Cinco razones por las que la inmunidad de rebaño es una utopía

La revista Nature hace un repaso de por qué el objetivo de la inmunidad de rebaño contra el coronavirus es complicado de conseguir en todo el mundo.

As.com
Inmunidad de rebaño o colectiva. Es uno de los términos clave en la actual pandemia de coronavirus. Con el desarrollo de cada vez más vacunas contra la COVID-19, las naciones de todo el mundo ponen sus esfuerzos en vacunar a la población para conseguir la tan ansiada inmunidad. Cada vez más expertos apuntan a que el coronavirus podría quedarse como una enfermedad endémica, parecida a la gripe.

Con el objetivo final de volver a cierta normalidad, la que disfrutábamos antes de la llegada del SARS-CoV-2, hay una cifra clara: entre el 60% y 70% de la población vacunada. Esa misma es la meta marcada por el Ministerio de Sanidad para el verano. A fecha de hoy, en España hay 1.886.813 personas vacunadas con la pauta completa, mientras que se han administrado un total de 5.993.363 inyecciones.

¿Será esto suficiente, tanto para España como para el resto del mundo, para conseguir tan ambicioso objetivo? Los expertos no lo tienen claro. Un artículo de la revista especializada Nature pone de manifiesto cinco problemas por los que es "probablemente imposible" alcanzarlo. "Nos estamos alejando de la idea de que alcanzaremos el umbral de inmunidad colectiva y luego la pandemia desaparecerá para siempre", afirma la epidemióloga Lauren Ancel Meyers, de la Universidad de Texas. El hito se complica tanto por las vacunas, por su desigual reparto y su capacidad para prevenir la transmisión, como por parte del virus y sus nuevas mutaciones.

¿Frenan las vacunas la transmisión?

Es la primera de las incógnitas que plantean los expertos en Nature. Un problema para la inmunidad colectiva es la efectividad de las vacunas para proteger de la infección y la transmisión del virus. Algo que asegura el creador de la vacuna de Pfizer, pero que los expertos todavía no tienen claro.

"La inmunidad colectiva solo es relevante si tenemos una vacuna que bloquee la transmisión. Si no, entonces la única forma de obtener inmunidad colectiva en la población es administrar la vacuna a todos", expresa Shweta Bansal, bióloga matemática de la Universidad de Georgetown, que califica los datos hasta ahora disponibles como "no concluyentes". Por su parte, Samuel Scarpino, científico que se dedica al estudio de enfermedades infecciosas, asegura que con una efectividad del 70% para frenar la transmisión ya sería "asombroso".Reparto desigual de vacunas

Mientras la distribución de vacunas de AstraZeneca se sigue recortando en Europa, hay un problema mayor a nivel mundial. Muchos países todavía no han recibido ninguna dosis de la vacuna, por lo que toda su población está expuesta al virus. Eso, en un mundo tan globalizado, complica el objetivo mundial. "Es algo técnicamente factible, pero en realidad es muy poco probable que lo logremos a escala global", señala Matt Ferrari, epidemiólogo danés.

Israel, por ejemplo, fue uno de los primeros países en vacunar a su población, apoyado además por un acuerdo con Pfizer/BioNTech para compartir los datos de vacunación. A fecha de hoy, prácticamente la mitad de sus nueve millones de habitantes están vacunados. Al lado de este país, otros como Líbano, Siria o Egipto no han vacunado al 1% de la población, destaca Nature.

Aparición de nuevas variantes

La tercera pata que dificulta el objetivo es la aparición, cada vez más frecuente, de variantes del virus que además en algunas ocasiones son más transmisibles. Según Sara Del Valle, epidemióloga matemática y computacional del Laboratorio Nacional de Los Álamos (Nuevo México), cuanto más se tarda en frenar al virus más tiempo tiene éste para mutar.

Un claro ejemplo de esto, destaca, es lo que está ocurriendo en Brasil, con una variante que ha colapsado los hospitales del país y se ha extendido a muchos rincones del planeta. Un estudio publicado en la revista Science calculaba un 60% de población infectada en Manaos para junio de 2020. Sin embargo, la aparición de la variante P.1 provocó un gran incremento de casos y la hipótesis de que las infecciones previas no daban una amplia protección contra el virus.

Inmunidad con fecha de caducidad

El haber sido vacunado o el hecho de haber superado la enfermedad otorga una cierta inmunidad frente a la COVID, pero la duda surge en el tiempo que esta es efectiva. "Todavía nos faltan datos concluyentes sobre la disminución de la inmunidad, pero sabemos que no es cero ni 100", concluye Bansal, que apela a los conocimientos sobre inmunidad de otros coronavirus.

Otro de los planteamientos es que se necesiten nuevas dosis de refuerzo contra la enfermedad con el paso del tiempo. Con esto, la COVID podría convertirse en una enfermedad similar a la gripe.

Cambios tras la vacunación

El último de los factores que apuntan los expertos en la revista científica es el cambio de comportamiento de la población tras recibir la vacuna. A más personas vacunadas, más crecerán las interacciones, algo que afecta a la inmunidad colectiva, que depende de las personas que están expuestas al virus. "Si antes de la vacuna conocía como máximo a una persona, y ahora con las vacunas conoce a diez personas, ha vuelto al punto de partida".

"Lo que sabemos sobre el comportamiento humano hasta ahora realmente se tira por la ventana porque vivimos en una época sin precedentes y nos comportamos de una manera sin precedentes", señala por su parte Meyers. Para conseguirlo, será necesario mantener las medidas de seguridad como hasta ahora. Sin embargo, algunos gobiernos estatales de Estados Unidos, como Texas, ha levantado la obligatoriedad de las mascarillas.

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