Susana Sottoli: “Impresiona cómo los bolivianos están mayormente en casa, a pesar de todo el sacrificio»

La Paz, Página Siete
Susana Sottoli es Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas en Bolivia. Se encuentra en el país desde los primeros días de febrero. Ella cuenta con más de 20 años de experiencia en el trabajo de desarrollo, incluidos 18 años con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
En entrevista con Página Siete comenta que le sorprendió cómo la población boliviana acata las medidas de prevención contra el coronavirus. Señala que Bolivia tiene una ventaja temporal en la lucha contra la pandemia porque el virus llegó antes que a sus países vecinos. Sin embargo, reconoce que en la poscrisis afrontará grandes desafíos socioeconómicos.


Antes de la crisis por el coronavirus, ¿cómo percibió a Bolivia respecto a desarrollo?

Desde el punto de vista de Naciones Unidas nosotros tenemos una agenda que nos da una hoja de ruta para trabajar aspectos claves, como el económico, social, medioambiental y en derechos humanos. En ese sentido, antes de esta crisis, todos los países de Latino América estaban entrando en una situación particularmente difícil. Era algo fuera de su control y de lo que es muy dependiente, como el mercado global, situaciones sociales y políticas. Esto hacía una tendencia no muy positiva. La región ha visto y ha tenido mejores décadas.

Toda esta crisis sanitaria la sorprende cuando ciertas economías estaban comenzando a sufrir una desaceleración. A muy pocos países de la región, la crisis les cae en un época de bonanza económica y social.

En el caso de Bolivia, se tuvo avances en la disminución de la pobreza y crecimientos económicos altos, que le permitió una situación de bonanza económica y social por algunos años. (Sin embargo,) ya se veía en los últimos cuatro o cinco años también una afectación general de disminución de los precios de commodities, de los productos de exportación, etc.


¿Como cree que ha impactado este virus a la población boliviana?

En Bolivia, la aparición del virus está temporalmente como unas dos o tres semanas por detrás de los países fronterizos. Es decir, nosotros no teníamos ningún caso cuando en casi todos los países alrededor ya habían aparecido. Eso dio un espacio para poder observar lo que estaba pasando en otros países.

Lo nosotros observamos es que el Gobierno tomó medidas muy rápidamente, sobre todo respecto a las de contención. En estudios sobre la diciplina, se ve que Bolivia está cumpliendo. Obviamente, el virus ha tenido un impacto muy grande en nuestra vida diaria, de trabajo, ingresos y vida social. Todos estamos sufriendo las consecuencias de eso.

Ahí debo reconocer que, viniendo de afuera, impresiona cómo la población boliviana está mayormente en casa, a pesar de todo el sacrificio; va al super mercado una vez a la semana, etc. Todo esto tiene que complementarse con el fortalecimiento de la capacidad diagnóstica, y del personal de salud para lidiar con el Covid-19.

La OMS dice que necesitamos mejorar la capacidad diagnóstica el país, para detectar casos de coronavirus. Así es la manera más eficiente de aislar a los casos confirmados, sospechosos y parar la transmisión.

¿Cuál son los aportes y el trabajo que está realizando Naciones Unidas para combatir el Covid-19 en Bolivia?


Son tres los aspectos en los que estamos abocados a apoyar a Bolivia, todo bajo los protocolos y las orientaciones de la OPS y OMS:

1. La asistencia técnica con todos los equipos del Ministerio de Salud para asegurarse que ellos están recibiendo la capacitación.

2. Compra de equipos e insumos a través de dos o tres agencias del sistema, como ser PNUD, Unicef, etc. Son con fondos ya existentes en el país, públicos o reprogramados por el Banco Mundial o la CAF y también privados.

Como Naciones Unidas tenemos acceso a mercados y compras en escala. Nosotros tenemos protocolos globalmente internacionalizado para garantizar que efectivamente todo el dinero que el Gobierno deposita en nosotros esté muy bien monitoreado.

3 Otro esfuerzo muy efectivo es la gestión de crisis organizada coordinada. Naciones Unidas respondió a una solicitud del Ministerio de la Presidencia y conjuntamente con el ministerio de salud y planificación, se montó una sala de coordinación estratégica. Ésta trabaja las 24 horas al día, los siete días a la semana procesa información relevante. Hace una gestión y análisis de datos y una asistencia técnica. El 70% del trabajo es de forma virtualmente, a través de una plataforma de telecomunicación que hemos facilitado para estos propósitos.

Se han formado grupos específicos y cuatro líneas de acción: diagnóstico, aislamiento, hospitalización y monitoreo de contactos. Están siendo lideradas por el Ministerio de Salud y Planificación, en coordinación con otros. Nosotros tenemos agencias apoyando y un equipo humanitario donde aproximadamente 30 organizaciones suman esfuerzos.


Dentro de ese análisis ¿cómo creen que sea el impacto de la pandemia a futuro?

No hay que engañarse. El impacto socioeconómico para Bolivia, la región y el mundo entero va a ser muy muy grave. Y en ese sentido sí necesitamos estar preparados. Más allá de ahora mismo contener el virus, debemos comenzar a pensar en cómo reconstruir las economías, los sistemas de salud y la protección social. De toda crisis es necesario aprender y sacar resultados en temas de prevención y preparación.

Por ejemplo el secretario general de Naciones Unidas ha lanzado un llamado a la comunidad internacional para la creación de un fondo de solidaridad y emergencia para abordar precisamente los impactos de la crisis en aquellos países menos desarrollados. En Bolivia estamos haciendo los análisis para que nos permitan identificar rápidamente estos impactos. Todavía es muy pronto para tenerlos pero ya los estamos trabajando, para actuar rápido en todos los frentes que sea necesario.

¿Qué tipo de equipo donó Naciones Unidas a Bolivia? ¿Incluyen respiradores?

La donación que hizo la anterior semana por un monto aproximadamente de 500.000 dólares incluyó equipos de laboratorios de referencia, para fortalecer la capacidad diagnóstica, incrementar la vigilancia y establecer una red de laboratorios. Estos equipos se destinan a 13 laboratorios, que están ubicados en los nueve departamentos del país. Cabinas de bioseguridad, centrífugas refrigeradas, todo lo que asegura realizar la prueba con todas las especificaciones garantizadas y con equipos de protección personal


Respecto a respiradores de unidades de terapia intensiva, esto es parte de otras líneas de trabajo. Nosotros no hemos estado donando este tipo de equipamiento. Probablemente participemos de la compra. También hemos puesto cuatro equipos de computación, equipos humanos, de coordinación. Estamos aportando en la 'expertise'(experiencia) de la OMS. Aportamos recientemente al campamento de Pisiga, con agua y productos de limpieza.

Cuando las personas se encuentran en vulnerabilidad apoyamos, porque se requiere salvar y proteger vidas. Nos basamos en el trabajo de desarrollo previo.

Esto no lleva más de dos meses, todavía tenemos que hacer nuestras propias evaluaciones. Además, había proyectos e inversiones preexistentes que han sido reprogramados y unos fondos adicionales.

Naciones Unidas trabaja gracias al apoyo de muchos donantes y socios de desarrollo. Son una serie de países, con sus embajadas acá que han sido flexibles y solidarios en permitirnos reorganizar los fondos para enfocar en esta emergencia. Así también, trabajamos con el Gobierno. Es decir, en muchos casos es en coparticipación de organizaciones de sociedad civil. Por lo tanto, determinar ahora una suma que pretendiera ser nuestra contribución sería un poco prematuro.

Nuestro valor agregado es poder conectar a diferentes redes, diferentes esfuerzos. La coordinación basada en información fidedigna es fundamental. Es la experiencia que tenemos en atender emergencias no sólo sanitarias, alrededor del mundo, como el ébola, zika, etc.


¿Los aportes económicos de Naciones Unidas tienen un límite, como un tope financiero?

No existe ningún tope financiero. Al contrario, estamos constantemente alerta para conseguir fondos. Estamos todo el tiempo alerta a las posibilidades. No hay tope porque las necesidades de la gente y el apoyo que podemos darles no puede tener ningún tope.

Tenemos 17 agencias. Mi trabajo es lograr que todas estas trabajemos de forma coordinada y coherente en respuesta a las necesidades del país. Estoy muy orgullosa del trabajo que estamos haciendo. El gobierno nos está ayudando en eso.

¿Qué se está haciendo desde Naciones Unidas para combatir la infodemia que genera el Covid-19?

Es un problema grave en Bolivia y en el mundo que se ha hecho visible en esta situación de emergencia. Nosotros hemos firmado un convenio con el Ministerio de Comunicación, la Fundación para el Periodismo y el Ministerio de Salud, para promocionar el trabajo de un observatorio que se llama Bolivia Verifica. Su tarea es monitorear todas aquellas noticias relacionadas a la pandemia del covid-19, en medios digitales y convencionales que puedan atrapar la atención de la gente. Ese trabajo contribuye a mejorar la calidad de la información, a través de la verificación de sus fuentes y su contenido. Contrarresta la información falsa. Esas fakenews tienen un impacto muy poderoso. Pueden provocar más pánico y miedo. Modifican el comportamiento de la gente, a través de noticias que no tienen fundamento científico ni oficial.


Desde el 23 de marzo hemos estado trabajando. Y Bolivia Verifica ha verificado más de 100 noticias respecto al coronavirus. En un 70% falsas o engañosas. Esto está disponible en el sitio Bolivia Segura.

¿Cuáles serán las próximas acciones de Naciones Unidas en esta emergencia?

Seguimos con el mismo plan de respuesta y acomodándonos conforme a la situación se va desarrollando. Seguimos apoyando a las poblaciones más vulnerables. También en la postcrisis estaremos aquí, apoyando.

¿Apoyan a la gente psicológicamente? La cuarentena, el aislamiento y la lucha contra la pandemia son aspectos que afectan emocionalmente a la mayoría de la población.

Es verdad. No hay que subvalorar el impacto psicológico en la población, en esta situación de cuarentena. Para muchos de nosotros es absolutamente nueva y desconocida. Por lo tanto, genera miedos.

Tenemos a Unicef que ha habilitado una línea para el trabajo psicosocial 800113040. Trabaja las 24 horas, es gratuita y tiene el objetivo de brindar apoyo psicológico y psicosocial. Hay un servicio de consejería y hay un servicio en caso de violencia en el hogar. Ese aspecto también lo trabaja ONU Mujeres, con el Gobierno. También hay una campaña de mensajes positiva, como la iniciativa “Historias que cuidan”, que da esperanza a la gente.

Hoja de vida

Educación Tiene una maestría en sociología y un doctorado en ciencias políticas y sociología de la Universidad de Heidelberg, Alemania. Fue investigadora y consultora en Estados Unidos, Europa y América Latina


Trayectoria Fue Directora Adjunta de Programas en Unicef Nueva York, Representante Residente en México, Asesora Regional de Políticas en la Oficina Regional para América Latina y el Caribe y Representante adjunta en Paraguay.

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