En Chile, el Premio de Historia 2006 opina: ''Los tratados tienden a cambiar con el tiempo"
La Paz, ANF
Gabriel Salazar, historiador chileno, profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades y de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile indicó en entrevista con el sitio web "El Observadotodo" del vecino país que los tratados entre distintos Estados son materia de actualización y revisión para adaptarlos a las distintas circunstancias históricas que se van presentando conforme pasa el tiempo. En ese sentido, no deben ser considerados de manera rígida.
Salazar que fue el ganador del Premio de Historia en 2006 recalcó que es incongruente por parte de su país hablar de soberanía, en momentos en que gran parte de los recursos y riquezas son entregados de manera expedita a intereses extranjeros.
También argumentó que él cree que los tratados firmados por su país con Perú y Bolivia, después de la guerra del Pacífico, “de alguna manera, establecieron las condiciones del vencedor de la guerra, y establecieron un aparente statu quo, un tratado de paz, en el fondo, para que no continuara la guerra, pero tendía a consolidar y rigidizar un estado de cosas que no podía ser, sino transitorio". "Bolivia y Perú fueron derrotados, y en esa condición tuvieron que firmar los tratados respectivos, y perdieron lo que perdieron”, indicó el historiador.
Ambigüedad de las fronteras y soberanía
Para Salazar, es inconcebible que en América Latina, lugar donde todos somos hispanoamericanos, hablando el mismo lenguaje, tenemos la misma memoria, la misma tradición, no tengamos una unidad que relativice la importancia de las fronteras. “Yo creo que desde esa perspectiva de un mundo globalizado, de países vecinos que necesitan interpenetrarse e integrarse para producir su desarrollo común, necesitan revisar sus tratados a efectos de lograr esa unidad. No es cuestión de darle soberanía a Bolivia y nosotros quedar menoscabados, eso es un lenguaje decimonónico”, dijo el académico que también manifestó que la debilidad chilena, radica en que los bolivianos tienen la ventaja de que están pidiendo la actualización de un tratado en función de razones válidas.
Los rotos chilenos
Consultado sobre la tendencia de la sociedad chilena a identificarse con el discurso o visión de las élites, Salazar hizo un paseo por la historia de los “rotos, es decir, los segmentos más pobres y discriminados de su país.
Salazar explicó que es un hecho que el Ejército que ganó la guerra del Pacífico estaban compuesto de "rotos", y los rotos en esa guerra no perdían ni ganaban nada. “Simplemente ellos los llevaron para pelear y murieron por miles y miles, y los que se beneficiaron fueron, en definitiva, la élite empresarial chilena y la élite empresarial inglesa, con otras nacionalidades que estaban involucradas en la cuestión del salitre. "Fue una especie de capital internacional que se fue metiendo ahí, con mayoría inglesa y con minoría chilena, en última instancia”,argumentó.
Para Salazar los rotos combatieron por principios y conveniencias que no eran las de ellos, sino de las élites, e incluso internacionales. “Y dieron la sangre, y ganaron la batalla y se prestigiaron como ejército de rotos, por eso el Ejército chileno, después de la guerra del Pacífico, quedó prestigiado a los ojos de los mismos rotos, porque ellos ganaron esa guerra, eso está claro. Todas las descripciones de las batallas nos revelan que gracias al empuje de los mineros, se obtuvo esa victoria”.
El académico planteó que hay integración real de los pueblos, pero no de los Estados, y no de las élites: “y lo que pasa en Bolivia y con su pueblo es que es obvio que ellos no tienen mar, y les duele que les hayan quitado la provincia que tenía acceso al mar, entonces el pueblo boliviano apoya, en ese sentido, las pretensiones del Estado boliviano, pero eso no significa que se identifiquen con las élites. Es un problema real para el país, sin lugar a dudas. La cosa tiene muchos bemoles. Un historiador social tiene que preocuparse de todos los aspectos del problema, y no sólo del tratado en sí. Hay que recordar que en esa época, Chile entregó soberanía gratuitamente. La Patagonia, la puna de Atacama, y ese tema no se discute en Chile”.
Gabriel Salazar, historiador chileno, profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades y de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile indicó en entrevista con el sitio web "El Observadotodo" del vecino país que los tratados entre distintos Estados son materia de actualización y revisión para adaptarlos a las distintas circunstancias históricas que se van presentando conforme pasa el tiempo. En ese sentido, no deben ser considerados de manera rígida.
Salazar que fue el ganador del Premio de Historia en 2006 recalcó que es incongruente por parte de su país hablar de soberanía, en momentos en que gran parte de los recursos y riquezas son entregados de manera expedita a intereses extranjeros.
También argumentó que él cree que los tratados firmados por su país con Perú y Bolivia, después de la guerra del Pacífico, “de alguna manera, establecieron las condiciones del vencedor de la guerra, y establecieron un aparente statu quo, un tratado de paz, en el fondo, para que no continuara la guerra, pero tendía a consolidar y rigidizar un estado de cosas que no podía ser, sino transitorio". "Bolivia y Perú fueron derrotados, y en esa condición tuvieron que firmar los tratados respectivos, y perdieron lo que perdieron”, indicó el historiador.
Ambigüedad de las fronteras y soberanía
Para Salazar, es inconcebible que en América Latina, lugar donde todos somos hispanoamericanos, hablando el mismo lenguaje, tenemos la misma memoria, la misma tradición, no tengamos una unidad que relativice la importancia de las fronteras. “Yo creo que desde esa perspectiva de un mundo globalizado, de países vecinos que necesitan interpenetrarse e integrarse para producir su desarrollo común, necesitan revisar sus tratados a efectos de lograr esa unidad. No es cuestión de darle soberanía a Bolivia y nosotros quedar menoscabados, eso es un lenguaje decimonónico”, dijo el académico que también manifestó que la debilidad chilena, radica en que los bolivianos tienen la ventaja de que están pidiendo la actualización de un tratado en función de razones válidas.
Los rotos chilenos
Consultado sobre la tendencia de la sociedad chilena a identificarse con el discurso o visión de las élites, Salazar hizo un paseo por la historia de los “rotos, es decir, los segmentos más pobres y discriminados de su país.
Salazar explicó que es un hecho que el Ejército que ganó la guerra del Pacífico estaban compuesto de "rotos", y los rotos en esa guerra no perdían ni ganaban nada. “Simplemente ellos los llevaron para pelear y murieron por miles y miles, y los que se beneficiaron fueron, en definitiva, la élite empresarial chilena y la élite empresarial inglesa, con otras nacionalidades que estaban involucradas en la cuestión del salitre. "Fue una especie de capital internacional que se fue metiendo ahí, con mayoría inglesa y con minoría chilena, en última instancia”,argumentó.
Para Salazar los rotos combatieron por principios y conveniencias que no eran las de ellos, sino de las élites, e incluso internacionales. “Y dieron la sangre, y ganaron la batalla y se prestigiaron como ejército de rotos, por eso el Ejército chileno, después de la guerra del Pacífico, quedó prestigiado a los ojos de los mismos rotos, porque ellos ganaron esa guerra, eso está claro. Todas las descripciones de las batallas nos revelan que gracias al empuje de los mineros, se obtuvo esa victoria”.
El académico planteó que hay integración real de los pueblos, pero no de los Estados, y no de las élites: “y lo que pasa en Bolivia y con su pueblo es que es obvio que ellos no tienen mar, y les duele que les hayan quitado la provincia que tenía acceso al mar, entonces el pueblo boliviano apoya, en ese sentido, las pretensiones del Estado boliviano, pero eso no significa que se identifiquen con las élites. Es un problema real para el país, sin lugar a dudas. La cosa tiene muchos bemoles. Un historiador social tiene que preocuparse de todos los aspectos del problema, y no sólo del tratado en sí. Hay que recordar que en esa época, Chile entregó soberanía gratuitamente. La Patagonia, la puna de Atacama, y ese tema no se discute en Chile”.