Los mercados dan la espalda al rescate tras un arranque de euforia
-El tipo del bono a 10 años sube al 6,5% ante la falta de detalles sobre la ayuda europea
-El Ibex borra las ganancias de la apertura y termina el día con una caída del 0,54%
Isabel Lafont / Amanda Mars
Madrid, El País
Sin tregua. Fue breve el periodo de gracia para España tras el duro trance de capitular y pedir auxilio a Europa para el rescate de su banca. Este lunes, primer día de labor tras ese sábado amargo, los mercados pasaron de la euforia a la decepción y los inversores acabaron castigando la deuda pública y en la Bolsa. El Ibex llegó a subir un 5,9% en una apertura de las que no se recuerdan, pero las alzas quedaron completamente borradas y acabó bajando el 0,54%. El acuerdo de Bruselas no gusta por lo indefinido, por la nueva deuda pública que conlleva y, simplemente, porque los mercados digieren mal este tipo de auxilios —sucedió así con Grecia, con Irlanda y con Portugal—, aunque Madrid se esfuerza en presentarlo como una buena nueva.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, había pronosticado el sábado al presentar el acuerdo que "en los próximos días" se vería "una menor presión de la deuda española". De momento, erró. Este lunes los inversores exigían más intereses por adquirir títulos. La prima de riesgo española (la diferencia de interés que se le exige a los bonos a 10 años respecto a los más fiables de Europa, los alemanes), arrancó la jornada bajando, pero acabó en 520 puntos básicos (5,2 puntos porcentuales), frente a los 488 del viernes. Los bonos pagaron 6,5% de rentabilidad, cerca del 6,7% máximo alcanzado el 30 de mayo.
Si la inyección de recursos europeos no calma las dudas de los mercados, y el coste de España para financiarse sigue subiendo, la crisis bancaria se puede convertir en una crisis de deuda pública, y alentar entonces el peligro de un rescate integral. Esto es justo lo que el plan del sábado busca evitar. El Gobierno de Madrid ha pedido ese rescate —un préstamo de hasta 100.000 millones— a sus socios europeos para los bancos, lo que puede elevar hasta 10 puntos porcentuales el nivel de deuda pública con relación al producto interior bruto (PIB), que este año estaba previsto acabase en el 80%. Pero la ausencia de concreción de las condiciones de la ayuda solicitada por el Gobierno y las elecciones que se celebrarán en Grecia el próximo domingo (en la práctica un plebiscito sobre la permanencia del país en la eurozona) abonan el pesimismo: "Faltan detalles. Y los primeros que hemos conocido son positivos, pero hay cuestiones sin resolver sobre plazos, quién pone el dinero, cómo lo hace y quién supervisa", opina José Luis Martínez, de Citi.
Hay un factor clave por conocer, que explica en buena parte la vuelta que dieron los mercados, y es quién tendrá prioridad de cobro a partir de ahora en caso de problemas: si los inversores que ya cuentan con bonos y letras españolas en sus carteras tienen la misma prioridad de cobro que los nuevos acreedores (los socios europeos) o si estos últimos tendrán preeminencia, por delante incluso de la deuda del Tesoro.
El rescate se puede articular a través del fondo de rescate permanente (MEDE), que entra en vigor el 1 de julio, y que será acreedor preferente, solo subordinado al Fondo Monetario Internacional (FMI). Es lo que ha defendido el Gobierno finlandés y por lo que este lunes abogó el portavoz del ministerio de Finanzas alemán, por eso lastró las Bolsas y castigó la deuda española, porque aumenta su riesgo. El fondo de rescate temporal (FEEF), que será sustituido por el MEDE pero convivirá un año con él, no prevé dicha prioridad en la lista de acreedores.
Bankia, la entidad que presumiblemente necesitará la mayor inyección de capital, encabezó las subidas del sector (+1,17%), seguida de Caixabank (+0,64%), Bankinter (+0,24%). Sabadell cerraba sin cambios y Santander (-0,31%), BBVA (-0,31%) y Popular (-1,62%) terminaron con pérdidas. En el resto de grandes plazas europeas, Londres y París bajaron un 0,05% y 0,29%, respectivamente, mientras que Milán Fráncfort apenas lograron avanzar un 0,1%. El euro, marcó un mínimo, del 1,24%.
Lo que ocurrió este lunes con la deuda española en los mercados no es un fenómeno aislado en los anteriores países auxiliados. Grecia pidió su primer rescate, y el primero también en la zona euro el 2 de mayo de 2010. Su prima de riesgo rozaba los 600 puntos básicos. Al día siguiente, lunes, la prima se redujo en 50, pero el martes 4 la prima se disparó 100 puntos básicos y siguió este ritmo toda la semana, hasta acabar el viernes rozando ya los 1.000 puntos básicos. Irlanda pidió el rescate el domingo 21 de noviembre de 2010, con la prima de riesgo en 544 puntos básicos, al día siguiente aumentó en dos puntos básicos y encadenó toda la semana de subidas hasta quedar aquel viernes en 646 puntos básicos. Portugal solicitó asistencia financiera el 6 de abril de 2011. La prima de riesgo de sus bonos estaba en 510 puntos básicos y al día siguiente subió en seis. Mantuvo una senda ascendente que la llevó a los 640 puntos al acabar ese mes.
-El Ibex borra las ganancias de la apertura y termina el día con una caída del 0,54%
Isabel Lafont / Amanda Mars
Madrid, El País
Sin tregua. Fue breve el periodo de gracia para España tras el duro trance de capitular y pedir auxilio a Europa para el rescate de su banca. Este lunes, primer día de labor tras ese sábado amargo, los mercados pasaron de la euforia a la decepción y los inversores acabaron castigando la deuda pública y en la Bolsa. El Ibex llegó a subir un 5,9% en una apertura de las que no se recuerdan, pero las alzas quedaron completamente borradas y acabó bajando el 0,54%. El acuerdo de Bruselas no gusta por lo indefinido, por la nueva deuda pública que conlleva y, simplemente, porque los mercados digieren mal este tipo de auxilios —sucedió así con Grecia, con Irlanda y con Portugal—, aunque Madrid se esfuerza en presentarlo como una buena nueva.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, había pronosticado el sábado al presentar el acuerdo que "en los próximos días" se vería "una menor presión de la deuda española". De momento, erró. Este lunes los inversores exigían más intereses por adquirir títulos. La prima de riesgo española (la diferencia de interés que se le exige a los bonos a 10 años respecto a los más fiables de Europa, los alemanes), arrancó la jornada bajando, pero acabó en 520 puntos básicos (5,2 puntos porcentuales), frente a los 488 del viernes. Los bonos pagaron 6,5% de rentabilidad, cerca del 6,7% máximo alcanzado el 30 de mayo.
Si la inyección de recursos europeos no calma las dudas de los mercados, y el coste de España para financiarse sigue subiendo, la crisis bancaria se puede convertir en una crisis de deuda pública, y alentar entonces el peligro de un rescate integral. Esto es justo lo que el plan del sábado busca evitar. El Gobierno de Madrid ha pedido ese rescate —un préstamo de hasta 100.000 millones— a sus socios europeos para los bancos, lo que puede elevar hasta 10 puntos porcentuales el nivel de deuda pública con relación al producto interior bruto (PIB), que este año estaba previsto acabase en el 80%. Pero la ausencia de concreción de las condiciones de la ayuda solicitada por el Gobierno y las elecciones que se celebrarán en Grecia el próximo domingo (en la práctica un plebiscito sobre la permanencia del país en la eurozona) abonan el pesimismo: "Faltan detalles. Y los primeros que hemos conocido son positivos, pero hay cuestiones sin resolver sobre plazos, quién pone el dinero, cómo lo hace y quién supervisa", opina José Luis Martínez, de Citi.
Hay un factor clave por conocer, que explica en buena parte la vuelta que dieron los mercados, y es quién tendrá prioridad de cobro a partir de ahora en caso de problemas: si los inversores que ya cuentan con bonos y letras españolas en sus carteras tienen la misma prioridad de cobro que los nuevos acreedores (los socios europeos) o si estos últimos tendrán preeminencia, por delante incluso de la deuda del Tesoro.
El rescate se puede articular a través del fondo de rescate permanente (MEDE), que entra en vigor el 1 de julio, y que será acreedor preferente, solo subordinado al Fondo Monetario Internacional (FMI). Es lo que ha defendido el Gobierno finlandés y por lo que este lunes abogó el portavoz del ministerio de Finanzas alemán, por eso lastró las Bolsas y castigó la deuda española, porque aumenta su riesgo. El fondo de rescate temporal (FEEF), que será sustituido por el MEDE pero convivirá un año con él, no prevé dicha prioridad en la lista de acreedores.
Bankia, la entidad que presumiblemente necesitará la mayor inyección de capital, encabezó las subidas del sector (+1,17%), seguida de Caixabank (+0,64%), Bankinter (+0,24%). Sabadell cerraba sin cambios y Santander (-0,31%), BBVA (-0,31%) y Popular (-1,62%) terminaron con pérdidas. En el resto de grandes plazas europeas, Londres y París bajaron un 0,05% y 0,29%, respectivamente, mientras que Milán Fráncfort apenas lograron avanzar un 0,1%. El euro, marcó un mínimo, del 1,24%.
Lo que ocurrió este lunes con la deuda española en los mercados no es un fenómeno aislado en los anteriores países auxiliados. Grecia pidió su primer rescate, y el primero también en la zona euro el 2 de mayo de 2010. Su prima de riesgo rozaba los 600 puntos básicos. Al día siguiente, lunes, la prima se redujo en 50, pero el martes 4 la prima se disparó 100 puntos básicos y siguió este ritmo toda la semana, hasta acabar el viernes rozando ya los 1.000 puntos básicos. Irlanda pidió el rescate el domingo 21 de noviembre de 2010, con la prima de riesgo en 544 puntos básicos, al día siguiente aumentó en dos puntos básicos y encadenó toda la semana de subidas hasta quedar aquel viernes en 646 puntos básicos. Portugal solicitó asistencia financiera el 6 de abril de 2011. La prima de riesgo de sus bonos estaba en 510 puntos básicos y al día siguiente subió en seis. Mantuvo una senda ascendente que la llevó a los 640 puntos al acabar ese mes.