Yellen refuerza la expectativa del alza de tipos en Estados Unidos
La presidenta de la Reserva Federal cree que la economía tiene la solidez para soportar el encarecimiento gradual del precio del dinero
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
El alza de tipos de interés en Estados Unidos es algo que se da ya por asumido. Las opciones de que suceda en solo dos semanas rozan el 80% en Wall Street. La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, reforzó esa expectativa al afirmar que la economía está lista para aguantar un encarecimiento gradual del precio del dinero tras justo siete años con los tipos estancados en el 0%.
Los datos de octubre, indicó la jefa del banco central estadounidense en un discurso en el Economic Club de Washington, son consistentes con los objetivos de su estrategia. En este sentido, señaló que el crecimiento será suficiente para una mejora ulterior del mercado laboral y para elevar la inflación. Aunque evitó precisar fecha, admitió que no ve la hora de normalizar la política monetaria.
Yellen intervendrá de nuevo este jueves ante el comité económico conjunto del Congreso, en un evento que suele prolongarse cerca de tres horas. Pero en realidad, la presidenta de la Fed no tiene necesidad de cambiar la percepción general en uno u otro sentido, porque los miembros del banco central llevan tiempo preparando al mercado para este primer paso hacia la normalización monetaria.
Sin darlo por echo, pero tampoco sin cerrarse la puerta, Yellen evitó ser explícita al decir que el alza de tipos llegará pronto y que podría suceder ya en la reunión de dos días que concluye el 16 de diciembre. Si insiste en que el primer alza no es lo importante y puso el énfasis en lo que pasará tras este anticipado encuentro. El alza de tipos será gradual y muy medida, en función de los datos.
La atención se dirige así a la segunda subida. Los distintos miembros que intervienen estos días también se están concentrando en el ritmo de la subida posterior, que describen como “lenta”, “cautelosa”, “pausada”, “suave” e incluso “arrastras”. Charles Evans, presidente de la Fed de Chicago, cree vital que se convenza al mercado de que no se rebasará el 1% en 2016.
Cambio de tono
Lo deseable para Evans es que en diciembre no haya subida. Su argumento es que necesitan más pruebas del lado de la inflación. Pero como otros miembros favorables a mantener los estímulos, muestra un cambio de tono hacia el lado de los miembros que como Dennis Lockhart reclaman que se actúe. El presidente de la Fed de Atlanta anticipa que esta reunión puede ser “histórica”.
La inflación está solo al 0,2% en EE UU. Pero Janet Yellen lleva tiempo diciendo que esta situación es temporal, porque se debe a factores transitorios, y anticipa que el alza de precios se acelerará hacia el objetivo del 2% conforme se recupere el petróleo y se disipe el efecto de la apreciación del dólar. La economía, entre tanto, creció en el tercer trimestre a una tasa anualizada del 2,1%.
Este miércoles se conoció también la segunda lectura del dato de productividad, que en el tercer trimestre creció un 2,2%. Es baja aunque mejora el 1,6% que anticipado hace un mes. El incremento anual es solo del 1%, lo que explica que la economía crezca por debajo del potencial. El dato refleja, en cualquier caso, un incremento de los costes laborales que encadena con el segundo trimestre.
La doble intervención de Yellen se produce en la víspera de que se publique al dato de empleo de noviembre, para el que se anticipan 205.000 nuevos ocupados. El sólido indicador de octubre puso las cosas más fáciles al banco central, al tiempo que se disiparon las tensiones que se vieron los mercados el pasado verano y que forzaron a la Reserva Federal a aplazar la decisión en septiembre.
Sin motivos para retrasar
Los últimos datos económicos no dan, por tanto, motivos para que vuelva a aplazar su decisión. Pero hay puntos de vulnerabilidad que le llevan a avanzar con cautela. El indicador de actividad industrial es un ejemplo. Bajó en octubre a los 48,6 puntos, lo que se considera como contracción. Es la peor lectura en tres años y se explica por la fortaleza del dólar, la debilidad internacional y la energía.
Y todo esto sucede mientras el Banco Central Europeo se dispone a reforzar su programa de estímulos monetarios. Esta divergencia de estrategias está debilitando al euro, que antes del discurso de Janet Yellen se debatía por mantener el nivel de los 1,06 dólares. Se cambia así a niveles de mediados del pasado mes de marzo.
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
El alza de tipos de interés en Estados Unidos es algo que se da ya por asumido. Las opciones de que suceda en solo dos semanas rozan el 80% en Wall Street. La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, reforzó esa expectativa al afirmar que la economía está lista para aguantar un encarecimiento gradual del precio del dinero tras justo siete años con los tipos estancados en el 0%.
Los datos de octubre, indicó la jefa del banco central estadounidense en un discurso en el Economic Club de Washington, son consistentes con los objetivos de su estrategia. En este sentido, señaló que el crecimiento será suficiente para una mejora ulterior del mercado laboral y para elevar la inflación. Aunque evitó precisar fecha, admitió que no ve la hora de normalizar la política monetaria.
Yellen intervendrá de nuevo este jueves ante el comité económico conjunto del Congreso, en un evento que suele prolongarse cerca de tres horas. Pero en realidad, la presidenta de la Fed no tiene necesidad de cambiar la percepción general en uno u otro sentido, porque los miembros del banco central llevan tiempo preparando al mercado para este primer paso hacia la normalización monetaria.
Sin darlo por echo, pero tampoco sin cerrarse la puerta, Yellen evitó ser explícita al decir que el alza de tipos llegará pronto y que podría suceder ya en la reunión de dos días que concluye el 16 de diciembre. Si insiste en que el primer alza no es lo importante y puso el énfasis en lo que pasará tras este anticipado encuentro. El alza de tipos será gradual y muy medida, en función de los datos.
La atención se dirige así a la segunda subida. Los distintos miembros que intervienen estos días también se están concentrando en el ritmo de la subida posterior, que describen como “lenta”, “cautelosa”, “pausada”, “suave” e incluso “arrastras”. Charles Evans, presidente de la Fed de Chicago, cree vital que se convenza al mercado de que no se rebasará el 1% en 2016.
Cambio de tono
Lo deseable para Evans es que en diciembre no haya subida. Su argumento es que necesitan más pruebas del lado de la inflación. Pero como otros miembros favorables a mantener los estímulos, muestra un cambio de tono hacia el lado de los miembros que como Dennis Lockhart reclaman que se actúe. El presidente de la Fed de Atlanta anticipa que esta reunión puede ser “histórica”.
La inflación está solo al 0,2% en EE UU. Pero Janet Yellen lleva tiempo diciendo que esta situación es temporal, porque se debe a factores transitorios, y anticipa que el alza de precios se acelerará hacia el objetivo del 2% conforme se recupere el petróleo y se disipe el efecto de la apreciación del dólar. La economía, entre tanto, creció en el tercer trimestre a una tasa anualizada del 2,1%.
Este miércoles se conoció también la segunda lectura del dato de productividad, que en el tercer trimestre creció un 2,2%. Es baja aunque mejora el 1,6% que anticipado hace un mes. El incremento anual es solo del 1%, lo que explica que la economía crezca por debajo del potencial. El dato refleja, en cualquier caso, un incremento de los costes laborales que encadena con el segundo trimestre.
La doble intervención de Yellen se produce en la víspera de que se publique al dato de empleo de noviembre, para el que se anticipan 205.000 nuevos ocupados. El sólido indicador de octubre puso las cosas más fáciles al banco central, al tiempo que se disiparon las tensiones que se vieron los mercados el pasado verano y que forzaron a la Reserva Federal a aplazar la decisión en septiembre.
Sin motivos para retrasar
Los últimos datos económicos no dan, por tanto, motivos para que vuelva a aplazar su decisión. Pero hay puntos de vulnerabilidad que le llevan a avanzar con cautela. El indicador de actividad industrial es un ejemplo. Bajó en octubre a los 48,6 puntos, lo que se considera como contracción. Es la peor lectura en tres años y se explica por la fortaleza del dólar, la debilidad internacional y la energía.
Y todo esto sucede mientras el Banco Central Europeo se dispone a reforzar su programa de estímulos monetarios. Esta divergencia de estrategias está debilitando al euro, que antes del discurso de Janet Yellen se debatía por mantener el nivel de los 1,06 dólares. Se cambia así a niveles de mediados del pasado mes de marzo.