Estudio de la UMSA sugiere vacunar a grupo etario de 12 a 18 años
El estudio señala que, al inicio de la pandemia, la OMS atribuyó un 2% de los casos Covid-19 a los menores de 18 años, pero en la actualidad la misma institución reconoce que este porcentaje es del 8,5%, con notables diferencias según la región o país.
El reporte indica que los niños con enfermedades previas como obesidad, enfermedades pulmonares crónicas, cardiovasculares, neurológicas, deficiencias inmunológicas, cáncer y cromosomopatías como síndrome de Down tienen más riesgo de enfermedad por Covid grave, mayores requerimientos de unidades de terapia intensiva y mayor mortalidad.
“Históricamente la vacunación de niños y adolescentes para infecciones epidémicas es, sin lugar a dudas, la más importante intervención de salud pública luego de la provisión de agua potable a la población”, indica el reporte.
En Europa, Norteamérica y la mayor parte de Sudamérica, se ha instruido la vacunación entre los 12 y 18 años con Pfizer/Biontech o CoronaVac. “En Bolivia, es pertinente y necesario que se vacune a este grupo etario tanto por la necesidad de protegerlo de la infección con riesgo de hospitalización y muerte como por el riesgo del síndrome Inflamatorio Multisistémico y las secuelas que ocasiona en diversos aparatos y sistemas orgánicos”, indicaron.
El reporte señala que toda vacuna puede provocar efectos secundarios, la mayoría son leves y de corta duración y no todas las personas presentan estas reacciones.
“En el caso de la vacuna contra el SARS CoV-2 las reacciones comunes observadas en adolescentes fueron semejantes a las presentadas en adultos: dolor leve a moderado en el lugar de la inyección, fatiga, cefalea y fiebre, con remisión a las 72 horas. Otras reacciones secundarias son aisladas y merecen la vigilancia pediátrica, pero no demeritan la utilidad y beneficio de su indicación general”, señalaron.
Los expertos afirmaron que debe protegerse a esta población eminentemente escolar, ante la eventualidad del pleno retorno a las clases presenciales, situación que ya ocurre parcialmente en la actualidad y que se hace más necesaria en nuestro país por la insuficiencia de medios y recursos para prolongar indefinidamente la modalidad virtual, cuya aplicación ha sido bastante irregular y deficiente por las mismas condiciones socioeconómicas de nuestra población.
Todo lo anterior, sin desmerecer la necesidad de restituir lo más pronto posible, la interacción y el relacionamiento social a los niños y adolescentes, en preservación de su salud mental y emocional, señalaron.