Condiciones para el resurgimiento del movimiento cívico no están dadas

Beni, Erbol 
Las condiciones para una reedición de una movilización cívica-ciudadana, como la de octubre y noviembre de 2019, no están dadas, pero calificar de fracaso las convocatorias del Comité Cívico Nacional —particularmente la de Santa Cruz— es un error, consideran analistas y políticos, a diferencia de los representantes del Movimiento Al Socialismo (MAS). Después de los comicios nacionales y regionales surgen voces de cuestionamiento sobre la credibilidad del Tribunal Supremo Electoral (TSE), que en los dos últimos procesos electorales decidió no implementar lo que en su momento llamaron la Difusión de Resultados Preliminares (Direpre), porque no superaron ciertos parámetros.

A esto se suma la aprehensión y detención preventiva de la expresidenta Jeanine Áñez y los exministros Álvaro Coimbra y Rodrigo Guzmán, de Justicia y Energías, respectivamente, además de jefes militares, por el presunto caso “golpe de Estado”, teoría que el partido gobernante pregona en todos los escenarios posibles, para dejar en el olvido el “fraude electoral” denunciado y que significó la renuncia de Evo Morales.

Ante estos hechos cuestionados, el Comité Cívico Pro Santa Cruz salió al frente para denunciar nuevamente la política dictatorial y de sometimiento que caracteriza al partido azul, además de anunciar la posibilidad de asumir medidas en defensa de la democracia.

La instancia convocó a una reunión nacional e invitó a las autoridades electas opositoras al MAS, pero que no próspero por diversas circunstancias.

En principio, asambleístas y autoridades del gobernante MAS cuestionaron y llamaron a deponer actitudes de confrontación; ahora, ante la suspensión, refieren que este “movimiento cívico es un fracaso”.

“En medio de la pandemia de Covid-19, se ha visto cómo el campo político boliviano se complica y busca su recomposición en función de muchos elementos, en el que la polarización sigue siendo un elemento importante. Estos temas han despertado la indignación en diferentes grupos, pero al parecer existe un cierto agotamiento, pero eso no significa de ninguna manera que sea un fracaso la convocatoria del Comité Cívico de Santa Cruz, pero está latente”, señala la politóloga Patricia Velasco.

En tanto, el analista Pedro Portugal considera que lo sucedido ha determinado el surgimiento de nuevos paradigmas políticos, pero que no han logrado satisfacer los requerimientos de la población movilizada en 2019, además de soportar una administración transitoria cuestionada por diversos factores, entre ellos presuntos actos de corrupción en la pandemia de coronavirus.

“Hasta el momento, el llamado del Comité Cívico de Santa Cruz era un llamado a autoridades contra el Gobierno porque había un temor de que se pueda impedir su posesión y el ejercicio para los cuales fueron elegidos, pero los asuntos que hay en Bolivia van mucho más allá: se tratará de terminar una nueva idea de nación, una nueva idea de relaciones políticas y, a partir de eso, otra vuelta se van a citar fuerzas en uno y otro bando, a medir su capacidad”, indicó.

Actualmente, agregó, están en un momento de confusión grande y se ha querido precipitar una unión en términos de enfrentamientos contra el Gobierno, cuando lo que está surgiendo son cuestionamientos mucho más profundos, mucho más importantes.

Inasistencia

El presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Rómulo Calvo, al momento de suspender el cónclave cívico con autoridades electas, lamentó la falta de compromiso en la defensa de la democracia, porque las acciones que puso en práctica el gobernante son las mismas que empleó Morales para desarticular a los partidos políticos de oposición o a cualquiera que exprese descontento.

“Hemos convocado a los ganadores de las elecciones (subnacionales), que son contrarios al partido de gobierno, pero es lamentable que no exista su apoyo. No entendemos si es por miedo o si hay presión política para no participar. Es lamentable que ellos no quieran de alguna forma poner la cara hacia el país y mirando de frente justamente en los intereses”, sostuvo el dirigente cívico cruceño.

Lamentó que no se defienda la lucha de recuperación de la democracia y ahora permitir que el Gobierno pregone que se gestó un presunto golpe de Estado.

Gregorio Lanza, economista con maestrías en políticas públicas, expresó que la convocatoria no es un fracaso; al contrario, es una primera llamada de atención.

“Era de esperar que la convocatoria del comité cívico no tenga acogida porque en su momento hubo respaldo en 2019 porque había comités cívicos, habían candidatos que estaban frente a un escenario de fraude electoral; en cambio ahora tenemos a autoridades electas, entonces esas autoridades tienen que primero responder a la demanda ciudadana y la primera demanda de los electores es que haya tranquilidad y trabajo”, sostuvo.

A falta de partidos 

El agotamiento del sistema de partidos políticos iniciado en las elecciones nacionales de 2002 y su posterior colapso evidenciado en las elecciones nacionales de 2005 abrieron espacios para una mutación del sistema de partidos y fuerzas políticas en el país. 

Para Velasco, esta mutación toma sus propias formas en los niveles subnacionales, particularmente, en el que los comités cívicos se han constituido en la palestra para la emergencia de nuevos líderes y ahora actuales autoridades locales, caso Luis Fernando Camacho, en Santa Cruz, y Jhonny Lally, en Potosí.

Los comités cívicos Santa Cruz y de Potosí, “se podría decir que son los más sólidos, porque en momentos de defensa de sus intereses regionales hicieron frente al Gobierno de Morales. Pero sin duda el de Santa Cruz es, podríamos decir, lo que son la

 organizaciones sociales en occidente. Este ente tiene la mayor fuerza regional y aglutina a todos los sectores, que va desde gremiales hasta sectores empresariales”, señaló.

Para Lanza, el comité cruceño “tiene una larga vida y va a seguir hacia adelante. Refleja una forma de organización de la sociedad cruceña. El comité cívico es el que responde a las organizaciones sociales al MAS, no es cualquier comité cívico; los otros sí, tiene legitimidad y articula a un gran parte siempre va a jugar un rol y tiene liderazgos que surgen”.

Según Portugal, lamentablemente en 2019, después del movimiento cívico-ciudadano, debió manifestarse una estructura política que diseñe un nuevo Estado, pero no fue así.

“Ésa era la razón del movimiento, no hubo eso, la aparición del coronavirus, hubo una frustración grande en cuanto a los resultados que se esperaban del gobierno transitorio, todos estos elementos generan nuevamente el triunfo del MAS, o sea, lo que lleva un desgaste natural. Ahora esto hace que la organización de estos grupos sea más lento, no están totalmente desmovilizados, pero no creo que tengan una expresión fuerte o radical, digamos lo bastante pronto”, manifestó.

Movimiento juvenil

El fastidio, indignación sobre la corrupción, engaño, arbitrariedad, persecución, incendios en la Chiquitanía, no respeto de los resultados del 21F y la violación de la Constitución fueron los detonantes para la movilización de miles de jóvenes que demandaban al Gobierno de Morales respetar su voto.

En ese periodo de 2019, los actores fueron jóvenes nacidos entre 1979 y 2000 (entre 19 y 40 años); es decir, son los que podrían llamarse millennials X y millennials Z. Éstos crecieron con las computadoras, por lo que tienen buen manejo de las interfaces tecnológicas.

Estos personajes emergentes contrastan con las de líderes de partidos y frentes que participaron de las elecciones fraudulentas, y con las de las ex autoridades y miembros del MAS, que superan los 57 años.

Los jóvenes resultan ser los protagonistas, internet el medio, las reivindicaciones que estallan más por el ataque a la dignidad y a los principios.

“Dejan al descubierto el cuestionamiento de las nuevas generaciones al ‘sistema’ y a las formas de gobierno autoritarias, recurren al uso de plataformas digitales para cuestionar, hacerse escuchar y promover acciones, indistintamente del movimiento cívico nacional”, indica la politóloga Velasco.

Recuerda que las estrategias de lucha que se vivieron fueron por convocatoria y decisiones vía cabildos o consultas populares masivas, frente a instrucciones de movilización “orgánica” o estructurada en base a un partido político; resistencia pacífica, protestas en las calles, entre otros.

Ataque

Después de que el Comité Cívico Pro Santa Cruz determinara suspender su cumbre, ante la ausencia de las principales autoridades subnacionales electas contrarias al MAS, el expresidente Morales afirmó que “fracasó” el plan de los golpistas para conflictuar el país.

“Fracasó el plan de los golpistas de volver a poner en conflicto al país. El pueblo quiere paz y trabajo y reactivar la economía. Sólo la unidad entre todas y todos nos permitirá salir de la crisis” señaló la exautoridad a través de su cuenta de Twitter.

El diputado Óscar Balderas descalificó estas afirmaciones de golpistas y otras situaciones al indicar que ‘nuevamente el MAS muestra su carácter autoritario’.

“Ahora para ocultar el fraude empieza a calificar de golpistas, y desconoce el movimiento ciudadano - cívico que demandó respeto al voto”, dijo al recordar las grandes movilizaciones de las plataformas ciudadanas, comités cívicos, jóvenes, entre otros.

Bolivia enfrenta tres grandes fisuras

Diversos analistas coinciden en que existen por lo menos tres grandes fisuras: la económica social, la étnico cultural y la territorial, que se entrelazan y se agudizan frente a la crisis económica detonada por la pandemia y la políica por la burla al referendo y el fraude electoral de 2019. Y encuentran un escenario de reconfiguración con las elecciones de octubre de 2020, sostiene el economista Gregorio Lanza.

Explica que en la dimensión territorial se pueden ver tres grandes conformaciones socioeconómica y actores.

Una es el occidente aymara, fundamentalmente los municipios rurales y El Alto, que tiene sus propias lógicas económicas, mercantilistas con la conformación de una burguesía que comercia en los circuitos internos y externo con mercancías y medios lícitos e ilícitos. 

Otro territorio donde hay autonomía y que en los hechos se acerca al federalismo es el trópico de Cochabamba, donde los productores de coca han construido un poder estatal basado en los municipios, el control social y la policía sindical.

Por otra parte, está el oriente, que se constituye en un espacio territorial que tiene sus propios perfiles, inconfundibles producto de su desarrollo histórico autónomo. Donde se han construido instituciones como fraternidades, logias, la CAO y el Comité Cívico, donde se cohesionan y potencian por necesidades e intereses antes que por posiciones.

Surgimiento de grupos de jóvenes

La politóloga Patricia Velasco señala que, ante la indefensión de los ciudadanos de diferentes ciudades, entre ellas Cochabamba, se da la aparición en Bolivia de grupos juveniles organizados para enfrentar violentamente a la militancia del Movimiento Al Socialismo (MAS).

La Resistencia Juvenil Cochala (RJC) ejecutó labores de desbloqueo contra las federaciones de trópico, pero también de apoyo a bloqueadores (asistencia a las llamadas “pititas” y “llantitas”). 
Luego de la renuncia de Evo Morales, se organizaron para evitar que la militancia rural del MAS ingrese a la ciudad de Cochabamba.

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