El PSG asusta
El conjunto parisino se ha convertido en una máquina de hacer goles. No pierde desde el 26 de noviembre y sueña con ganar la Champions League.
El PSG es líder incontestable de la liga francesa, en la que aventaja en diez puntos al segundo clasificado y está aún invicto, está inmerso en los cuartos de final de la Copa de Francia, es campeón de la Supercopa y, además, ya ha certificado prácticamente su clasificación a los octavos de la Champions League, después de barrer este martes 0-3 al Brest. Unos resultados que no son casualidad, sino fruto de un arduo trabajo de Luis Enrique, el patrón de un equipo que, tras muchos años estrellándose por reunir a los mejores jugadores del mundo, tiene por fin una plantilla que no negocia los esfuerzos y que se ha instruido, con premura, en la filosofía de su entrenador.
Los parisinos han ganado todos los partidos del año menos uno, el empate a uno contra el Stade Reims. Campeón de la Supercopa a comienzos de enero, intratable en el campeonato doméstico, en el que goleó a Brest y Mónaco, dos de los cuatro equipos franceses de la Champions, incontenible en la Champions, en la que ha marcado once goles en tres partidos, superando las dos finales ante City y Stuttgart, el PSG se ha erigido en un gigante indomable que sueña con hacer historia y llegar lejos en la máxima instancia europea.
El discurso en Europa, además, ha virado por completo. A comienzos de temporada, justo en el tramo en el que la clasificación en la liguilla estaba en tela de juicio, el club exteriorizó que el objetivo era forjar un equipo a largo plazo. “La Champions no es un objetivo”, enfatizó Al Khelaïfi. Luis Enrique, justo después de renovar por dos temporadas, hasta 2027, anunciado solemnemente el pasado viernes antes de medirse al Mónaco, apostilló en una rueda de prensa que estaba en París para “hacer historia”, es decir, convertirse en el primer entrenador que logra levantar la Champions League con el PSG.
El PSG ha marcado 18 goles en sus últimos 5 partidos, 23 en sus últimos 7, estadísticas que arrojan un potencial ofensivo similar, incluso superior, al de la temporada pasada con Mbappé. El conjunto parisino es desde diciembre, el mes más complicado de la temporada, uno de los equipos más prolíficos de Europa, acumulando 2,75 goles por partido, mientras que la media a estas alturas durante el curso pasado no superaba los 2,5. La ausencia del francés se ha resentido solo a nivel económico, no así en lo concerniente a lo deportivo.
El jugador que mejor encarna esta vorágine goleadora es, sin duda, Ousmane Dembélé. Criticado por su desatino ofensivo, un lastre durante su etapa en el Barcelona, el francés se ha erigido como un delantero letal, marcando 15 goles en 2025, 18 en sus últimos 10 partidos, superando, con 23 dianas, la temporada más prolífica de su carrera, con 18 en el Barça. A su lado, le escudan futbolistas de la talla de Barcola, que suma 23 participaciones de gol entre todas las competiciones, Doué, un talento en ciernes o Kvaratskhelia, fichado por 70 millones en enero. El PSG no se pone límites, se ve capaz de ganar a cualquiera y su potencial asusta, porque no hay nadie que le atenace en estos momentos.