Todos Santos se enriquece y mantiene su esencia

La Paz, Oxígeno
Al mediodía se inicia la celebración de los vivos que reciben a sus muertos. Será en todo el país y con las dosis que cada región y las nuevas generaciones suman a la tradición viva. Nuevos elementos, otros actores y visiones diferentes se suman a la fiesta que se ha originado en la época precolonial, con los pueblos originarios de esta parte del mundo.


En la época prehispánica los antepasados sacaban a los muertos de sus tumbas o chullpares y les rendían tributo con comida y bebida; con la llegada de los españoles se fusionan con ideas traídas de Europa que persisten en la República y se mantienen hasta la actualidad, refieren el antropólogo Waldo Jordán y el sociólogo David Quispe.

Jordán afirma que la tradición de la fiesta de Todos Santos se mantiene, esperando a las almas de los muertos el 1 de noviembre y despachándolas en los cementerios el 2 de noviembre, previamente, los deudos preparan la comida que le gustaba al difunto, colocan las masas con diferentes formas como la t’ant’a wawa, con las “efigies o caritas para representar a la persona para quien se pone la mesa”.

“La conquista colonial tuvo cierto peso en relación a otras (prácticas) que han llegado, pero cinco siglos después hemos pervivido. Pese al poder de la cultura occidental está la práctica andina amazónica con la lógica de que los muertos -amaya- moran en las montañas”, asegura Quispe.

LOS CAMBIOS EN LA FIESTA

El antropólogo Waldo Jordán afirma que la fiesta ha cambiado y cambiará de acuerdo con el gusto de las personas, al igual que ciertos elementos.

De hecho, por ejemplo, este jueves, en la plaza Mayor de San Francisco, en la ciudad de La PAz, un grupo de defensores de los derechos de las personas con diversas tendencias sexuales celebró el retorno de las almas de 55 personas que murieron víctimas de la homofobia. Fue una puesta en escena en público, con el fin de llamar la atención. Fue un hecho que, al fin de cuentas, recordó a quienes se fueron.

“La cultura popular le va a ir aumentando elementos nuevos (porque) con la globalización se tiene la posibilidad de asomarse a diferentes expresiones del mundo”, afirma Jordán y añade que ante otras fiestas como el Halloween se debe tener la mente más abierta, porque en una relación intercultural debe primar la tolerancia y el respeto.

“Si el niño y/o el joven están dentro ese ámbito (Halloween) se va a manejar así, pero si está en un ámbito más tradicional, va a hacer la mesa, las masas, t’ant’a wawas y va a hacer rezar. Cada uno desde la cultura en las que se sitúe la tradición y sus raíces va a asumir la fiesta de manera personal”, rescata el antropólogo.

Asimismo, destaca que la tradición popular se preocupa de mantener la tradición y pueden haber elementos que ya no se hacen por razones económicas o que se dejan de hacer; sin embargo, van aparecer otros y la gente va a ir dinamizando, “lo que va a quedar en básico es lo que significa, tener la visita de las almas por un día” en todos Santos.

D acuerdo con el sociólogo David Quispe, en la cultura andina no será raro que existan elementos foráneos, porque de lo que se trata es que se articulen armónicamente y no se quede solo con una visión folklórica.

“Las culturas son dinámicas, deben articularse, es necesario ampliar la visión y no ver solo del lado folklórico, es mejor ampliar la relación de vivos y muertos, no con esa práctica de terror, de la oscuridad, del enigma llevado a la esfera Hollywoodense. Debemos entender que nuestro vínculo con nuestros antepasados es cuestión política e histórica porque hay que ver que el fin vuelve a ser vida”, advierte.

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