EE.UU. dice que casi el 80 por ciento de la cocaína que va a México hace escala en Centroamérica
Washington, EFE
Cerca del 80 % de la cocaína que llega a México desde Suramérica con destino a EE.UU. hace escala en un país de Centroamérica, con Guatemala y Honduras como principales puntos de entrada, indicó hoy el informe anual del Gobierno estadounidense sobre narcotráfico en el mundo.
El reporte, enviado por el Departamento de Estado al Congreso estadounidense, destacó que las organizaciones narcotraficantes aprovechan la "escasa dotación de recursos de las fuerzas de seguridad y la persistencia de la corrupción en la región".
GUATEMALA
Estados Unidos estima que el 15 % del flujo de cocaína que recibe pasa por Guatemala "debido a las débiles instituciones públicas del país, la persistente corrupción y las amplias extensiones de territorio fronterizo fuera del control del gobierno guatemalteco".
La situación de seguridad en Guatemala ha continuado "su deterioro" en 2011, donde el cartel de Sinaloa y los Zetas siguen operando, especialmente en las regiones del norte, fronterizas con México.
Además, el país centroamericano se encuentra "acosado" por el crimen trasnacional, incluido el tráfico de personas y de armas, señala el informe de EE.UU.
EE.UU. afirma que la colaboración de las autoridades guatemaltecas sigue, pero señala que los continuos cambios al frente de las instituciones de seguridad y combate contra el narcotráfico "impiden una estrategia a largo plazo".
HONDURAS
Por su parte, Honduras se encuentra en una "encrucijada" debido a la expansión de bandas narcotraficantes de crimen organizado "armadas y con fuerte capacidad de financiación".
El reporte estadounidense señala que el 79 % de los vuelos de contrabando de cocaína que salen de Suramérica hacen su primera parada en Honduras.
Especialmente "vulnerable" es la situación en la región oriental de La Mosquitia, que debido a "la limitada infraestructura, localización remota, falta de presencia del Estado y de las fuerzas de seguridad", se ha convertido en un enclave "fundamental" para la posterior distribución de la droga.
Asimismo, la criminalidad ha continuado extendiéndose con la actividad de pandillas como la mara "Salvatrucha", por lo que EE.UU. exige una acción decidida e integral de las autoridades.
NICARAGUA
También Nicaragua sufre problemas derivados de su emplazamiento como punto de tránsito, a los que se añaden "las limitadas capacidades de los cuerpos de seguridad y las regiones escasamente pobladas", lo que constituye un ambiente "favorable" para las bandas narcotraficantes.
No obstante, el informe valora los esfuerzos de las autoridades de Nicaragua para llevar a cabo alrededor de 20 operaciones antidrogas en 2011, principalmente en la costa caribeña, en las que se desmantelaron campamentos y pistas de aterrizaje clandestinas, se incautaron drogas y armas y se confiscaron avionetas y vehículos.
Entre los principales puntos de tránsito, EE.UU. resaltó ambas costas litorales, el río San Juan y el Lago Nicaragua.
Entre los aspectos positivos, celebró la puesta en marcha en 2011 de instrumentos de coordinación entre Costa Rica y Nicaragua para vigilar la porosa frontera que separa ambos países.
PANAMÁ
Debido a su ubicación geográfica y la presencial del canal, Panamá se mantiene como "un punto central del narcotráfico regional".
Las organizaciones de tráfico de estupefacientes de México y Colombia, incluida el grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), utilizan áreas de remota localización como la región de Darién, en la que confluyen la autopista Panamericana, cuatro grandes puertos marítimos y el aeropuerto de Tocumen, el de mayor tráfico de Centroamérica.
A estos problemas, el informe añade que "la corrupción sigue siendo una preocupación muy seria entre las fuerzas de seguridad y el sector judicial".
Panamá ha incrementado sus esfuerzos para hacer frente a estos desafíos, pero necesita concentrar su enfoque en la modernización de las fuerzas de seguridad y la reforma judicial.
EL SALVADOR
El Salvador sufre problemas crecientes y similares a los de sus vecinos, razón por la que en septiembre pasado, EE.UU. incluyó por primera vez al país en su lista de los principales países de tránsito de estupefacientes.
El nuevo informe resalta "la implicación de las pandillas callejeras internacionales en el comercio de pequeña escala, pero precisa que no forman parte de la cadena de suministro al por mayor que nutre a los carteles colombianos y mexicanos".
A pesar de la cooperación de las autoridades salvadoreñas, la escasez de recursos y deficiente financiación impiden una mayor eficacia en la lucha antidrogas.
Los esfuerzos de El Salvador deben concentrarse en la lucha contra el tránsito de droga y dinero a través de la autopista Panamericana.
Además, la importancia de las remesas de los emigrantes para la economía salvadoreña son un importante caldo de cultivo para el blanqueo del dinero procedente del narcotráfico.
COSTA RICA
En 2011, y por segundo año, Costa Rica fue incluida en la lista de los principales puntos de tránsito de droga.
Su emplazamiento, que enlaza países productores con EE.UU., y sus extensas líneas costeras, a las que se suman la vulnerable Isla de Coco en el Pacífico facilitan que su utilización como zona de paso.
En los últimos tiempos, el Gobierno costarricense ha expresado preocupación tras detectar la presencia del Cartel de Sinaloa, un aumento del consumo y de los niveles de violencia asociados al narcotráfico.
EE.UU. reconoce que la Administración de la presidenta Laura Chinchilla ha expresado su compromiso por enfrentar este problema, y ha aumentado los recursos y el número de agentes de seguridad.
No obstante, el informe advierte que la capacidad operativa de la Guardia Costera es limitada, lo que generado que la línea costera de Costa Rica sea un atractiva zona de entrada de droga.
Recientemente, se ha visto incrementarse el uso de Costa Rica como lugar de "almacenamiento" temporal de los envíos de droga, para ser posteriormente trasladados hacia el norte.
Otro problemas es que, en muchas ocasiones, los narcotraficantes pagan en cocaína sus servicios a sus contactos locales, lo que ha aumentado los niveles de consumo local y la inseguridad en el país.
Cerca del 80 % de la cocaína que llega a México desde Suramérica con destino a EE.UU. hace escala en un país de Centroamérica, con Guatemala y Honduras como principales puntos de entrada, indicó hoy el informe anual del Gobierno estadounidense sobre narcotráfico en el mundo.
El reporte, enviado por el Departamento de Estado al Congreso estadounidense, destacó que las organizaciones narcotraficantes aprovechan la "escasa dotación de recursos de las fuerzas de seguridad y la persistencia de la corrupción en la región".
GUATEMALA
Estados Unidos estima que el 15 % del flujo de cocaína que recibe pasa por Guatemala "debido a las débiles instituciones públicas del país, la persistente corrupción y las amplias extensiones de territorio fronterizo fuera del control del gobierno guatemalteco".
La situación de seguridad en Guatemala ha continuado "su deterioro" en 2011, donde el cartel de Sinaloa y los Zetas siguen operando, especialmente en las regiones del norte, fronterizas con México.
Además, el país centroamericano se encuentra "acosado" por el crimen trasnacional, incluido el tráfico de personas y de armas, señala el informe de EE.UU.
EE.UU. afirma que la colaboración de las autoridades guatemaltecas sigue, pero señala que los continuos cambios al frente de las instituciones de seguridad y combate contra el narcotráfico "impiden una estrategia a largo plazo".
HONDURAS
Por su parte, Honduras se encuentra en una "encrucijada" debido a la expansión de bandas narcotraficantes de crimen organizado "armadas y con fuerte capacidad de financiación".
El reporte estadounidense señala que el 79 % de los vuelos de contrabando de cocaína que salen de Suramérica hacen su primera parada en Honduras.
Especialmente "vulnerable" es la situación en la región oriental de La Mosquitia, que debido a "la limitada infraestructura, localización remota, falta de presencia del Estado y de las fuerzas de seguridad", se ha convertido en un enclave "fundamental" para la posterior distribución de la droga.
Asimismo, la criminalidad ha continuado extendiéndose con la actividad de pandillas como la mara "Salvatrucha", por lo que EE.UU. exige una acción decidida e integral de las autoridades.
NICARAGUA
También Nicaragua sufre problemas derivados de su emplazamiento como punto de tránsito, a los que se añaden "las limitadas capacidades de los cuerpos de seguridad y las regiones escasamente pobladas", lo que constituye un ambiente "favorable" para las bandas narcotraficantes.
No obstante, el informe valora los esfuerzos de las autoridades de Nicaragua para llevar a cabo alrededor de 20 operaciones antidrogas en 2011, principalmente en la costa caribeña, en las que se desmantelaron campamentos y pistas de aterrizaje clandestinas, se incautaron drogas y armas y se confiscaron avionetas y vehículos.
Entre los principales puntos de tránsito, EE.UU. resaltó ambas costas litorales, el río San Juan y el Lago Nicaragua.
Entre los aspectos positivos, celebró la puesta en marcha en 2011 de instrumentos de coordinación entre Costa Rica y Nicaragua para vigilar la porosa frontera que separa ambos países.
PANAMÁ
Debido a su ubicación geográfica y la presencial del canal, Panamá se mantiene como "un punto central del narcotráfico regional".
Las organizaciones de tráfico de estupefacientes de México y Colombia, incluida el grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), utilizan áreas de remota localización como la región de Darién, en la que confluyen la autopista Panamericana, cuatro grandes puertos marítimos y el aeropuerto de Tocumen, el de mayor tráfico de Centroamérica.
A estos problemas, el informe añade que "la corrupción sigue siendo una preocupación muy seria entre las fuerzas de seguridad y el sector judicial".
Panamá ha incrementado sus esfuerzos para hacer frente a estos desafíos, pero necesita concentrar su enfoque en la modernización de las fuerzas de seguridad y la reforma judicial.
EL SALVADOR
El Salvador sufre problemas crecientes y similares a los de sus vecinos, razón por la que en septiembre pasado, EE.UU. incluyó por primera vez al país en su lista de los principales países de tránsito de estupefacientes.
El nuevo informe resalta "la implicación de las pandillas callejeras internacionales en el comercio de pequeña escala, pero precisa que no forman parte de la cadena de suministro al por mayor que nutre a los carteles colombianos y mexicanos".
A pesar de la cooperación de las autoridades salvadoreñas, la escasez de recursos y deficiente financiación impiden una mayor eficacia en la lucha antidrogas.
Los esfuerzos de El Salvador deben concentrarse en la lucha contra el tránsito de droga y dinero a través de la autopista Panamericana.
Además, la importancia de las remesas de los emigrantes para la economía salvadoreña son un importante caldo de cultivo para el blanqueo del dinero procedente del narcotráfico.
COSTA RICA
En 2011, y por segundo año, Costa Rica fue incluida en la lista de los principales puntos de tránsito de droga.
Su emplazamiento, que enlaza países productores con EE.UU., y sus extensas líneas costeras, a las que se suman la vulnerable Isla de Coco en el Pacífico facilitan que su utilización como zona de paso.
En los últimos tiempos, el Gobierno costarricense ha expresado preocupación tras detectar la presencia del Cartel de Sinaloa, un aumento del consumo y de los niveles de violencia asociados al narcotráfico.
EE.UU. reconoce que la Administración de la presidenta Laura Chinchilla ha expresado su compromiso por enfrentar este problema, y ha aumentado los recursos y el número de agentes de seguridad.
No obstante, el informe advierte que la capacidad operativa de la Guardia Costera es limitada, lo que generado que la línea costera de Costa Rica sea un atractiva zona de entrada de droga.
Recientemente, se ha visto incrementarse el uso de Costa Rica como lugar de "almacenamiento" temporal de los envíos de droga, para ser posteriormente trasladados hacia el norte.
Otro problemas es que, en muchas ocasiones, los narcotraficantes pagan en cocaína sus servicios a sus contactos locales, lo que ha aumentado los niveles de consumo local y la inseguridad en el país.