La brecha entre depósitos y créditos cae a su mínimo nivel
De enero a agosto de este año, la variable de depósitos del público sumó $us 26.330 millones, mientras que la de los préstamos alcanzó los $us 26.286 millones.
Lidia Mamani /La Paz
La brecha entre los depósitos del público y los créditos del sistema financiero cayó a su mínimo nivel durante los primeros ocho meses de 2019. Las cifras entre uno y otro dan una diferencia de apenas 44 millones de dólares, según datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).
El reporte oficial refleja que de enero a agosto de este año, los depósitos sumaron 26.330 millones de dólares, mientras que los créditos registraron 26.286 millones de la moneda extranjera, lo que deja una diferencia de 44 millones de dólares (gráficos).
En un periodo similar del año pasado, la diferencia entre depósitos del público y préstamos registró 1.648 millones de dólares.
Asimismo, el consolidado anual de 2017 cerró con una brecha de 2.633 millones de dólares; en 2016, se cerró con 2.683, en tanto que 2015 acabó con 5.113 millones de dólares de recursos disponibles gracias a los depósitos respecto de los créditos.
Al respecto, analistas advierten que la brecha tiende a cerrarse desde hace ya algunos años, y que esta situación puede derivar en la falta de liquidez, lo que significa que los bancos se queden sin recursos para prestar.
El economista Jaime Dunn precisó que esta tendencia se registra desde hace seis años y que cada vez hay menos liquidez.
“Es un problema estructural causado principalmente por la obligación que tienen los bancos de mantener una cartera del 60%, con una tasa de interés artificial y un techo impuesto por el Gobierno, que no refleja las condiciones reales del mercado crediticio. Mientras que deben fondearse del público a tasas cada vez más altas, comprometiendo los márgenes de rendimientos del sistema financiero”, señaló.
En su criterio, esta situación es un tema insostenible a mediano plazo y requiere un análisis urgente de las autoridades y del sistema financiero, ya que da lugar a una grave falta de liquidez.
“La banca ha sido fundamental en el crecimiento económico del país, pero su fondeo, que es el combustible para el otorgamiento de créditos, se está encareciendo cada día que pasa. En un ambiente de iliquidez con reducida demanda de créditos calificados, lo más prudente es flexibilizar las tasas de préstamos o reducir la generación forzada de nuevos créditos”, consideró Dunn.
Incluso apuntó que en los últimos meses el ritmo de crecimiento de los depósitos se acercó al 5%, mientras que de los créditos está cerca del 12%. Esos indicadores reflejan que es imposible generar más cartera cuando la liquidez está a la baja.
Juan Antonio Morales, expresidente del Banco Central de Bolivia (BCB), agregó que los depósitos mostraron un crecimiento mucho más lento desde el tercer trimestre de 2016.
En el segundo trimestre de 2019 los depósitos crecieron sólo 3,4% en relación con el mismo trimestre de 2018. En los años de bonanza exportadora, los depósitos crecían al 18% anual.
“Con el fin de la bonanza exportadora, los ingresos de los hogares, que son los principales ahorristas del sistema, ya no han crecido como antes o algunos segmentos de la población han decrecido. La caída de los ingresos ha implicado también un menor ahorro”, opinó Morales.
El experto atribuyó este fenómeno a las bajas tasas de interés que se pagan, que se mantienen sin variación desde hace mucho, lo que desalienta los ahorros.
Para la exautoridad, el público busca mejores rendimientos para sus ahorros que los que puede obtener por los depósitos bancarios, aunque otras inversiones representen un riesgo.
“Los bancos tendrán que adaptarse a la situación de un lento crecimiento de sus depósitos. Se puede esperar que suban las tasas de interés, lo que de hecho ya está sucediendo, pero que afectará a su rentabilidad porque captarán a mayores tasas y seguirán colocando con el techo de tasas dispuestos para crédito productivo y vivienda social”.
Morales acotó que los bancos no sólo financian sus créditos con depósitos, sino que lo pueden hacer con la liquidez excedentaria (técnicamente llamado excedentes de encaje), constituidos durante los años de alto crecimiento de los depósitos.
También pueden recurrir a su patrimonio y los créditos externos, aunque estos últimos son menos importantes que antes.
“Las rebajas del encaje legal para los depósitos en dólares y su conversión a bolivianos, dispuesta por el BCB, le han dado liquidez a los bancos, por encima de sus depósitos. Pero, los excedentes de encaje no son infinitos y si los depósitos no crecen, la cartera no podrá hacerlo”, afirmó el extitular del ente emisor.
Las principales variables que influyen en el sector
Incremento Los datos oficiales de la ASFI muestran que los depósitos del público en el sistema financiero registraron un aumento del 2,9%, al pasar de 25.577 millones de dólares durante los primeros ocho meses de 2018, a 26.330 millones de dólares, durante similar periodo de este año.
Cartera En el caso de los créditos (comercial, empresarial, Pyme, vivienda o consumo), aumentaron de 23.893 millones de dólares a 26.286 millones de dólares, en el periodo mencionado anteriormente.
Reporte Hasta agosto, el sistema de intermediación financiera obtuvo una utilidad de 208 millones de dólares. En 2018 cerró con 175 millones.
Lidia Mamani /La Paz
La brecha entre los depósitos del público y los créditos del sistema financiero cayó a su mínimo nivel durante los primeros ocho meses de 2019. Las cifras entre uno y otro dan una diferencia de apenas 44 millones de dólares, según datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).
El reporte oficial refleja que de enero a agosto de este año, los depósitos sumaron 26.330 millones de dólares, mientras que los créditos registraron 26.286 millones de la moneda extranjera, lo que deja una diferencia de 44 millones de dólares (gráficos).
En un periodo similar del año pasado, la diferencia entre depósitos del público y préstamos registró 1.648 millones de dólares.
Asimismo, el consolidado anual de 2017 cerró con una brecha de 2.633 millones de dólares; en 2016, se cerró con 2.683, en tanto que 2015 acabó con 5.113 millones de dólares de recursos disponibles gracias a los depósitos respecto de los créditos.
Al respecto, analistas advierten que la brecha tiende a cerrarse desde hace ya algunos años, y que esta situación puede derivar en la falta de liquidez, lo que significa que los bancos se queden sin recursos para prestar.
El economista Jaime Dunn precisó que esta tendencia se registra desde hace seis años y que cada vez hay menos liquidez.
“Es un problema estructural causado principalmente por la obligación que tienen los bancos de mantener una cartera del 60%, con una tasa de interés artificial y un techo impuesto por el Gobierno, que no refleja las condiciones reales del mercado crediticio. Mientras que deben fondearse del público a tasas cada vez más altas, comprometiendo los márgenes de rendimientos del sistema financiero”, señaló.
En su criterio, esta situación es un tema insostenible a mediano plazo y requiere un análisis urgente de las autoridades y del sistema financiero, ya que da lugar a una grave falta de liquidez.
“La banca ha sido fundamental en el crecimiento económico del país, pero su fondeo, que es el combustible para el otorgamiento de créditos, se está encareciendo cada día que pasa. En un ambiente de iliquidez con reducida demanda de créditos calificados, lo más prudente es flexibilizar las tasas de préstamos o reducir la generación forzada de nuevos créditos”, consideró Dunn.
Incluso apuntó que en los últimos meses el ritmo de crecimiento de los depósitos se acercó al 5%, mientras que de los créditos está cerca del 12%. Esos indicadores reflejan que es imposible generar más cartera cuando la liquidez está a la baja.
Juan Antonio Morales, expresidente del Banco Central de Bolivia (BCB), agregó que los depósitos mostraron un crecimiento mucho más lento desde el tercer trimestre de 2016.
En el segundo trimestre de 2019 los depósitos crecieron sólo 3,4% en relación con el mismo trimestre de 2018. En los años de bonanza exportadora, los depósitos crecían al 18% anual.
“Con el fin de la bonanza exportadora, los ingresos de los hogares, que son los principales ahorristas del sistema, ya no han crecido como antes o algunos segmentos de la población han decrecido. La caída de los ingresos ha implicado también un menor ahorro”, opinó Morales.
El experto atribuyó este fenómeno a las bajas tasas de interés que se pagan, que se mantienen sin variación desde hace mucho, lo que desalienta los ahorros.
Para la exautoridad, el público busca mejores rendimientos para sus ahorros que los que puede obtener por los depósitos bancarios, aunque otras inversiones representen un riesgo.
“Los bancos tendrán que adaptarse a la situación de un lento crecimiento de sus depósitos. Se puede esperar que suban las tasas de interés, lo que de hecho ya está sucediendo, pero que afectará a su rentabilidad porque captarán a mayores tasas y seguirán colocando con el techo de tasas dispuestos para crédito productivo y vivienda social”.
Morales acotó que los bancos no sólo financian sus créditos con depósitos, sino que lo pueden hacer con la liquidez excedentaria (técnicamente llamado excedentes de encaje), constituidos durante los años de alto crecimiento de los depósitos.
También pueden recurrir a su patrimonio y los créditos externos, aunque estos últimos son menos importantes que antes.
“Las rebajas del encaje legal para los depósitos en dólares y su conversión a bolivianos, dispuesta por el BCB, le han dado liquidez a los bancos, por encima de sus depósitos. Pero, los excedentes de encaje no son infinitos y si los depósitos no crecen, la cartera no podrá hacerlo”, afirmó el extitular del ente emisor.
Las principales variables que influyen en el sector
Incremento Los datos oficiales de la ASFI muestran que los depósitos del público en el sistema financiero registraron un aumento del 2,9%, al pasar de 25.577 millones de dólares durante los primeros ocho meses de 2018, a 26.330 millones de dólares, durante similar periodo de este año.
Cartera En el caso de los créditos (comercial, empresarial, Pyme, vivienda o consumo), aumentaron de 23.893 millones de dólares a 26.286 millones de dólares, en el periodo mencionado anteriormente.
Reporte Hasta agosto, el sistema de intermediación financiera obtuvo una utilidad de 208 millones de dólares. En 2018 cerró con 175 millones.