Exministro señala que el gran drama de la minería es no tener capacidad para fundir

La Paz, ANF
El exministro de Minería y actual asesor de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), José Pimentel Castillo, identificó que uno de los grandes problemas que atraviesa la minería nacional es la incapacidad para fundir los concentrados de mineral que produce, en busca de un mayor valor de exportación.


Pimentel explicó que en las condiciones actuales, la exportación de minerales –principalmente de plomo, plata y zinc- pierde hasta un 43% de su valor bruto porque debe ser fundido en el extranjero.

“El problema es que no tenemos capacidad de fundir en nuestro país, y en efecto ese es el gran drama de la minería boliviana”, manifestó el exministro en el seminario Minería: ¿Quién gana, quién pierde?, realizado por la Fundación Jubileo.

El proceso de fundición implica calentar y reducir mineral concentrado (molido) para obtener un metal puro y separado de otros posibles elementos.

El expresidente de la Comibol y actual analista de la Fundación Jubileo, Héctor Córdova, estimó que más del 80% de la exportación de minerales del país está compuesta por concentrados de mineral, es decir productos con muy bajo valor en el mercado internacional al no ser metálicos (barras o lingotes obtenidos de la fundición).

En ese sentido, Córdova señaló que el país “ni siquiera llegó a la etapa de la fundición” ya que menos del 20% del mineral que se exporta es fundido.

El exministro Pimentel explicó que el “drama” de la fundición lo arrastra el país desde la nacionalización de las minas a los barones del estaño – Hochschild, Patiño y Aramayo- y que en la actualidad existen muchos tropiezos que impiden concretarlo. “Ha sido una larga lucha del pueblo boliviano para implementar e imponer las fundiciones en Bolivia, ha corrido sangre”, manifestó.

“Quien inició la fundición en el país fue un gobierno militar, el del general Ovando, y para hacerlo el general tuvo que poner un candado a su gabinete para que se autorice el decreto de contratos con una empresa Alemana que fue para hacer la fundición de Vinto”, recordó la exautoridad.

Indicó que esta iniciativa permitió el surgimiento de pequeños proyectos de fundición como el de Telamayu para el Bismuto y el pedido del pueblo potosino para el proyecto de fundición de plomo y plata.

“Karachipampa no pudo funcionar en 1985 por el sobredimensionamiento y aunque había todo un plan de exploración y explotación minera basado en la reducción de los costos de fundición, el neoliberalismo destruyó el proyecto hasta que el año pasado iniciamos y encendimos la fundición de Karachipampa”, explicó.

Situación actual

En la actualidad, los proyectos presentan varios problemas y la etapa de la fundición en el país aún está lejos de concretarse. Pimentel indicó que Karachipampa solo funcionó pocos días debido a problemas físicos y químicos como consecuencia de los 30 años que estuvo abandonada.

“Nos hemos emocionado pensando que la planta guardada durante 30 años en el frío invierno de Potosí no tenía efecto sobre la maquinaria o sobre los ladrillos. Tuvo su efecto y hoy estamos dispuestos a solucionar esos problemas ya de operación, pero no son problemas de tipo tecnológico”, manifestó.

Sobre las dos plantas hidrometalúrgicas de zinc, que estarían ubicadas en Oruro y Potosí, el exministro indicó que la falta de experiencia de los profesionales bolivianos y la inexistencia de un proyecto a diseño final ocasionó la frustración de cuatro licitaciones.

“Lamentablemente cuando el gobierno dio plazo a estos proyectos, se condicionó el financiamiento a una propuesta del proponente, figura muy difícil en el campo financiero, pero también compleja desde el manejo de una licitación que no tiene un proyecto a diseño final, sino que tiene un perfil de resultados económicos apetecibles para Bolivia”, dijo.

Otro proyecto que ha creado mucha expectativa en el sector minero y que viene postergándose es la instalación y el funcionamiento del horno Ausmelt, que según las estimaciones fundirá toda la producción de estaño de Huanuni y las cooperativas.

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