Evo Morales y cuatro puntos clave de la crisis política en Bolivia

La Paz, AP
Fuera de toda exageración, el presidente boliviano Evo Morales atraviesa su peor momento como jefe de Estado. El gobierno del mandatario aimara, quien en su momento fue elegido con mayoría absoluta (53,74%) en el 2006 y reelegido (con el 64%) en el 2009, hoy tiene al frente a indígenas que le brindaron su apoyo en su lucha indigenista y a un país que le da la espalda por sucesivos desaciertos el último año. ¿Qué ocurrió?

1. Gasolinazo: Ocasionó el descenso del hasta entonces popular Evo en las encuestas a inicios de año. Fue a fines de diciembre que el gobierno eliminó el subsidio a los combustibles (incrementándolos hasta en 82%), con la idea de contrarrestar el déficit presupuestario. “Cada año los contrabandistas sacaban (al exterior) combustible por valor de 150 millones de dólares. Es decir, Bolivia subsidiaba el consumo de los países limítrofes”, explicó Morales. Pero la medida afectó a todos: transportistas, comerciantes y más sectores se levantaron contra el también líder del Movimiento al Socialismo (MAS), consiguiendo anular la medida antes de año nuevo.

2. Carretera del Tipnis: Son apenas 306 km. de vía que unirán a las localidades de Villa Tunari, en la céntrica Cochabamba, con San Ignacio de Moxos, en Beni, al norte. El tramo atraviesa el Parque Nacional y Territorio Indígena Isiboro Sécure (TIPNIS), una de las zonas reservadas más grandes del país donde moran unos 15.000 indígenas. El Gobierno cree que esta es una obra clave para el desarrollo económico de la región, contra la posición local que indica que el plan destruirá la reserva forestal y de agua dulce más grande del país, que mide 1,2 millones de hectáreas. Además, temen la llegada de “colonizadores” que impondrían un nuevo estilo de desarrollo. Desde el 15 de agosto protestan y hoy, apostados en las inmediaciones de La Paz, los nativos del Tipnis buscan dialogar con el gobierno.

3. Represión policial y muertes: Acaso el hecho más crítico que generó fisuras en el aparato gubernamental boliviano. Se produjo a raíz de las protestas por la carretera del Tipnis. Medios de prensa locales reportaron la muerte de un menor y decenas de desaparecidos. La ministra de Defensa, Cecilia Chacón y el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, como otros importantes funcionarios, renunciaron en los días previos a su cargo en desacuerdo con la violenta acción policial. El mismo presidente boliviano lamentó el hecho: “Les pido que me disculpen, que me perdonen”.

4. Elecciones judiciales: El “voto castigo”, promovido por la oposición, terminó vapuleando al gobierno de Morales en sus primeras elecciones judiciales por voto popular en el mundo realizadas el domingo pasado. Casi un 60% (según boca de urna) votó blanco en un marco algo agitado por los problemas expuestos previamente y con una población que acusaba poca información sobre proceso: encuestas afirmaron que el 98% no conocía a los candidatos. En este contexto, serán definidos 28 cargos en los principales cuatro tribunales del país. Pese al insólito resultado, Evo aplaudió la asistencia mayoría bolivianos al sufragio obligatorio.

Hoy los indígenas amazónicos estarán cara a cara ante Evo Morales. El mandatario pidió ayer “dialogar directamente (...) una vez que manifestantes arriben a la ciudad”. De un consenso satisfactorio para ambas partes dependerá la futura estabilidad del gobierno de Evo. ¿Lo conseguirá?

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