicieron comentarios vulgares sobre su físico, silbidos diarios e incluso sufrió tocamientos.
Barraza denunció la situación al departamento de Recursos Humanos de Tesla, pero, de acuerdo a su denuncia, la compañía no actuó contra los supuestos autores del acoso.
Tras la demanda de Barraza, el bufete de abogados Johnson Fistel, que no está relacionado con las denuncias presentadas hasta ahora contra Tesla, dijo en un comunicado que está investigando demandas contra “algunos ejecutivos y directores” de Tesla.
El bufete señaló que los accionistas de Tesla pueden tener un caso legal para que la compañía no sufra consecuencias responsabilizando personalmente a “los ejecutivos y directores de la compañía” del “supuesto daño causado”.
La firma legal también indicó que los accionistas “pueden ayudar a reformar el gobierno corporativo de la compañía para prevenir futuras malas conductas”.
Denuncia de racismo
En octubre, un juez ordenó a Tesla pagar 137 millones de dólares a otro empleado de la compañía en Fremont, Owen Diaz, por el racismo, discriminación y acosos que sufrió en su puesto de trabajo.
La justicia californiana condenó al fabricante de automóviles eléctricos a pagar los daños y perjuicios por hacer la vista gorda ante el racismo que sufrió en una de sus fábricas, lo que envía un fuerte mensaje al mundo corporativo de Estados Unidos, según su abogado.
“Concedieron una suma que puede ser un llamado de atención para las empresas estadounidenses”, dijo a la agencia AFP el abogado civil Larry Organ. “No participen en conductas racistas y no permitan que las conductas racistas continúen”.
Contratado a través de una agencia de empleo, Owen Díaz trabajó entre junio de 2015 y julio de 2016 en la planta de Fremont (California) de la compañía, donde fue objeto de insultos racistas y de un ambiente de trabajo hostil, según los documentos judiciales.
Díaz dijo durante el juicio que los afroestadounidenses de la planta, donde también trabajaba su hijo, sufrían denigraciones constantes y les ponían apodos racistas.
La “imagen progresista de Tesla era una fachada para ocultar el trato denigrante hacia sus empleados afroamericanos”, afirma la demanda.
Díaz indicó que, a pesar de las quejas a la dirección, Tesla no actuó para poner fin a estos comportamientos.