Las anécdotas que marcaron la historia de la medalla presidencial
Redacción, Los Tiempos
La medalla presidencial que acompañó al libertador Simón Bolívar, en agosto de 1926, debido a múltiples rumores sobre un hurto, fue sometida a un proceso de certificación.
En ese proceso determinaron que se sustrajeron 24 diamantes que estaban incrustados en la medalla original por piedras falsas, según el portal “Monedas de Venezuela”, especialista en la historia de los símbolos que usó Bolívar.
Partes de la cadena de oro, originalmente de 22 quilates, fueron reemplazadas por otras de fantasía y oro de menor valor. También el corazón de la medalla del Libertador Bolívar, que era el óvalo de oro fue arrancado de la montura de brillantes y sustituido por otro.
Las partes originales de la medalla nunca se encontraron y el Gobierno boliviano decidió hacer una réplica del centro de la medalla y restituirlo.
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La medalla presidencial.
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La Asamblea General de 1825, como reconocimiento al Libertador, entregó la medalla de oro tachonada de brillantes, en cuyo anverso se figurara el cerro de Potosí y a Bolívar colocado al término de una escala formada de fusiles, espadas, cañones, banderas y la siguiente inscripción: "La República Bolívar agradecida al héroe cuyo nombre lleva".
Cuando el Libertador comprendió que pronto moriría, escribió su testamento el 10 de diciembre de 1830: “Es mi voluntad que la medalla que me presentó el Congreso de Bolivia a nombre de aquel pueblo, se le devuelva como se lo ofrecí, en prueba del verdadero afecto que aún en mis últimos momentos conservo a aquella República”.
Tras muerte del libertador Bolívar (17 de diciembre de 1830) se devolvió la medalla al pueblo boliviano pero ocurrió algo insólito. El Congreso General Constituyente resolvió en 1831 regalársela al presidente Andrés de Santa Cruz, en carácter vitalicio, como reconocimiento a sus méritos.
La revolución de 1839 que derrocó al presidente Santa Cruz obligó a la esposa de ese expresidente, doña Francisca Cernadas, devolver la medalla del libertador que ella guardaba desde que el Congreso Constituyente de 1831 la había adjudicado a su marido.
En reconocimiento a Bolívar, el presidente José Miguel de Velasco, mediante un decreto que data del 28 de octubre de 1839, convirtió la joya en símbolo presidencial. Son 65 presidentes a que han portado la medalla del Libertador.
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La joya tiene un valor incalculable.
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El presidente Mariano Melgarejo (1864-1861) la robó durante su Gobierno y la recuperación la logró Agustín Morales en 1872. Y del conjunto de presidentes hay algunos que no la usaron.
En 1871 el presidente Mariano Melgarejo robó y huyó con la medalla presidencial primero a Chile y luego a Perú, meses después el gobierno de Agustín Morales recuperó la pieza histórica que ayer estuvo desaparecida por segunda vez tras ser hurtada en El Alto.
En Sudamérica ningún otro presidente tiene una medalla. Ninguna otra República tiene un legado como el que Bolívar dejó a Bolivia.
José María Linares (1857-1861), por ejemplo, no pudo portarla porque el general Jorge Córdova (1855-1857), que fue derrocado por él, se negó a entregársela bajo el argumento de que la pieza no era digna de un presidente de facto.
Tampoco la usó Néstor Guillén, que fue presidente por muy breve tiempo en 1946. Ni Tomás Monje (1946-1947), que gobernó después de la caída de Gualberto Villarroel (1945-1946) y consideró que sólo los presidentes constitucionales debían llevarla.
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"La República Bolívar agradecida al héroe cuyo nombre lleva", es el lema de la joya.
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También hubo anécdotas memorables como la del fallecido expresidente Hernán Siles Zuazo, a quien le colocaron la medalla al revés.
Los documentos históricos indican que fue el penúltimo presidente de facto, Celso Torrelio Villa (1981-1982), quien tildó a la medalla como q’encha (mala suerte) y evitó usarla.
Los presidentes Carlos Mesa Gisbert y Eduardo Rodríguez Veltzé no pudieron lucirla el día de su posesión. En el primer caso, su juramento, casi de emergencia, fue el 17 de octubre de 2003 a las 21:00.
Rodríguez Veltzé también juró de emergencia, el 9 de junio de 2005 en la ciudad de Sucre. La medalla presidencial le fue impuesta tres días después en La Paz.