Svetlana Alexievich es la primera periodista en ganar un Nobel de Literatura
La Paz, 9 de octubre, ANF
Svetlana Alexievich, de 67 años, ha retratado en lengua rusa la realidad de gran parte de la población de la ex Unión Soviética, así como de los sufrimientos de Chernóbil, la guerra de Afganistán y los conflictos del presente.
La periodista ejerce una voz crítica
con respecto al gobierno bielorruso, dijeron agencias de noticias. Su
país está gobernado desde hace 21 años por Alexandr Lukashenko, un
presidente dictatorial que ha terminado prácticamente con todas las
libertades democráticas. Bielorrusia, de 10 millones de habitantes, está
ubicada en Europa oriental y tiene fronteras, entre otros, con Polonia y
Rusia.
“No es un premio para mí, sino para
nuestra cultura, de nuestro pequeño país, que ha sido atrapado en un
molinillo a los largo de la historia”, dijo en una conferencia de prensa
desde Minsk.
“No hay necesidad de ceder ante los regímenes totalitarios”, apuntó.
En comentarios realizados al diario
Svenska Dagbladet, expresó que el premio ayudará a la lucha por la
libertad de expresión en Bielorrusia y Rusia.
“Creo que mi voz tendrá más peso
ahora. No va a ser tan fácil para aquellos en el poder despedirme con un
gesto de la mano y ya. Tendrán que escucharme”, indicó.
Dos escritores latinoamericanos comentan sobre Alexievich
“El 2009 leí Voices from Chernobyl, de
la ganadora del Nobel Svetlana Alexievich, un libro devastador que
recoge los testimonios de cientos de personas que fueron afectadas por
el desastre nuclear de 1986 en Ucrania, en la frontera con Belarus. La
historia que recuerdo con mayor vividez es la de la esposa de uno de los
bomberos que llegaron a apagar el incendio en la planta nuclear y que
no fueron alertados sobre los peligros de la radiación: esta mujer,
entonces embarazada de seis meses, vio a su esposo literalmente
desintegrarse en el transcurso de unos días y morir en una espantosa
agonía.
En los días posteriores al desastre,
la zona fue evacuada, lo que resultó en el desplazamiento de miles de
personas. Alexievich narra las consecuencias del desastre a través de
las voces de los que fueron evacuados, los que perdieron a sus
familiares, los que trabajaron en la limpieza de la zona, los médicos
que atendieron a los miles de pacientes de cáncer de tiroides resultado
de la radiación. Es un libro que debería ser leído en Bolivia ahora que
se discute la posibilidad de abrir una planta de energía nuclear”.
Liliana Colanzi, escritora boliviana
“Gran orgullo para México y la Casa
Refugio Citlalteptl, que dirige el maestro Philippe Ollé-Laprune,
quienes protegieron e hicieron posible en parte el desarrollo de esta
obra fundamental para entender la realidad actual de las
cosas...recuerdo Svetlana la tristeza que te embargaba en las
tardes....muchas felicitaciones...en México, no todas las noticias son
malas…”
Red social de Mario Bellatin, escritor peruano-mexicano
La obra de Alexievich
Aunque nació en Ucrania, estudió
periodismo en la Universidad de Minsk y trabajó en distintos medios de
comunicación en Bielorrusia, país al que se mudó después de que su padre
–un militar soviético– se retirara del Ejército.
La escritora y periodista se dio a
conocer en el mundo de la literatura con “La guerra no tiene rostro de
mujer”, obra que sobrevivió a la censura ya que cuestionaba clichés
sobre el heroísmo soviético, dijeron medios internacionales. Solo llegó a
ser publicada dos años más tarde gracias a la “perestroika”, la
apertura generada por el premier soviético Mijail Gorbachov.
Esta obra tuvo una versión
dramatúrgica presentada en el teatro Taganka de Moscú, en 1985, marcando
así un hito en la apertura iniciada por Gorbachov.
La obra de Alexievich gira en torno a
la Unión Soviética con temas que aborda con técnica de montaje
documental. “Su especialidad es dejar fluir las voces –monólogos y
corales– en torno a las experiencias del “hombre rojo” o el “homo
sovieticus” y también “postsoviético”, señala el crítico literario del
periódico El País de España.
En 1989 publicó “Los chicos de zinc”
sobre la experiencia de la guerra en Afganistán. Para escribirlo
recorrió el país entrevistando a madres de soldados que perecieron en la
contienda.
Su texto “Cautivados por la muerte”
salió a la venta en 1993 y se refiere a los suicidios de quienes no
habían podido sobrevivir al fin de la idea socialista.
En 1997 le tocó el turno a la
catástrofe de la central nuclear de Ucrania en “Voces de Chernóbil”,
texto publicado en español en 2006 por Editorial Siglo XXI, que reeditó
el año pasado Penguin Random House.
Su más reciente texto es “El tiempo de
segunda mano. El final del hombre rojo”, publicado en alemán y en ruso
en 2014. En este nuevo libro Alexievich propone “escuchar honestamente a
todos los participantes del drama socialista”, como se reseña en el
prólogo.
Afirma la escritora que el “homo
sovieticus” sigue todavía vivo, y no es solo ruso, sino también
bielorruso, turcomano, ucraniano, kazajo. “Ahora vivimos en distintos
Estados, hablamos en distintas lenguas, pero somos inconfundibles, nos
reconocen en seguida. Todos nosotros somos hijos del socialismo”,
afirma, refiriéndose a quienes son sus “vecinos por la memoria”.