Las ciudades del terremoto de Chile cicatrizan las heridas de la tragedia
Regiones del Maule/Biobío, EFE
Ciudades chilenas como Talca o Concepción, terriblemente castigadas en 2010 por un terremoto que afectó al centro y sur de Chile, ven cómo sus heridas externas van cicatrizando y avanza la reconstrucción.
"Gracias al terremoto Talca es hoy una ciudad con más crecimiento y desarrollo económico", asegura a Efe Juan Castro, el alcalde de la capital de la región chilena del Maule, una de las más afectadas.
A diferencia de lo sucedido en otras localidades, como Constitución o Dichato, en Talca el número de víctimas mortales no fue muy elevado, pero buena parte de las casas y establecimientos comerciales del centro de la ciudad quedaron en ruinas.
Hechas con arcilla y madera y con muchos años encima, las débiles construcciones no resistieron el temblor de 8,8 grados Richter que en la madrugada del 27 de febrero de 2010 sacudió el centro y sur de Chile.
Algunas ya han sido reparadas, pero la mayoría debió ser reconstruida por completo. El centro de Talca luce hoy como una ciudad normal, de no ser por los solares tapados por vallas metálicas que ocultan la desolación causada por el sexto mayor terremoto de la historia.
"El adobe fue el gran perdedor", explica a Efe el alcalde de esta ciudad que revive su pasado colonial.
La endeble mezcla de barro y paja con la que estaban construidas muchas viviendas del centro histórico apenas ofreció resistencia al temblor. Más de 2.400 casas tuvieron que ser demolidas.
Castro, miembro de Renovación Nacional (el mismo partido del presidente Sebastián Piñera), asegura que todos los subsidios han sido entregados y que se ha construido una cuarta parte de las viviendas para alojar a los damnificados.
"Hoy ya nadie se acuerda del terremoto. La ciudad ha ido creciendo, hay más comercio y lo que se necesita es mano de obra", asegura.
A 250 kilómetros al sur de Talca está Concepción, principal escenario de la tragedia del 27F y segunda ciudad más importante del país. Su alcalde, Patricio Khun, de la conservadora Unión Demócrata Independiente, recuerda que tras el terremoto la situación en su ciudad "era bastante crítica".
La destrucción era palpable en las viviendas, calles y las vías de comunicación y la reconstrucción se convirtió en una tarea urgente, relata a Efe.
A diferencia de Constitución, Dichato o Talcahuano, en Concepción no hay campamentos con familias damnificadas. Las viviendas del casco histórico que resultaron gravemente dañadas fueron demolidas por sus dueños, recurriendo a préstamos de la banca, porque "no es obligación del municipio", puntualiza el alcalde.
"Ningún ayuntamiento tiene recursos para hacer frente a un cataclismo de esta naturaleza", reconoce el alcalde de Concepción, una ciudad tan habituada a los terremotos que incluso tuvo que cambiar su emplazamiento tras el de 1751.
A menos de 20 kilómetros de la capital del Biobío se encuentra Talcahuano, una ciudad portuaria e industrial donde la Armada chilena posee una base naval. El día del terremoto, Talcahuano quedó inundado por un tsunami que arrastró a barcos de gran tonelaje varios cientos de metros tierra adentro.
Al igual que en Concepción, tras la catástrofe Talcahuano sufrió saqueos, desórdenes y caos. Hoy las autoridades extraen enseñanzas de la experiencia de aquellos aciagos días en los que los militares patrullaban las calles de una ciudad bajo toque de queda.
Miles de toneladas de harina de pescado en descomposición quedaron esparcidas por la ciudad, las alcantarillas no funcionaban y tampoco había agua potable ni electricidad.
A cargo de la municipalidad de Talcahuano se encuentra estos días Guillermo Rivera, porque su titular, Gastón Saavedra, viajó a Japón para conocer el proceso de reconstrucción tras el terremoto que sufrió ese país en marzo de 2011 y también contar la experiencia chilena.
Dos años después de la tragedia, el borde costero ha sido remodelado y las casas del casco viejo de la ciudad que resultaron gravemente dañadas han sido demolidas.
Las autoridades quieren revitalizar Talcahuano y atraer a inversionistas que den un impulso económico a una ciudad cuyo pulso se vio interrumpido por el desastre.
Tras efectuar una consulta ciudadana llamada "Soñemos Talcahuano", el municipio ha elaborado un plan de desarrollo estratégico, económico y comercial para ofrecer oportunidades a los sectores industriales y el turismo y proporcionar una mayor calidad de vida a sus 250.000 habitantes.
"Costó mucho que nos sinceráramos y reconociéramos en qué fallamos, pero finalmente lo hicimos. Ahora queremos recoger esa experiencia y que sirva para Japón y el norte de Chile", donde hace tiempo se dice que puede haber "un gran terremoto", concluye el alcalde.
Ciudades chilenas como Talca o Concepción, terriblemente castigadas en 2010 por un terremoto que afectó al centro y sur de Chile, ven cómo sus heridas externas van cicatrizando y avanza la reconstrucción.
"Gracias al terremoto Talca es hoy una ciudad con más crecimiento y desarrollo económico", asegura a Efe Juan Castro, el alcalde de la capital de la región chilena del Maule, una de las más afectadas.
A diferencia de lo sucedido en otras localidades, como Constitución o Dichato, en Talca el número de víctimas mortales no fue muy elevado, pero buena parte de las casas y establecimientos comerciales del centro de la ciudad quedaron en ruinas.
Hechas con arcilla y madera y con muchos años encima, las débiles construcciones no resistieron el temblor de 8,8 grados Richter que en la madrugada del 27 de febrero de 2010 sacudió el centro y sur de Chile.
Algunas ya han sido reparadas, pero la mayoría debió ser reconstruida por completo. El centro de Talca luce hoy como una ciudad normal, de no ser por los solares tapados por vallas metálicas que ocultan la desolación causada por el sexto mayor terremoto de la historia.
"El adobe fue el gran perdedor", explica a Efe el alcalde de esta ciudad que revive su pasado colonial.
La endeble mezcla de barro y paja con la que estaban construidas muchas viviendas del centro histórico apenas ofreció resistencia al temblor. Más de 2.400 casas tuvieron que ser demolidas.
Castro, miembro de Renovación Nacional (el mismo partido del presidente Sebastián Piñera), asegura que todos los subsidios han sido entregados y que se ha construido una cuarta parte de las viviendas para alojar a los damnificados.
"Hoy ya nadie se acuerda del terremoto. La ciudad ha ido creciendo, hay más comercio y lo que se necesita es mano de obra", asegura.
A 250 kilómetros al sur de Talca está Concepción, principal escenario de la tragedia del 27F y segunda ciudad más importante del país. Su alcalde, Patricio Khun, de la conservadora Unión Demócrata Independiente, recuerda que tras el terremoto la situación en su ciudad "era bastante crítica".
La destrucción era palpable en las viviendas, calles y las vías de comunicación y la reconstrucción se convirtió en una tarea urgente, relata a Efe.
A diferencia de Constitución, Dichato o Talcahuano, en Concepción no hay campamentos con familias damnificadas. Las viviendas del casco histórico que resultaron gravemente dañadas fueron demolidas por sus dueños, recurriendo a préstamos de la banca, porque "no es obligación del municipio", puntualiza el alcalde.
"Ningún ayuntamiento tiene recursos para hacer frente a un cataclismo de esta naturaleza", reconoce el alcalde de Concepción, una ciudad tan habituada a los terremotos que incluso tuvo que cambiar su emplazamiento tras el de 1751.
A menos de 20 kilómetros de la capital del Biobío se encuentra Talcahuano, una ciudad portuaria e industrial donde la Armada chilena posee una base naval. El día del terremoto, Talcahuano quedó inundado por un tsunami que arrastró a barcos de gran tonelaje varios cientos de metros tierra adentro.
Al igual que en Concepción, tras la catástrofe Talcahuano sufrió saqueos, desórdenes y caos. Hoy las autoridades extraen enseñanzas de la experiencia de aquellos aciagos días en los que los militares patrullaban las calles de una ciudad bajo toque de queda.
Miles de toneladas de harina de pescado en descomposición quedaron esparcidas por la ciudad, las alcantarillas no funcionaban y tampoco había agua potable ni electricidad.
A cargo de la municipalidad de Talcahuano se encuentra estos días Guillermo Rivera, porque su titular, Gastón Saavedra, viajó a Japón para conocer el proceso de reconstrucción tras el terremoto que sufrió ese país en marzo de 2011 y también contar la experiencia chilena.
Dos años después de la tragedia, el borde costero ha sido remodelado y las casas del casco viejo de la ciudad que resultaron gravemente dañadas han sido demolidas.
Las autoridades quieren revitalizar Talcahuano y atraer a inversionistas que den un impulso económico a una ciudad cuyo pulso se vio interrumpido por el desastre.
Tras efectuar una consulta ciudadana llamada "Soñemos Talcahuano", el municipio ha elaborado un plan de desarrollo estratégico, económico y comercial para ofrecer oportunidades a los sectores industriales y el turismo y proporcionar una mayor calidad de vida a sus 250.000 habitantes.
"Costó mucho que nos sinceráramos y reconociéramos en qué fallamos, pero finalmente lo hicimos. Ahora queremos recoger esa experiencia y que sirva para Japón y el norte de Chile", donde hace tiempo se dice que puede haber "un gran terremoto", concluye el alcalde.