Bruselas reprocha a los Gobiernos sus incumplimientos con los refugiados

Juncker escribe a los jefes de Estado y de Gobierno para pedirles más implicación

Lucía Abellán
Bruselas, El País
La respuesta europea a la crisis de refugiados es mucho más lenta de lo que requieren las circunstancias. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el del Consejo Europeo, Donald Tusk, han usado este viernes toda su artillería diplomática al enviar una carta a los Veintiocho en la que les urgen a implicarse más. Para retratarlos, el texto iba acompañado de un jugoso anexo en el que la Comisión compara lo que los líderes han comprometido con lo que han cumplido hasta ahora, una mínima parte de lo acordado. “No nos podemos permitir un fracaso en esta prueba”, advierte Juncker.


El Ejecutivo comunitario cree que los esfuerzos de los Estados miembros no están a la altura de los que realizan las instituciones europeas. Tras lanzar varios mensajes admonitorios, Juncker ha recurrido a una carta a todos los jefes de Estado y de Gobierno para que aceleren los compromisos. La misiva —correcta, pero contundente— viene también firmada por Tusk y por el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, cuyo país asume este semestre la presidencia rotatoria del Consejo. “Debemos estar a la altura del reto. Debemos encontrar nuevas soluciones. Pero sobre todo debemos aplicar lo que dijimos que haríamos”, insta el texto, al que ha tenido acceso EL PAÍS.

La Comisión sí ha hecho públicos los anexos que evidencian la gran cantidad de tareas pendientes que tienen los Estados. El balance será actualizado a diario. Estas son las principales medidas anunciadas y aún lejos de cumplirse:
Financiación

En la cumbre extraordinaria del 23 de septiembre, los líderes europeos acordaron elevar sus aportaciones para ayudar a Siria, a los países vecinos y a los africanos como lugares de origen y tránsito de los principales movimientos migratorios. De los 5.600 millones de euros acordados, la Comisión ha puesto su parte (2.800), pero los Estados apenas han ofrecido un 18% (516 millones) de lo que les corresponde. Eso provoca un desfase de 2.284 millones.

El único apartado en que casi se han alcanzado las expectativas es el capítulo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, clave para atender a los refugiados in situ (expertos y políticos europeos relacionan la falta de recursos de este programa con la gran afluencia de sirios hacia Europa).

En el fondo para Siria, solo ocho Estados han realizado aportaciones muy exiguas, lo que deja la partida correspondiente a los países (500 millones de euros que se suman a otros 500 del presupuesto comunitario) prácticamente sin cubrir. Peor acogida aun ha tenido el fondo fiduciario para África, la gran apuesta de la Comisión para negociar con los Estados africanos –el próximo 11 y 12 de noviembre en Malta- un mayor control de los flujos migratorios para que no lleguen a Europa. Bruselas ha puesto 1.800 millones y esperaba una cantidad idéntica de los presupuestos nacionales. De momento solo han llegado 28,8 millones provenientes de 10 Estados (España entre ellos).

El pulso financiero, en todo caso, no ha hecho más que empezar. Un alto cargo comunitario estima que el reto de los refugiados obligará a desembolsar entre 10.000 y 20.000 millones de euros en los próximos dos años.
Reparto de asilados

Refleja mejor que ningún otro epígrafe la falta de reflejos al afrontar un problema sobrevenido. La reubicación de 160.000 demandantes de asilo desde Grecia e Italia (donde llega la mayor parte) hacia otros socios constituye la mayor novedad de esta crisis. Pero solo 14 Estados han ofrecido plaza a los extranjeros que deben desplazarse desde suelo griego o italiano. Los más generosos han sido Suecia y Rumania, con 300 plazas cada uno, seguidos de Finlandia (200), Malta (131) y Portugal (130). España ha ofrecido 50.

De esos escasos compromisos sobre el papel apenas se ha realizado una minúscula parte: 86 son las personas que efectivamente han viajado desde Italia a Suecia y a Finlandia. El resto espera trámites burocráticos. Y los 160.000 pactados deben estar reubicados en dos años.

Personal desplegado

Para que las autoridades de Grecia e Italia puedan registrar a todos los extranjeros, decidir quién opta a la reubicación y quién será expulsado porque no cumple las condiciones para pedir asilo, se necesita mucho personal adicional. Frontex, la agencia europea de fronteras, pidió hace más de un mes 743 policías, de los que ha obtenido 353. Alemania, Francia, Holanda, España, Austria y Reino Unido han sido, por este orden, los más activos en sus ofertas, aunque otros 13 han comprometido personal.

Una suerte similar ha corrido la petición de la oficina europea de asilo para reunir expertos en identificar refugiados. De los 374 solicitados ha recibido 153. También aquí España se sitúa entre los países más activos.
Mantas, tiendas y material

La falta de recursos en este terreno representa un gran riesgo con la llegada del frío. Fuentes comunitarias temen que se produzcan las primeras muertes de refugiados en suelo europeo por dormir al raso y exigen una mayor implicación.

Los tres países que han solicitado ayuda material (Croacia, Eslovenia y Serbia, que puede acogerse a este mecanismo pese a no formar parte de la UE) han recibido una respuesta menor. Solo Austria, Alemania, República Checa, Holanda, Hungría, Eslovaquia, Reino Unido y Rumania han ofrecido recursos como almohadas, mantas, sacos de dormir o tiendas de campaña. La brecha entre esa oferta y las necesidades reales es enorme.

Plazas de acogida

Los países de la llamada ruta de los Balcanes (los 11 Estados de origen, destino y tránsito de los refugiados que acceden a la UE por Turquía, desde Grecia hasta Alemania) se comprometieron el pasado domingo a crear, con la ayuda de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), 100.000 plazas de acogida para refugiados (en centros, albergues, hostales o alojamientos privados). Esa cantidad se desglosa en dos paquetes: 50.000 corresponden solo a Grecia (por ser la principal puerta de entrada a Europa) y el resto las asume ACNUR para ir habilitándolas en los países de la ruta de los Balcanes.

En este capítulo, los compromisos parecen ir más rápidos. De esas 50.000 plazas que gestionará ACNUR, se han ofrecido en solo cuatro días 12.000 (5.000 de Austria, 3.000 de Serbia y 2.000 tanto de Croacia como de Eslovenia).
Custodia de fronteras

La operación para desplegar 400 policías en la frontera de Eslovenia con Croacia para gestionar los elevados flujos de refugiados que transitan por allí difícilmente cumplirá la meta temporal marcada. Los líderes se dieron una semana para ponerla en marcha y de momento se han ofrecido 183 agentes (solo 43 están ya allí o de camino). Con todo, el ritmo de cumplimiento en este aspecto es también mayor que en otros. Más difusos resultan los avances en el control de otros puntos calientes: las fronteras entre Bulgaria y Turquía, entre Croacia y Serbia y entre Grecia y sus vecinos balcánicos (Albania y Macedonia). Frontex ha enviado ya cartas a los países afectados para gestionar la situación y ahora espera respuesta.

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