Ridículo de los Celtics en el regreso de Kemba Walker
Los Knicks ganaron por 30, y sólo por 30 gracias a un esfuerzo final de maquillaje por parte de unos Celtics que quedaron en evidencia, en el TD Garden.
Otra buena nueva era la que estrenaban en este domingo previo al Día de Martin Luther King. Vuelta muy esperada: Kemba Walker debutó esta campaña tras los problemas físicos que le han impedido jugar hasta ahora. Lo hizo como titular. Su caso iba a ser paradigmático con el escenario que todos contemplaríamos al acabar los cuarenta y ocho minutos. Después de una mala serie de tiro, fallando siete de los ocho triples que lanzó, cayó al suelo en el tercer cuarto con un golpe en las costillas que le privó de disputar lo que quedaba de encuentro. Y el lío ya estaba formado.
Al descanso la imagen ya era irrisoria. La de los Celtics, no la de su rival. Los Knicks, algo lejos todavía de todo lo malo que lo han hecho los últimos años, tuvieron su cara buena en Boston. Y qué cara. Preciosa. El trabajo en defensa fue bueno y eso llevó a que los jugadores, en su mayoría cortos de edad, del equipo neoyorquino se sintiera sueltos para hacer daño también en ataque. Buenos ejemplos fueron los de Immanuel Quickley (17+8) y Obi Toppin (12+5). El mejor fue, sin embargo, el pívot Julius Randle (20 puntos y 12 rebotes).
Los Celtics metieron 35 puntos en la primera parte. En el tercer periodo sólo contaban con 50 tantos anotados. Menos mal que no había aficionados, se hubieran llevado un parraque. Las diferencias rozaban los 40 en el último periodo, aunque las ganas de los suplentísimos hicieron que la distancia fuera de 30.
Sin Tatum, de baja, los de Brad Stevens se vieron faltos de un faro que les guiara. Brown fue el máximo anotador de su equipo.
Felicidad, aunque la quisiera ocultar en una casa que le es familiar, para un Tom Thibodeau que celebró su cumpleaños con una gran victoria.