Rodríguez Veltzé: Tal vez como agente pude ser un poco más incisivo, pero no eran tiempos sencillos

La Paz, ANF
El 1 de octubre de 2018, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) determinó, por 12 votos contra tres, que Chile no tiene la obligación de negociar un acceso soberano al mar con Bolivia, el país perdió el caso. A más de un año, Eduardo Rodríguez Veltzé, ex agente de parte de Bolivia en esta Corte, habla de los errores cometidos en este proceso y del camino que se tendrá que seguir en los próximos gobiernos, dado que el tema marítimo continúa en la mesa de debate.


El mar fue un tema sensible para los bolivianos, generando un escenario inédito de unidad ante una demanda que posiblemente se manejó con demasiado exitismo. Sin embargo, Veltzé establece que también está vigente un tema de igual seriedad y delicadeza al que hay que ponerle atención y manejo adecuado, el juicio de parte de Chile por las aguas del Silala.

En entrevista con ANF, el expresidente manifestó que durante el proceso de la demanda marítima hubo aciertos y desaciertos, y estos últimos no deben repetirse en el tema del Silala.

ANF: ¿Qué nos deja el fallo de la CIJ y qué prosigue para Bolivia en el tema marítimo?

ERV: En pocas palabras, Bolivia perdió el caso, pero la Corte, lo ha dicho literalmente, que esta decisión no limita a que las partes continúen esta larga historia de intentos de resolver el tema del enclaustramiento de Bolivia y deben promover soluciones a través de negociaciones significativas en el espíritu de la buena vecindad. Política y diplomáticamente dijo que aquí hay un camino abierto, hay una declaración de que el problema subsiste.

En resumen, la causa marítima no se ha cerrado, más bien ha encontrado un nuevo rumbo. Tal vez la primera línea que se planteó no tenía el potencial resultado esperado.

ANF: ¿Qué errores se cometió en este proceso de la demanda?

ERV: Yo asumo los errores que se pudo producir en la anticipación de un resultado determinado. En el tema estrictamente jurídico se ha corrido un riesgo conocido, se sabía que la causa también podía tener un resultado negativo. Es claro que cuando uno lleva una causa ante un tribunal es porque hay contención. Otro elemento que debe merecer autocritica, sobre todo a partir de lo que es el acompañamiento político es el exitismo, la narrativa o la discursiva, que eso no tiene que ver con la forma en la que razonan los jueces.

Por ejemplo, el tema de la bandera azul fue un exceso que posiblemente era innecesario o exitista, pero no tiene nada que ver sobre el razonamiento que los jueces hacen, esas manifestaciones. Hay que saber dividir el enfoque jurídico que sí tenía potencialidades de éxito y de fracaso, de otras más de expresión de narrativa pública, de expresiones “patrioteras”, de desfiles, etc., aunque esas no tienen que influir en la decisión de los jueces.

ANF: ¿Usted, como agente, qué error y autocrítica hace hoy después de todo este proceso y tras el fallo negativo para Bolivia?

ERV: Los planteamientos que hacía Bolivia a través del agente no eran decisiones de Eduardo Rodríguez Veltzé, todas tenían un proceso de reflexión, de razonamiento y de autorización, así que lo que se presentaba al agente era el resultado de un largo proceso de deliberaciones y consultas.

Pero en esos procesos, tal vez yo pude haber sido más incisivo, más insistente en reflexiones sobre estos aspectos de exigir un resultado concreto a la obligación de negociar. Sin duda, era una reflexión difícil porque la impronta de (la) opinión pública tradicional y sobre todo la invocación de un mandato constitucional de exigir soberanía se convertía en uno de los principales potenciales escollos a un fallo favorable. Pero, si eres un actor con responsabilidades tan importantes no es sencillo imponer tus criterios. Tal vez pude ser un poco más incisivo, pero no eran tiempos sencillos.

ANF: ¿Durante los encuentros se notó demasiada presencia de personal de Bolivia, era necesaria tanta gente?

ERV: Los viajes han sido una práctica de acompañamiento a las audiencias, que fueron pocas. Las preliminares, la final y la lectura de sentencia. El número de personas que concurren está fijado por la Corte de una manera rigurosa.

Fueron cuatro audiencias y en todas ellas Bolivia y Chile llenaron sus cupos que eran alrededor de 35 personas, aparte del equipo. Ambos países siempre han mantenido el mismo número de asistentes y en algunos casos Chile llevó más gente.

En la audiencia de la lectura de la objeción preliminar cuando la Corte dijo “sí, seguimos”, y Bolivia ganó esa etapa, sólo estaban el agente con el director de Diremar y tres abogados, y nadie más. No mandaron a nadie.

ANF: ¿Cuándo se dio el fallo, qué pasó, hubo alguna reunión de evaluación con el equipo jurídico y las autoridades?

ERV: Después de la lectura del fallo nos congregamos en la misión y tuvimos un intercambio de ideas, se razonó sobre los alcances del fallo, los aspectos negativos y positivos. Y en esa reunión no sólo estaban el (ex) presidente (Evo Morales), estaban también los expresidentes Carlos Mesa, Jorge Quiroga y Guido Vildoso y excancilleres, además de autoridades electas de la oposición y oficialismo.

Es bueno hacer un análisis y creo firmemente en que esa sentencia de la Corte es el principal instrumento que tiene hoy Bolivia para forjar una política exterior marítima, porque dice hasta dónde pedir y qué se puede hacer, con otro espíritu.

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