Pedro Castillo hace planes y gestos de presidente mientras Perú espera el dilatado anuncio del ganador del ballotage
Aunque el candidato socialista obtuvo una leve ventaja sobre su rival, Keiko Fujimori insiste en la justicia con el fraude electoral en un marcado escenario de polarización del país
La proclamación del próximo presidente se ha dilatado por la suspensión de uno de los cuatro miembros del jurado electoral, que no puede terminar de resolver pedidos de nulidad de votos por parte de la derechista Keiko Fujimori, que ha denunciado fraude sin mayores pruebas.
Castillo, un profesor de primaria de 51 años e hijo de campesinos, ha comenzado a actuar como si ya fuera presidente, al reunirse durante la semana con varios líderes de otros partidos políticos.
El jueves acudió al velatorio de un niño de 6 años, la única víctima mortal que tuvo el sismo de magnitud 6 en la escala de Richter ocurrido la noche anterior, y este viernes viajó a la sureña ciudad de Cusco para asistir a una reunión de gobernadores regionales, ubicado al sur este de Perú y donde criticó el histórico centralismo gubernamental hacia la capital Lima.
“Perú en su interior tiene otro tipo de naciones, es diverso, es múltiple, es multiétnico y por eso estamos aquí”, dijo Castillo en el evento al que fue invitado por el gremio de autoridades regionales.
“En este caminar ya no hay ni vencidos ni vencedores, hoy somos una sola familia, hoy es el pueblo peruano que necesita ordenarnos para empezar con esta gesta de desarrollo”, afirmó.
El candidato de izquierda quedó primero en los comicios del 6 de junio con sólo 40.058 votos de ventaja sobre Fujimori, que ha presentado recursos legales para anular 200.000 votos alegando supuestas firmas falsas en las mesas de votación, la mayoría de zonas rurales y pobres, donde la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori no consiguió mayor apoyo.
La polarizada elección ha dividido profundamente a los peruanos y el jueves decenas de seguidores de ambos candidatos se enfrentaron con los palos de las banderas y pancartas que llevaban frente a la sede del jurado electoral en Lima. Para el sábado se ha programado nuevas marchas de ambos bandos.
“No puedo avanzar mas allá porque aún siendo un gobierno electo, estamos a la espera que el jurado diga la última palabra y lo que tengo que decir lo diré cuando tenga ese documento oficial, porque hay mucho por hacer”, dijo Castillo durante su discurso transmitido en directo por la televisión local.
En la misma cita de gobernadores en Cusco estuvo el jueves el presidente interino Francisco Sagasti, que espera entregar la posta a su sucesor el 28 de julio para un mandato de cinco años.
Castillo afirmó que no renunciará a su plan de rescribir la Constitución, una oferta de campaña electoral para reforzar el papel del Estado y quedarse con una mayor parte de los beneficios de las empresas mineras, lo que ha puesto nerviosos a inversionistas y sacudido a los mercados.
“No vamos a cambiar de lenguaje, no vamos a cambiar de mensaje, sino más bien pido a ustedes como gobernadores regionales, sean los primeros convocados para que participen en la próxima asamblea nacional constituyente”, dijo Castillo.
Los observadores internacionales en Lima, entre ellos la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), han manifestado que las elecciones en Perú fueron transparentes. Lo mismo ha dicho también la oficina de la Unión Europea, mientras que el Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que fueron un “modelo de democracia”.
En tanto, desde el partido de Fujimori, la élite política, económica y empresarial del país que apoya a la candidata conservadora ha solicitado al Gobierno que pida a la OEA realizar una auditoria al proceso electoral siguiendo el ejemplo de los comicios de Bolivia en el 2019.