Una Bolivia magistral pone a Chile contra las cuerdas

En el primer día, los abogados bolivianos demostraron con documentos que Santiago intentó sanar las heridas del enclaustramiento al que sometió al país intentando no privarle del acceso al mar, pero en 2011 abandonó esta línea de manera unilateral.

Juan Carlos Véliz M. / La Paz
Página Siete
En el primer día de la primera ronda de alegatos orales, Bolivia dejó establecido en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya que Chile tiene la obligación de cumplir sus compromisos de darle un acceso soberano al mar porque en un intento de sanar las heridas por el enclaustramiento hizo reiterados ofrecimientos a Bolivia antes y después del Tratado de 1904.


El equipo jurídico boliviano demostró con pruebas que durante casi un siglo diferentes gobiernos del vecino país hicieron compromisos formales en una negociación de buena fe para otorgarle a Bolivia un acceso soberano.

También explicó con claridad y secuencia histórica los compromisos de Santiago de resolver los temas pendientes con Bolivia hasta que en 2011 decidió frenar unilateralmente las negociaciones.

El agente boliviano en La Haya y expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé invitó a Chile a retornar a la mesa del diálogo en una búsqueda del bien común y la paz para ambos países.

Los juristas también explicaron el significado de las palabras al margen de las interpretaciones, el valor jurídico de los actos unilaterales de un Estado y el marco jurídico internacional que obliga a los países a resolver sus diferencias por la vía del diálogo y la paz.

Rodríguez Veltzé abrió la ronda para Bolivia ante la atenta mirada del equipo chileno, que podrá exponer su contraparte el jueves y viernes. “Bolivia no le pide a esta Corte las modalidades específicas del acceso soberano al mar, simplemente le pide que Chile regrese a la mesa de negociación de buena fe y acorde con sus compromisos reiterados en varias ocasiones” aclaró en referencia al tema de fondo de la demanda.

Bolivia demanda que la Corte dicte un fallo que indique que Chile tiene la obligación de negociar de buena fe un acceso soberano al mar y al alto tribunal de las Naciones Unidas estableció en 2015 que el objeto del caso es determinar si Santiago tiene o no la obligación de negociar.

El jurista iraní Payam Akhavan describió magistralmente la secuencia histórica de los compromisos que hizo el vecino país antes y después de la firma del Tratado de 1904, por ejemplo en el Tratado de 18 de mayo de 1897 ambas partes concertaron la transferencia de territorio por el que se concedía a Bolivia un acceso soberano al océano Pacífico y esa línea de compromisos continuó hasta 2006, cuando las cancillerías de ambos países acordaron una agenda de 13 puntos que incluyó el tema “mar”.

La abogada francesa Monique Chemillier-Gendreau reforzó esa secuencia de promesas e hizo énfasis en que las partes hablaron durante más de un siglo sobre la existencia de temas pendientes y sobre la necesidad de encontrar soluciones, por lo que la tesis chilena de que no existen asuntos pendientes cae en saco roto.

También dijo que Chile desde 1923 “se ha contradecido sobre la obligación de negociar” y lamentó que busque desconocer todas sus acciones indicando que “aquí no ha pasado nada”, cuando las pruebas demuestran que ese país asumió compromisos formales.

A su turno, el abogado Antonio Remiro Brótons hizo énfasis en que Chile “se esconde” de su obligación de negociar una salida soberana al mar y dejó establecido que “el tema marítimo hace referencia a un tópico diferente al Tratado de 1904”, así las negociaciones sobre un acceso soberano al mar no tienen ninguna relación con ese documento.

Muestra de esa desvinculación de ambos temas, es que Chile tomó la iniciativa en acciones para darle al país un acceso soberano al mar, pese a que en 1904 se firmó dicho tratado y la muestra más reciente de los compromisos es de 2006 cuando las cancillerías de ambas naciones acordaron la agenda de 13 puntos que incluye el tema mar en las discusiones bilaterales entre ambos países.

La defensa chilena, que viene de una derrota jurídica por la objeción preliminar que fue rechazada por el alto tribunal en septiembre de 2015, presentará sus alegatos el jueves y viernes.

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