El IBCE anticipa un cierre el 2019 con un crecimiento de 2,5% y afirma que sube el endeudamiento
La Paz, ANF
De acuerdo a las proyecciones del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), el país experimentaría en 2019 uno de los índices más bajos de crecimiento del PIB en 20 años, con un nivel entre 2% y 2,5%. Se establece que, aunque este crecimiento es a costa de más deuda externa e interna, Bolivia tiene las condiciones para crecer al 7% en los próximos años.
Las causas de este bajo crecimiento se deben, asegura la entidad, a que fue un año atípico, porque hubo factores internos como la actividad electoral, incendios, paro de tres semanas, convulsión social y factores exter
nos como la guerra comercial EEUU-China, desaceleración del comercio mundial por menor crecimiento de China, devaluaciones generalizadas, menor demanda de gas por Brasil y Argentina, recesiones en Argentina y Paraguay, convulsión social en Chile y Ecuador, que -según el IBCE- resintieron severamente la economía boliviana.
“Pese a ello, Bolivia crecerá por encima del 2%, tal vez sea la menor expansión del PIB en 20 años, pero creceremos, y si de hoy en adelante rompemos los frenos al desarrollo trabajando juntos sector público y privado, facilitando la inversión, la producción y exportación, resolviendo el déficit estructural en el sector externo, en los próximos años Bolivia podría crecer al 7%”, dijo Pedro Colanzi Serrate, Presidente del IBCE, durante la conferencia de balance de la gestión 2019 en el que detectan preocupaciones y propuestas para la economía boliviana, “con el sano optimismo de que Bolivia tiene todas las condiciones para un mayor desarrollo, si se da un “golpe de timón” a las políticas públicas”, señaló.
En esa línea, de confirmarse las proyecciones a la baja, el país experimentaría el 2019 uno de los índices más bajos de crecimiento del PIB en 20 años, con un nivel entre 2% y 2,5%. Sin embargo, Bolivia tiene las condiciones para crecer al 7% en los próximos años.
Bolivia crece, pero a costa de más deuda externa e interna que, si bien aún es manejable, cada vez será más difícil lograr nuevos créditos externos y más caro de pagarlos, por la subida del riesgo. Para no endeudarse más, hay que promover la inversión privada, tanto la nacional como la extranjera
“Las finanzas públicas no están bien, porque gastamos más de lo que recaudamos: sin déficit fiscal Bolivia no crecería como lo ha venido haciendo. Hay que “sincerar” esta situación para que no se torne inmanejable. Bolivia debe avanzar a la formalización de la economía con el aumento de la base de contribuyentes, la disminución del número de tributos y la rebaja de alícuotas”, establece el IBCE.
En relación a la inversión extranjera directa (IED) se establece que hasta junio de 2019 la IED Bruta mostraba una recuperación a 418 millones de dólares, muy lejos de lograr su mejor registro del 2013 con 1.750 millones. Pero, la IED Neta mostró un peligroso indicador de “pérdida de inversión” de -34 millones. ¿Por qué no viene más inversión? Bolivia debe mejorar el entorno para la inversión, ahora no solo con seguridad jurídica y confianza, sino con incentivos, segín la percepción del IBCE.
Otro factor que se destaca en este análisis económico es que el “Talón de Aquiles” del país es el comercio exterior y eso disminuye su crecimiento. A diferencia del déficit fiscal -que se soluciona imprimiendo bolivianos- no es posible imprimir dólares. El déficit a octubre era de 748 millones de dólares, apuntando a un déficit similar al del 2018, por cerca de 1.000 millones. “Los cupos de exportación han hecho daño al país y estancado la producción de alimentos. Bolivia debe tomar dos medidas para revertir el desbalance externo: 1) Política de promoción selectiva de exportaciones (agropecuarias, agroindustriales, forestales-madereras y turismo) y 2) Política de sustitución competitiva de importaciones (biocombustibles, alimentos, manufacturas de madera, etc”.
Las Reservas Internacionales Netas en el BCB no llegan a la mitad de su nivel del 2014 y tienden a bajar, aunque su nivel aún es importante (6.518 millones de dólares al 22 de noviembre). Desde el 2015 el déficit del comercio exterior ha restado 5.000 millones de dólares a las RIN. Siendo urgente aumentarlas en pro de la estabilidad, habría que estimular las exportaciones de bienes y servicios, y disminuir las importaciones de bienes que podamos producir por nosotros mismos
El IBCE afirma que “urgen políticas de fomento a la productividad y competitividad, para bajar costos de cualquier forma y en relación a políticas que podría llevar adelante este gobierno de transición detalla que debe eliminar todas las restricciones posibles a la inversión, producción y exportación; forjar un gran Pacto Social Productivo entre gobierno-empresarios-trabajadores, para sentar las bases en función de las reformas necesarias a implementar con el nuevo gobierno.
Ante el nuevo escenario electoral y la consolidación de un nuevo gobierno, la institución establece que se requerirá bajar la presión fiscal (reforma tributaria, disminuir la cantidad y nivel de tributos, aumentar contribuyentes, premiar la formalidad); luchar contra el contrabando para recuperar el mercado interno (atacar sectores donde se mimetiza); forjar una cultura tributaria (desde colegios, universidades, campaña); continuar con proyectos clave de inversión como la Siderurgia en Mutún y la industrialización del litio, entre otros.
De acuerdo a las proyecciones del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), el país experimentaría en 2019 uno de los índices más bajos de crecimiento del PIB en 20 años, con un nivel entre 2% y 2,5%. Se establece que, aunque este crecimiento es a costa de más deuda externa e interna, Bolivia tiene las condiciones para crecer al 7% en los próximos años.
Las causas de este bajo crecimiento se deben, asegura la entidad, a que fue un año atípico, porque hubo factores internos como la actividad electoral, incendios, paro de tres semanas, convulsión social y factores exter
nos como la guerra comercial EEUU-China, desaceleración del comercio mundial por menor crecimiento de China, devaluaciones generalizadas, menor demanda de gas por Brasil y Argentina, recesiones en Argentina y Paraguay, convulsión social en Chile y Ecuador, que -según el IBCE- resintieron severamente la economía boliviana.
“Pese a ello, Bolivia crecerá por encima del 2%, tal vez sea la menor expansión del PIB en 20 años, pero creceremos, y si de hoy en adelante rompemos los frenos al desarrollo trabajando juntos sector público y privado, facilitando la inversión, la producción y exportación, resolviendo el déficit estructural en el sector externo, en los próximos años Bolivia podría crecer al 7%”, dijo Pedro Colanzi Serrate, Presidente del IBCE, durante la conferencia de balance de la gestión 2019 en el que detectan preocupaciones y propuestas para la economía boliviana, “con el sano optimismo de que Bolivia tiene todas las condiciones para un mayor desarrollo, si se da un “golpe de timón” a las políticas públicas”, señaló.
En esa línea, de confirmarse las proyecciones a la baja, el país experimentaría el 2019 uno de los índices más bajos de crecimiento del PIB en 20 años, con un nivel entre 2% y 2,5%. Sin embargo, Bolivia tiene las condiciones para crecer al 7% en los próximos años.
Bolivia crece, pero a costa de más deuda externa e interna que, si bien aún es manejable, cada vez será más difícil lograr nuevos créditos externos y más caro de pagarlos, por la subida del riesgo. Para no endeudarse más, hay que promover la inversión privada, tanto la nacional como la extranjera
“Las finanzas públicas no están bien, porque gastamos más de lo que recaudamos: sin déficit fiscal Bolivia no crecería como lo ha venido haciendo. Hay que “sincerar” esta situación para que no se torne inmanejable. Bolivia debe avanzar a la formalización de la economía con el aumento de la base de contribuyentes, la disminución del número de tributos y la rebaja de alícuotas”, establece el IBCE.
En relación a la inversión extranjera directa (IED) se establece que hasta junio de 2019 la IED Bruta mostraba una recuperación a 418 millones de dólares, muy lejos de lograr su mejor registro del 2013 con 1.750 millones. Pero, la IED Neta mostró un peligroso indicador de “pérdida de inversión” de -34 millones. ¿Por qué no viene más inversión? Bolivia debe mejorar el entorno para la inversión, ahora no solo con seguridad jurídica y confianza, sino con incentivos, segín la percepción del IBCE.
Otro factor que se destaca en este análisis económico es que el “Talón de Aquiles” del país es el comercio exterior y eso disminuye su crecimiento. A diferencia del déficit fiscal -que se soluciona imprimiendo bolivianos- no es posible imprimir dólares. El déficit a octubre era de 748 millones de dólares, apuntando a un déficit similar al del 2018, por cerca de 1.000 millones. “Los cupos de exportación han hecho daño al país y estancado la producción de alimentos. Bolivia debe tomar dos medidas para revertir el desbalance externo: 1) Política de promoción selectiva de exportaciones (agropecuarias, agroindustriales, forestales-madereras y turismo) y 2) Política de sustitución competitiva de importaciones (biocombustibles, alimentos, manufacturas de madera, etc”.
Las Reservas Internacionales Netas en el BCB no llegan a la mitad de su nivel del 2014 y tienden a bajar, aunque su nivel aún es importante (6.518 millones de dólares al 22 de noviembre). Desde el 2015 el déficit del comercio exterior ha restado 5.000 millones de dólares a las RIN. Siendo urgente aumentarlas en pro de la estabilidad, habría que estimular las exportaciones de bienes y servicios, y disminuir las importaciones de bienes que podamos producir por nosotros mismos
El IBCE afirma que “urgen políticas de fomento a la productividad y competitividad, para bajar costos de cualquier forma y en relación a políticas que podría llevar adelante este gobierno de transición detalla que debe eliminar todas las restricciones posibles a la inversión, producción y exportación; forjar un gran Pacto Social Productivo entre gobierno-empresarios-trabajadores, para sentar las bases en función de las reformas necesarias a implementar con el nuevo gobierno.
Ante el nuevo escenario electoral y la consolidación de un nuevo gobierno, la institución establece que se requerirá bajar la presión fiscal (reforma tributaria, disminuir la cantidad y nivel de tributos, aumentar contribuyentes, premiar la formalidad); luchar contra el contrabando para recuperar el mercado interno (atacar sectores donde se mimetiza); forjar una cultura tributaria (desde colegios, universidades, campaña); continuar con proyectos clave de inversión como la Siderurgia en Mutún y la industrialización del litio, entre otros.