MAS usa el caso Murillo para reforzar retórica del «golpe»
En la misma línea, Juan José Jáuregui, diputado del MAS, señaló: “Lo cierto en este momento es que los móviles del ‘golpe de Estado’ fueron móviles delincuenciales, para hacerse de la cosa pública para beneficio absolutamente particular”.
El legislador sostuvo que el proceso de contratación de la compra de gases lacrimógenos se inició 13 días después de la asunción de Añez como presidenta, el 25 de noviembre, e indicó que probablemente se presente una nueva proposición acusatoria contra la exmandataria.
El jefe de la bancada del MAS en el Senado, Luis Flores, manifestó que la detención de Murillo en Estados Unidos termina con las denuncias de que en Bolivia hay persecución política.
Morales recordó que en diferentes oportunidades el Conade se pronunció cuestionando al gobierno transitorio.
Por su parte, el constitucionalista Marco Baldivieso señaló que se deben diferenciar los momentos políticos en una primera instancia cuando se da la sucesión constitucional, ante el vacío de poder, y en otra, cuando se producen los hechos de corrupción. Señaló que no se puede ligar este último momento a que hubo un “golpe de Estado”.
“La transición constitucional fue una necesidad para preservar la continuidad del Estado de Derecho, nos quedamos descabezados. En el gobierno de Añez sí efectivamente existió mucha corrupción. Lamentablemente, en lugar de encargarse de encarar un verdadero proceso de transición, de asegurar las condiciones para enfrentar la pandemia y la crisis económica, mucha gente se dedicó a robarle al pueblo, pero nada tiene que ver la corrupción con que se justifique o no la existencia de un golpe de Estado. Son dos temas totalmente diferentes”, apuntó.