ANÁLISIS / Evonomics y la coyuntura mundial: la economía boliviana ante la crisis global

Pablo Peralta Miranda
Periodista
"Las declaraciones que expresó en los últimos meses el ministro de Economía, Luis Arce, dan cuenta de que Bolivia es uno de los países preparados para sobrellevar este mal momento en la economía mundial”.


"Reservas, récord de divisas, un prudente ahorro fiscal y un crecimiento sostenido en medio de la crisis... La Bolivia de Evo Morales ha sorprendido a analistas de todo el mundo”, así comenzaba un artículo de la revista América Economía que tituló Las claves de la Evonomics, y que fue publicado el 9 de septiembre de 2010.

En el reportaje se ponía énfasis en que tras la crisis de 2009, considerada como la de mayor contracción económica mundial en décadas, Bolivia, el país más pobre de Sudamérica -dice el texto- y gobernada por un presidente de retórica izquierdista, recibía hasta los elogios del Fondo Monetario Internacional.

"La lista de elogios es amplia y proviene de varias instituciones de tradición económica conservadora: una política fiscal sólida, una actitud favorable a algunas reformas y una flexibilidad en administrar una banda cambiaria móvil. En parte, gracias a ello la economía boliviana creció 3,4% en 2009, el crecimiento más alto de toda América. En 2008 registró un fuerte 6,1%”, decía el artículo periodístico.

Desde entonces, han pasado cinco años y hoy se registra una crisis global, y otra vez el modelo económico de Bolivia deberá demostrar si sale airoso de este vendaval.

Las declaraciones que expresó en los últimos meses el ministro de Economía, Luis Arce, dan cuenta de que Bolivia es uno de los países preparados para sobrellevar este mal momento en la economía mundial.

En marzo pasado, el ministro manifestó lo siguiente: "Estamos tranquilos, la caída de los precios afecta los ingresos a todos. Pero Bolivia ya está preparado contra eso. Somos el país mejor preparado de la región para enfrentar la crisis”.

El pasado 26 de agosto reafirmó aquellas declaraciones, cuando sostuvo que "Bolivia, los organismos internacionales así lo han ratificado en reiteradas oportunidades, es uno de los pocos países que está preparado para aguantar la crisis”.

Entre los analistas hay dos posturas al respecto. Una, relativa a que Bolivia está encarando esta crisis sin poner atención en el tema de fondo, y la otra, que dice que por el momento todo está "bajo control”, aunque se recomienda tomar medidas.

Sobre lo primero, el economista Flavio Machicado afirma que la economía del país enfrenta la crisis global con una alta dosis de demagogia interna. "El tema está demasiado politizado y estamos olvidando las recetas de carácter económico, que obviamente aplicarlas va a tener un costo político, un costo popular, pero que hay que prepararse en cualquier momento. Diría que estamos enfrentando con la cabeza debajo, en el suelo, como el avestruz”.

Por el momento -es la otra postura- la situación está bajo control. Así piensa el expresidente del Banco Central de Bolivia Armando Méndez. "Tenemos reservas internacionales adecuadas. Nuestra capacidad de deuda externa es muy grande, porque nos han condonado la deuda. Por el momento diríamos que la cosa está bajo control”, sostiene el especialista.

Méndez agrega que la función del Gobierno es de crear confianza y detecta que hay indicios de que se están tomando medidas que están en un buen camino. "El Gobierno no puede ser alarmista. El Gobierno lo que debe hacer es crear confianza, porque si crea desconfianza, sonamos. Si el Gobierno está dando mensaje de confianza y por lo menos, lo que he visto, el gasto público se está desacelerando, que es una buena noticia”, comenta.

¿Devaluar o no?
Un aspecto importante que se demanda sobre todo desde el sector agroexportador es que devalúe el boliviano respecto al dólar para amortiguar el impacto de la crisis, como lo están haciendo países que circundan a Bolivia. Sin embargo, desde el Gobierno se desestima esta medida. ¿Qué dicen los especialistas? "Mi conclusión es que devaluar es un tema muy complejo. No es simple.

Bolivia ha entrado a un tipo de cambio fijo y sobre esa medida habría que reflexionar muchísimo, porque si se devalúa unos puntos y no pasa nada, puede generar expectativas muy peligrosas. Es un terreno muy movedizo, muy peligroso, que hay que estudiar a fondo”, sostiene Méndez.

Con países devaluando su moneda, la economía boliviana pierde en competitividad y acceso a mercados, dicen los analistas. En suma: el perjudicado es el sector exportador. Machicado expresa al respecto que "no podemos afectar al sector exportador porque es la única garantía de la estabilidad económica del país. Afectarlo es como matar a las gallinas de oro”.

Si para el Gobierno en el horizonte no está la devaluación ¿qué medidas se pueden tomar? Méndez sugiere dos: 1) En este momento hay que eliminar el segundo aguinaldo; 2) ya no permitir aumentos salariales generalizados, tan fuertes como los años pasados.

A continuación explica el porqué: "No se puede seguir aumentando los costos de las empresas. Lo que se debe hacer es ayudar a que los costos no sean muy altos y puntualmente podríamos ver qué empresas están siendo afectadas por las devaluaciones de los países vecinos y probablemente una medida acertada para esas empresas serían eliminarles impuestos por un tiempo”.

Los precios internacionales
Un primer dato que generó revuelo fue el anuncio del presidente Morales en su mensaje informe del 6 de agosto, cuando dijo que el país disminuirá sus ingresos en 2.500 millones de dólares por concepto de exportaciones, situación que se atribuyó al descenso de los precios internacionales de los minerales e hidrocarburos.

En un nota de prensa del Ministerio de Economía, difundida el 11 de agosto pasado, el ministro Arce afirmó que "la disminución de las exportaciones por la caída de los precios de las materias primas no tiene las consecuencias catastróficas que los neoliberales afirman, porque el modelo económico boliviano no se basa únicamente en las exportaciones”. La nota titula El crecimiento de Bolivia será de 5% el 2015.

El presidente de la Comisión de Economía Plural de la Cámara de Diputados, Henrry Cabrera, reconoce que la caída de los precios del petróleo genera preocupación entre las autoridades, pero también sostiene que desde el Estado se está buscando otras fuentes de ingreso aparte que las que provienen de las exportaciones gasíferas.

Entre ellas detalla que se apuesta a la producción de alimentos para el consumo interno y para la exportación; a la industrialización de litio y la exportación de energía. En ese horizonte un tema crucial que menciona es el tema de la venta de gas a Paraguay y afirma que es una transacción "para que podamos paliar o por lo menos en gran medida y tratar de reemplazar los recursos que ingresaban de la venta de nuestros hidrocarburos hacia Argentina y Brasil”.

Un modelo, un reto
En el Ministerio de Economía se pone énfasis en que el modelo económico que erigió el Ejecutivo desde 2006 se basa en el aprovechamiento de los recursos naturales y en la redistribución de esos ingresos a través de bonos sociales que permiten generar demanda interna. No obstante, se espera que a partir del próximo año se recogerán los frutos de la industrialización, con la puesta en marcha de la planta de urea, proyectos hidroeléctricos, eólicos y geotérmicos.

En la separata El Desempeño de la economía en Bolivia, enero - abril 2015 -difundida por el ministerio del ramo- se anota que la caída de los precios de las materias primas fue una situación que el país superó en 2009 y se subraya, además, que "esta situación no ha incidido en el crecimiento económico de Bolivia, que ha sabido mantener un nivel récord de crecimiento logrado hasta la fecha”. El desafío es que se siga esa tendencia.

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