Un aymara boliviano se une a la tribu de los sioux en EEUU para enfrentarse a un oleoducto
La Paz, ANF
Diego Apaza Ibáñez, autoidentificado como un aymara boliviano, se unió a la tribu sioux de EEUU para enfrentarse a la construcción de un oleoducto que atraviesa sus tierras ancestrales en el estado de Dakota del Norte, fronterizo con Canadá.
Apaza, que reside en EEUU desde su infancia, es parte de los denominados Red Warriors, o Guerreros Rojos, un grupo de acción directa norteamericano que se opone al oleoducto Dakota Acces por parte de la empresa Energy Transfer Partners.
“Cuando volví de Bolivia fui a vivir a Utah y ahí me contacté con personas de Arizona, Dakota del Sur y del Norte, Colorado, Nuevo México, Montana y otros, que siguen teniendo población indígena”, dijo Apaza Ibáñez al fotoperiodista boliviano Samy Schwartz, que visitó las protestas de Dakota del Norte.
En comunicación con ANF desde EEUU, Schwartz contó que el campamento general de la protesta está integrado por miles de personas, que han ocupado con sus carpas los terrenos por donde debería extenderse el ducto y están viviendo allí durante semanas. Los Red Warriors, dijo, es un grupo más reducido, conformado por activistas más disciplinados y decididos.
Agregó a ANF que la empresa Energy Transfer Partners, con sede en Dallas, busca construir el oleoducto a través de Dakota del Sur y del Norte, además de Iowa e Illinois, a un costo de $us 3.800 millones y una extensión de 1.900 kilómetros de longitud.
Apaza Ibáñez, entrevistado por Schwartz, dijo: “Estoy en este proceso, estoy bendecido de tener la oportunidad de reclamar una identidad indígena, yo soy de la nación aymara”. Afirmó que en un principio él respaldó las políticas de Evo Morales de defensa a la Pachamama, pero ahora ha dejado de hacerlo debido a que el Gobierno boliviano impulsa obras que destruyen a la Madre Tierra.
Contó que nació en La Paz y que vive en EEUU desde que tiene siete años debido a que su padre migró por razones económicas; Apaza Ibáñez volvió al país por unos meses cuando era adolescente y le tocó vivir la inestabilidad del segundo Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada. Fue entonces que participó de las protestas que terminaron con la caída del expresidente.
Apaza Ibáñez relató que participó del movimiento Occupy Wall Street contra la Bolsa de Nueva York, y que dentro de dos meses se unirá, en el estado de Florida, a otro movimiento de protesta, el de Dream defenders, que luchan contra la brutalidad policial en EEUU y la “avaricia del capitalismo”. Tiene varios hermanos, indicó, que viven en diferentes ciudades de EEUU.
La decisión de construir el ducto en Dakota del Norte ha generado por primera vez en la historia de EEUU que integrantes de las 280 tribus estadounidenses y canadienses que existen se unan a los sioux para enfrentar a la empresa Energy Transfer Partners, invadiendo terrenos y atándose a las máquinas de la compañía. Varios de ellos han sido detenidos por la Policía.
Miles de manifestantes se sumaron a las protestas, que acampan desde hace semanas y que han anunciado que se quedarán de manera indefinida en esa zona hasta logar el retiro definitivo de la empresa, lo que podría coincidir con el crudo invierno, que alcanza temperaturas hasta de 30 grados bajo cero en esa región.
Apoyo de Obama
Hace unos días, después de que un juez se negara a atender el pedido de los indígenas de que la construcción sea detenida, el Gobierno de Barack Obama decidió atender el tema y pidió que la Energy Transfer Partners haga una “pausa voluntaria” en las obras mientras se encuentra una solución al problema. La compañía acató la orden.
Obama se reunirá con representantes de las tribus el próximo mes para establecer con ellos si se necesita una ley para proteger sus territorios. Aunque el ducto no atraviesa las reservaciones sioux, sus líderes señalan que pasa por “áreas sagradas”. Además, aseguran, las filtraciones de petróleo son inevitables, y ello contaminaría sus fuentes de agua y el medio ambiente en general.
El tema más complejo es que el oleoducto debe cruzar por el río Misisipi, entre los estados de Iowa e Illinois, algo que los ambientalistas consideran de alto riesgo.
La protesta en Dakota del Norte se convirtió en violenta hace unas semanas cuando las cuadrillas de la empresa petrolera destruyeron cementerios y sitios sagrados de los indígenas ubicados fuera de la reservación.
El vocero tribal Steve Sitting Bear denunció a la agencia AP que los perros entrenados por los guardias mordieron a seis personas, una de ellas un menor, y que otras 30 fueron atacadas con aerosol de gas pimienta.
Schwartz es un conocido fotoperiodista boliviano, residente en Santa Cruz, que entre sus varios trabajos estuvo acompañar la totalidad de la marcha por el TIPNIS. Producto de su trabajo publicó el libro “TIPNIS: la marcha que cambió la historia”, escrito junto al escritor Emilio Martínez. También fue fotógrafo del papa Francisco durante su visita a Bolivia el año pasado.
La empresa Energy Transfer Partners lamentó que el Gobierno de EEUU hubiera ordenado detener los trabajos y señaló que seguirá insistiendo en ejecutar una obra “necesaria para el desarrollo” de esa parte de EEUU.
Diego Apaza Ibáñez, autoidentificado como un aymara boliviano, se unió a la tribu sioux de EEUU para enfrentarse a la construcción de un oleoducto que atraviesa sus tierras ancestrales en el estado de Dakota del Norte, fronterizo con Canadá.
Apaza, que reside en EEUU desde su infancia, es parte de los denominados Red Warriors, o Guerreros Rojos, un grupo de acción directa norteamericano que se opone al oleoducto Dakota Acces por parte de la empresa Energy Transfer Partners.
“Cuando volví de Bolivia fui a vivir a Utah y ahí me contacté con personas de Arizona, Dakota del Sur y del Norte, Colorado, Nuevo México, Montana y otros, que siguen teniendo población indígena”, dijo Apaza Ibáñez al fotoperiodista boliviano Samy Schwartz, que visitó las protestas de Dakota del Norte.
En comunicación con ANF desde EEUU, Schwartz contó que el campamento general de la protesta está integrado por miles de personas, que han ocupado con sus carpas los terrenos por donde debería extenderse el ducto y están viviendo allí durante semanas. Los Red Warriors, dijo, es un grupo más reducido, conformado por activistas más disciplinados y decididos.
Agregó a ANF que la empresa Energy Transfer Partners, con sede en Dallas, busca construir el oleoducto a través de Dakota del Sur y del Norte, además de Iowa e Illinois, a un costo de $us 3.800 millones y una extensión de 1.900 kilómetros de longitud.
Apaza Ibáñez, entrevistado por Schwartz, dijo: “Estoy en este proceso, estoy bendecido de tener la oportunidad de reclamar una identidad indígena, yo soy de la nación aymara”. Afirmó que en un principio él respaldó las políticas de Evo Morales de defensa a la Pachamama, pero ahora ha dejado de hacerlo debido a que el Gobierno boliviano impulsa obras que destruyen a la Madre Tierra.
Contó que nació en La Paz y que vive en EEUU desde que tiene siete años debido a que su padre migró por razones económicas; Apaza Ibáñez volvió al país por unos meses cuando era adolescente y le tocó vivir la inestabilidad del segundo Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada. Fue entonces que participó de las protestas que terminaron con la caída del expresidente.
Apaza Ibáñez relató que participó del movimiento Occupy Wall Street contra la Bolsa de Nueva York, y que dentro de dos meses se unirá, en el estado de Florida, a otro movimiento de protesta, el de Dream defenders, que luchan contra la brutalidad policial en EEUU y la “avaricia del capitalismo”. Tiene varios hermanos, indicó, que viven en diferentes ciudades de EEUU.
La decisión de construir el ducto en Dakota del Norte ha generado por primera vez en la historia de EEUU que integrantes de las 280 tribus estadounidenses y canadienses que existen se unan a los sioux para enfrentar a la empresa Energy Transfer Partners, invadiendo terrenos y atándose a las máquinas de la compañía. Varios de ellos han sido detenidos por la Policía.
Miles de manifestantes se sumaron a las protestas, que acampan desde hace semanas y que han anunciado que se quedarán de manera indefinida en esa zona hasta logar el retiro definitivo de la empresa, lo que podría coincidir con el crudo invierno, que alcanza temperaturas hasta de 30 grados bajo cero en esa región.
Apoyo de Obama
Hace unos días, después de que un juez se negara a atender el pedido de los indígenas de que la construcción sea detenida, el Gobierno de Barack Obama decidió atender el tema y pidió que la Energy Transfer Partners haga una “pausa voluntaria” en las obras mientras se encuentra una solución al problema. La compañía acató la orden.
Obama se reunirá con representantes de las tribus el próximo mes para establecer con ellos si se necesita una ley para proteger sus territorios. Aunque el ducto no atraviesa las reservaciones sioux, sus líderes señalan que pasa por “áreas sagradas”. Además, aseguran, las filtraciones de petróleo son inevitables, y ello contaminaría sus fuentes de agua y el medio ambiente en general.
El tema más complejo es que el oleoducto debe cruzar por el río Misisipi, entre los estados de Iowa e Illinois, algo que los ambientalistas consideran de alto riesgo.
La protesta en Dakota del Norte se convirtió en violenta hace unas semanas cuando las cuadrillas de la empresa petrolera destruyeron cementerios y sitios sagrados de los indígenas ubicados fuera de la reservación.
El vocero tribal Steve Sitting Bear denunció a la agencia AP que los perros entrenados por los guardias mordieron a seis personas, una de ellas un menor, y que otras 30 fueron atacadas con aerosol de gas pimienta.
Schwartz es un conocido fotoperiodista boliviano, residente en Santa Cruz, que entre sus varios trabajos estuvo acompañar la totalidad de la marcha por el TIPNIS. Producto de su trabajo publicó el libro “TIPNIS: la marcha que cambió la historia”, escrito junto al escritor Emilio Martínez. También fue fotógrafo del papa Francisco durante su visita a Bolivia el año pasado.
La empresa Energy Transfer Partners lamentó que el Gobierno de EEUU hubiera ordenado detener los trabajos y señaló que seguirá insistiendo en ejecutar una obra “necesaria para el desarrollo” de esa parte de EEUU.
Apaza en el campamento de Dakota del Norte. Abajo, Apaza con el fotoperiodista boliviano Samy Schwartz.